Arrancamos a las 8:00h. y fuimos bien la primera hora con sus 20 kilómetros y el fresquito de la mañana. Hasta el comienzo de la subida hay unos 31 kilómetros de un total de 60 que tiene la ruta y solo hicimos una parada de segundos para echar un trago de agua en el puente del Záncara y otro de dos minutos antes de salir a la ctra. de Herencia-Llanos para otro trago y estirar un poco.
Durante todo el recorrido les iba mentalizando y hablando de la dureza de la subida, son unos 4 o 5 kilómetros pero con una pendiente muy considerable, es una subida que se hace larga y pesada. Creo que de las pocas veces que la he subido bien fue la primera vez que acaba de empezar a montar en bici y esta vez.
Antes de salir mi padre ya nos dijo que si se veía muy cansado él no intentaría subir y nos esperaría abajo a Belén y a mi para volver más cómodo a casa, y Belén también decía que no tenía especial interés por subir o dejar de subir, y es que ella monta cuando la apetece y por que la gusta pasear con la bici pero sin la ambición de superar retos, su reto es divertirse con la bici.
Salimos para arriba e iba yo despacito para hacerles unas fotos, iba yo casi parado con piñones muy pequeños para no separarme, después mi padre y detrás Belén que arrancó siguiendo mi consejo despacito para no sofocarse pronto o quemarse rápido.
Después del primer tramo me había separado un poquito y bajé el ritmo para que me cogieran les hice unas últimas fotos y les anuncié que les esperaba arriba que no se dieran por vencidos y que tardaran lo que tardaran yo estaría arriba, el que llegara tenía una cerveza en Alcázar, y el que no llegara también.
Había partido la cadena. Puedo contar las averías con la bici con los dedos de una mano, he pinchado dos veces en dos años, las averías que he tenido han sido por desgastes, o alguna caída pero que también han sido pocas, dos caídas, y sin embargo es la segunda vez que rompo una cadena en menos de un mes. La cadena que puse nueva la semana pasada y que tiene menos de 100 kilómetros y suaves por el camino a Criptana se rompió.
Les conté el problema y la solución que era quitar un eslabón bueno y hacer un empalme con dos eslabones menos, el roto y otro que se había abierto. Y fue después de quitar el abierto cuando me acordé de una cosa.
Para meter el bulón de un eslabón a otro utilicé un truco que se le ocurrió a David que es poner dos paralelos en la herramienta "troncha cadenas" y de esta forma la superficie de agarre es más grande y no se cae el bulón, la herramienta al mismo tiempo que quita el bulón de un eslabón lo va metiendo en el otro. Este es un truco que nos funciona muy bien a nosotros, por si le ocurre a alguien y lo quiere utilizar. No es necesario que todos llevemos el mismo llavero en las llaves de casa pero llevar en la bolsa de herramientas un trozo de cadena vieja con tres o cuatro eslabones tampoco está mal si no se tiene uno rápido.
Mi padre ya no se subió, había llegado ahí al máximo de sus pulsaciones y si no hubiéramos parado estoy seguro de que habría terminado este trozo y quizá empezado el siguiente, Belén se subió deprisa y empezando con el plato mediano tiró para arriba mientras yo me preparaba y cuando quise arrancar ya me sacaba un trozo y luego yo detrás de ellos.
En la primera curva ya había adelantado a Belén y me despedí gritándola ánimos y a los pocos metros pille a mi padre que me dijo que iba a subir andando. Al terminar esta larga recta miré para atrás y Belén ya había adelantado a mi padre, se la veía lejos y despacio pero no paraba y mi padre igual pero andando, les seguía gritando todo lo que daba mi garganta para que no se desanimaran y llegaran arriba.
Cuando llegué me hice unas fotos en la primera antena y volví a bajar un poco para ver por donde iban. Belén estaba a unos 25 o 50 metros de la última curva y mi padre otros 50 metros más abajo. Animé a Belén y cuando me pasó esperé a mi padre para animarle a seguir hasta arriba, luego salí disparado para coger a Belén antes de que coronara del todo y llegamos al mismo tiempo, justo para felicitarla y hacerla una foto estirándose en la bici por el esfuerzo hecho.
Se había subido el repetidor de tv de Herencia la primera vez que lo intentaba y sin bajarse de la bici, además me dijo que solo al final había metido el plato pequeño por que quiso aguantar el mediano lo máximo posible para no quemar la pierna dando pedales.
Nos tomamos otra fruta y barrita y un buen trago de agua fresquita y tiramos para abajo.
Les advertí que si la subida era dura por la pendiente la bajada era exactamente igual, el asfalto está lleno de parches y grava suelta y hay que tener cuidado si se baja deprisa. Yo bajé despacio como siempre y sin pasar de los 50 y ellos muy despacio como siempre sin pasar de los 35.
Pero mi padre iba fundido, la subida aunque empujando también es dura y cansada, y el termometro de la bici marcaba 32 grados, aunque la sensación no era para nada de calor y ya llegando a Alcázar marcaba 38 grados que aunque seguíamos sin calor la temperatura era alta. Le costaba mantener la velocidad por encima de los 14 km/hora. y así tardamos casi dos horas en llegar, tuvimos que descansar cuando cruzamos el río del camino de Alcázar-Herencia pero aun eso nos salió una ruta muy buena para todos.
Belén terminó contenta por terminar descansada después de una ruta, la vuelta fue despacito para ella y vino relajada, estaba más contenta por esto que por subir al repetidor que se ha atravesado a mucha gente, chicas y chicos que lo han intentado por primera vez han tenido que volver a intentarlo una segunda vez para conseguirlo.
Para mi padre fue un rutón de campeonato, con su edad y sin montar en bici hasta hace un año se metió 60 kilómetros y empujando una bici cuesta arriba durante 4 kilómetros de distancia y 200 metros de altitud y para mi por disfrutar de la compañía de los dos durante un buen rato y con las cervezas del final que como no podía ser de otra forma al final no invité yo, para eso están los padres o abuelos.
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