lunes, 23 de julio de 2012

VACACIONES POR EL PIRINEO ARAGONES

Para las vacaciones de este año hemos vuelto a cambiar la playa por la montaña, en esta ocasión las pasaremos en la zona del pirineo Aragonés, más concretamente en Escalona (Huesca) y como no, otra vez me he vuelto a llevar la bici para poder hacer alguna rutilla con la compañía de Miguel Ángel, así que mientras nos lo permitan las mujeres.... Llegamos ayer y hoy ya estábamos deseando hacer algo, pero algo suave para empezar, ya que por aquí da miedo mirar para arriba, no hay nada más que montañas y montañas y no era cuestión de quemarnos nada más llegar, mejor poco a poco.

La ruta iba por una carretera asfaltada que tenia aspecto de carreterin (como lo denominamos por Alcazar) una carretera estrecha de un solo sentido y por el cual apenas nos hemos encontrado trafico. Teníamos que llegar hasta donde empezaba la ruta a pie del cañón del Añisclo, casi todo el camino fue con una pendiente asequible, al final nos salieron unos 700 metros de desnivel acumulado en unos 32 km de ruta, aunque sin duda la parte final seria la más dura, con mucha más pendiente y alguna que otra zeta.

Llegamos a donde empezaba la ruta a pie y decimos que al día siguiente volveríamos con la familia para hacerla a pie, ya que esta ruta es "famosa" de por aquí, para los que practican senderismo. Continuamos subiendo por la carretera, Miguel Ángel esta bastante más fuerte que yo y él siempre iba delante de mi, pero yo procuraba que la distancia no fuera en aumento y creo que lo conseguí, creo que en ese aspecto he mejorado con respecto al año pasado.

La temperatura no era muy alta aunque la sensación no era esa, yo no hacia nada más que sudar y sudar, pero, ¿quien no suda en 20 km continuos de subida?.

Llegamos a un repetidor que estaba en un cruce de camino, era ahí donde se terminaba toda la subida, a partir de aquí era todo bajada hasta llegar a la casa. En él había un cruce y vi un cartel que indicaba que había una iglesia románica a unos 800 metros, pensé, ¡como narices se le ocurre a alguien hacer una iglesia tan alto! le dije a Miguel Ángel que debía de ser curioso de ver, así que le propuse desviarnos de la ruta para visitar el lugar.

La iglesia se encuentra en una pequeña aldea llamada Vio, en la cual deberían de vivir muy poquitas personas. La iglesia no fue difícil de encontrar, al llegar allí nos encontramos con una patrulla de la guardia civil, que la verdad, ¡no se que narices harían en un pueblo que no tenia ni calles asfaltadas! Después de visitar el lugar teníamos que dar la vuelta por donde habíamos venido para volver a meternos en ruta, Miguel Ángel y yo estuvimos comentando las poquitas opciones que teníamos antes de darnos la vuelta y en esto que unos de los guardia civiles se acerco a nosotros para decirnos que posiblemente más adelante hubiera un sendero para bajar a la carretera que teníamos que llegar a coger, pero que él no lo conocía y desconocía si se podía hacer con una bici, así que nos propuso que preguntáramos a una familia que vivía allí y que nos podría asesorar.

Nos acercamos a la dirección que nos dijo el guardia, llegamos al sendero y preguntamos a unas chicas que estaban en la puerta de la casa, ellas enseguida se pasaron a la casa para que salieran un hombre. De la casa salio un hombre con una pintas... un perro flauta como se suele decir...(sin ofender a nadie) le preguntamos por el sendero, por donde llevaba y por sus condiciones. El "amigo" nos dijo textualmente... ¡joder, con esas cacho bicis podéis pasar de sobra!, ¡ yo tengo un amigo que a bajado alguna vez por ahí con una bici muchísimo peor que esas!. Nos lo dejó tan claro, que decidimos bajar por el sendero.

Al principio el sendero parecía que no estaba muy mal, pero pronto empezamos a encontrarnos piedras grandes por el camino, ¡por ahí era imposible ir en bici! así que llegue a la conclusión de que una de dos, o el amigo que bajaba con una bici muchísimo peor que la nuestra estaba fumao el día que bajó, o él de la casa estaba fumao cuando se lo contó el amigo, por que por ahí era imposible bajar en bici, incluso dudo que se pudiera bajar con un bici de descenso, así que nos tocó bajarnos de la bici e ir andando durante un kilómetro que duro el famoso sendero.

Tras el sendero volvimos a enlazar con la ruta que deberíamos de seguir, volvíamos a pisar la carretera y encima todo cuesta abajo. Cuando se rueda cuesta abajo y encima por carretera, las velocidades que se cogen son bastante importantes y el desgaste de los frenos es abismal. La carretera era de doble sentido y teníamos que ir con cuidado en todas las curvas por si nos encontrábamos con algún coche en sentido contrario. Recuerdo que hubo un momento que en nuestro camino nos encontramos con una Mercedes Vito familiar, nos pusimos detrás de ella, pero no podíamos adelantarla por la cantidad de curvas que había, nos estaba frenando y creo que le metimos tanta presión al conductor de la Mercedes que no tuvo más remedio que apartarse en el primer sitio que tuvo oportunidad para dejarnos paso.

Terminando la bajada, paramos en un mirador que nos encontramos, desde donde podíamos ver el valle donde estábamos alojados, solo nos faltaban unos kilómetros para llegar a casa y darnos una buena ducha para refrescarnos.

Antes de llegar pasamos por el río Cinca, que pasaba al lado de donde teníamos la casa, los chicos estaba allí refrescándose, así que sin dudarlo nos metimos al río con el culote puesto y nos dimos un buen chapuzón con un agua fría, fría, mira que yo soy friolero, pero en esa ocasión no me importó meterme.

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