martes, 14 de agosto de 2012

Paseos por la Moraña abulense III. Ávila.

El tercer y último día de salida en bicicleta por la zona de Ávila si quise acercarme a la capital.

Tampoco quise complicarme mucho dedicando tiempo a estudiar caminos y utilicé el mismo que el año anterior tanto para ir como para volver, y eso sabiendo que el último trozo, unos 7 o 8 kilómetros eran por carretera.


Salí como todas las mañanas después de desayunar unas galletas con la idea de empezar a las 7:00h. que luego fueron casi las 7:30h. e intentando sin conseguirlo que la gata no se pasara a las habitaciones de los dormilones.

Me había comprometido a estar a medio día en casa para ir después con la familia a la piscina y si el año anterior no lo hubieran creído este año me lo dijeron como algo normal.

Empecé por caminos ya conocidos y entre la otra vez y esta ya podría hacer todo el recorrido sin gps.

Dudé en algún cruce que consulté pero no me hacía falta ir muy pendiente.

Antes de llegar a Cardeñosa hay una subida fácil y desde arriba se ve los distintos paisajes de llanura a al Norte o mi espalda según iba a Ávila y de montaña hacía el Sur o el destino.



En este punto hay una bajada por una trialera y al fondo se veía una manada de toros dirigidos por un pastor a caballo hacía el camino que yo llevaba.

Pensé en esperar arriba a que pasaran y luego cruzar pero entendí que no habría peligro si iban sueltos por campos y caminos públicos y el pastor además no me echaba el alto.

Con algo de miedo crucé entre los toros y además haciendo equilibrios con la cámara de fotos para inmortalizar el momento, que aunque parezca que están retirados casi que podía tocarlos. Teniendo que frenar en algunas ocasiones para que pasar uno delante mía o de acelerar para que no se cruzara otro por detrás.

Después de este mini aventura y llegando a Cardeñosa hay unos 15 kilómetros de carretera hasta los 4 postes en la entrada a Ávila desde Salamanca que tuve que hacer igual de vuelta.

La carretera es la AV-804 que va de Arevalo a Ávila, una carretera casi sin tráfico ni peligro de coches. Y también crucé unos metros de la N-501 que es la Ctra. Avila-Salamanca pero que desde que construyeron la autovía se ha quedado con el mismo tráfico que un camino rural.

En la zona de los Cuatro Postes, donde ya conté el año pasado la historia de Sta. Teresa de Jesús en este sitio, había un par de autobuses de turistas y para hacer una foto solo tuve que esperar, pero cuando según se iban yendo unos iban llegando otros, incluso uno que me vio sentado hablando por whatapps aprovechó para pedirme que les hiciera con su cámara una foto de grupo.

Entre unas cosas y otras estuve 40 minutos parado, que no serían más 10 en toda la ruta y mínimo media hora esperando a hacerme la foto.

La vuelta sin incidencias, solo que para ser 88 kilómetros totales me notaba más cansado de lo normal y me volvió a preocupar la Titán, en los Países Bajos no había progresado nada, fueron sobre 650 kilómetros en 8 días pero no tiene nada que ver los caminos y correr a las pistas holandesas admirando paisajes.

Me prometí que a la vuelta a la realidad en Alcázar tenía que hacer un test serio para antes de que fuera más tarde decidir si me consideraba preparado para la ruta de todas las rutas de esta temporada, para mi por encima de El Soplao.

Había una zona de varias rampas y luego en general picaba para abajo pero me imagino que sería el poco viento en contra lo que me hacía ir mal. De todas formas la bicicleta necesita una puesta a punto grande que tengo que hacer cuanto antes.

Antes de llegar a casa paré en el pueblo anterior al cruzarme con una fuente para rellenar el bote. Los tres días había salido con nada. Sin cámara de repuesto, sin mochila, con un gel en un bolsillo y nada más. Además cuando estoy en el pueblo suelo comer menos y la falta de agua durante la ruta y la mala alimentación durante el día posiblemente también resta fuerzas. En cuatro días en el pueblo perdí los dos kilos cogidos en Holanda y no más porque me esforzaba en comer mucho cuando se podía.

Al principio no me quería llevar la bicicleta al pueblo por el follón que se monta en el coche, para transportarla, para llevar más ropa, zapatillas, casco, herramientas, etc... y encima Belén se quería llevar la de paseo y los niños las suyas, pero luego en vez de traernos las 4 nos teníamos que traer 5, nuestras 4 más una vieja y pequeña para dejársela a David.

Me pareció un follón del que luego me alegré por no parar de pedalear toda una semana y que me sirvió para coger ritmo para el siguiente reto que íbamos hablando por teléfono David y yo.

Queremos presentarnos a la Titan de la Mancha del 2012 con todas las ediciones anteriores realizadas, nos falta tiempo pero intentaremos sacrificar lo que sea por llegar con las máximas garantías de disfrute para todos.

No hay comentarios: