domingo, 12 de agosto de 2007

Montando incluso con casco

Belén no dejaba de sorprenderme cada vez que la veía montando en bici, con lo bien que se estaba en casa o como mucho paseando, pero cansarse en ir a un sitio para luego volver no le veía ninguna gracia.

En esta foto está con una bici prestada, posiblemente no quise ni perder tiempo en cargar la suya en el coche para que la cogiera dos veces en la semana o dos semanas que estuviera en el pueblo.

Pero una cosa que era llamativa era el casco, creo que nunca he visto a nadie en el pueblo usar casco para montar en bici, en realidad a los que he visto montar en bici ha sido para desplazarse de un sitio a otro por necesidad nunca con la intención de hacer un deporte.

Ese casco tenía una visera para el sol, cuando me lo regalaron pensé que la visera estorbaba, que hacía el casco más feo y para dos veces al año que lo iba a usar y además con gafas de sol no necesitaba tantos complementos y tonterías, quité la visera y la tiré. Siempre que utilizo ese casco me acuerdo de lo que hice.

domingo, 4 de febrero de 2007

De tarde en tarde un paseo en bici con los niños

En estas fotos por lo menos se ven cascos, por que en las anteriores del 2006 era algo inexistente.

Ellos seguían montando de tarde en tarde en bicicleta, estas fotos corresponden a un domingo de invierno paseando por los alrededores del parque de Alcázar.

Yo seguía pensando en que no merecía la pena sacar la bicicleta del trastero, subirla en el ascensor, primero una, luego otra, y luego otra, para ir andando con los niños hasta un lugar en el que pudieran montar, dar un paseo de media hora para volver agotado, directos a la ducha, sin poder fumar, por no pensar en las agujetas del día siguiente, y que hacerlo un día y no volver a repetir en meses tampoco servía de mucho, así que en definitiva prefería cualquier cosa menos montar en estos trastos con pedales que tanta fatiga me daban.

Paula seguía disfrutando, aunque nunca ha sido de hacer deporte la bici la gustaba, y a Marcos le seguía relajando estar en la silla detrás de su madre.

Dentro de poco habría que enseñar a Paula a montar sin las rueditas y poder ir más rápido e incluso quizá de ese modo nos animaros a hacer alguna ruta larga todos juntos de por lo menos 5 o 6 kilómetros.