Este mes de agosto seguro que supero mi record en número de kilómetros con la bicicleta de montaña en un mes pasando de los 1.000 kilómetros y estaré cerca de los 1.500.
Algunos no ven normal que estando de vacaciones uno se levante a las 7:00h. de la mañana de la misma forma que otros no vemos normal que estando de vacaciones uno se levante a las 12:00h. y pierda medio día de vida. Así que mientras unos duermen yo me levanto despacito y sin hacer ruido y evitando que la gata de la casa se pase a las habitaciones a despertar al resto desayuno, me visto y me voy a mis caprichos... montar en bicicleta.
Para no dejar la puerta abierta tengo que sacar la bicicleta por la "portá" que allí llaman "carreteras" y cerrar por dentro, luego me doy la vuelta por dentro de la casa y salgo por la puerta principal cerrando y recogiendo la bici de la calle.
El primer día pagué la novatada y cuando ya estaba fuera me había dejado en casa la mochila, la gopro, y no se si más cosas, pero en la mochila iban los geles, cámara de repuesto... un follón que me suponía llamar a la puerta para despertar a los dormilones o irme así a la aventura.
No llevaba dibujada ninguna ruta ni ningún destino pero tampoco lo quería, empecé a pedalear hasta que me dio la gana yendo de un pueblo a otro, cuando llegaba al primero apuntaba hacía una dirección y cogía un camino hasta llegar a otro pueblo, así sucesivamente hasta que pensé que ya me había retirado mucho y luego tocaba volver intentado no pasar por los mismos pueblos para hacer una ruta circular sin repetir tramos.
La única parada que hice fue para tomar un café y a pesar del viento, no mucho pero siempre fastidia algo, llevé un buen ritmo y me alegré de notar la diferencia de tres días antes en los Países Bajos con las alforjas a hoy sin peso corriendo todo lo que quise o pude.
Antes de llegar intenté llamar por teléfono para preguntar si iba a casa o iban a estar cogiendo agua de una fuente que dicen que es mejor, pero en este pueblo las comunicaciones todavía no llegan bien y sin cobertura tuve que ir a casa.
Aunque como están acostumbrados a comer poco y después de las 15:00h. todavía a las 14:00h. con todo el Sol en lo más alto nos fuimos con los niños para recorrer los 4 kilómetros que hay de casa a la Fuente de Valtodano para llenar unas garrafas y luego volver para comer.
Lo positivo del día fueron las buenas sensaciones traídas de Holanda para hacer una ruta de 77 kilómetros llanos y sin peso a una velocidad normal por caminos de arena con mala tracción y la mitad de la ruta con viento en contra y la otra mitad sin viento, quemar un poco del sobrepeso traído de Holanda alimentados con bocadillos y fiambre y reencontrarme con esta zona que ahora se empieza a quedar pequeña, si tuviera más tiempo de vacaciones allí me hubiera gustado repetir el reto de unir el pueblo con las capitales de provincia de limitan con Fuente el Sauz (Ávila), otro ir de Fuente el Sauz a Madrid que serán unos 200 kilómetros y otro desde Fuente el Sauz a Alcázar de San Juan que por carretera por Toledo hay justo 300 kilómetros, pero me temo que estos son retos que quedarán para otra generación de alcazareños o de deportistas.
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