jueves, 29 de septiembre de 2011

Más kilómetros semanales.

Desde mediados de esta semana intentaré que hasta principios de diciembre voy a intentar salir casi todos los días aunque sea una hora, es que tampoco hay más tiempo.

Pero una hora puede ser suficiente para hacer rutas cortas de unos 20 kilómetros y por la noche por los caminos conocidos y con un buen foco se pueden hacer rutas divertidas, y si no son divertidas son necesarias.

Saliendo un día por semana se puede mantener pero es complicado avanzar, sólo un domingo por la mañana 3 o 4 horas y quizá no todas las semanas es suficiente para disfrutar de la bicicleta pero no para participar en pruebas o hacer rutas duras de verdad.

Por esto voy a intentar, algunos días solo y otros acompañado, salir al menos 4 días de lunes a viernes de 20:00h. a 21:00h. y así una vez llegado el fin de semana con tiempo para hacer una ruta larga de varias horas llevar encima por lo menos 80 kilómetros.

En los dos días que he salido esta semana, miércoles y jueves he visto que han "arreglado" muchos caminos, pensaba que solo habían arreglado el camino norte de las lagunas de Alcázar pero todos los de alrededor que van por el camino Piédrola y alrededores también están estropeados, los han arreglado echando arena suelta, lo cual si ya es complicado para la bicicleta al ir por la noche con un foco lo dificulta más aún.

Para ganar algo de tiempo no me pongo, por lo menos ahora que todavía no hace mucho frío, ni maillot ni culote, y llevo la mochila por el teléfono, llaves, etc... pero para una hora y por la noche no hace falta llevarla llena de agua.

domingo, 25 de septiembre de 2011

Ruta MTB a Mota del Cuervo

En Marzo estuve en Mota del Cuervo por motivos de trabajo y estando allí salió la conversación del deporte y yo hablé de la bicicleta, hacía solo unas semanas había hecho la ruta a Pedro Muñoz, 65 km que me dejaron la rodilla destrozada durante una semana. Pero después de pasar de rutas de unos 40 kilómetros a hacerlas de 65 o 70 km y además yo solo pues pensaba que no había límite con la bicicleta. Entonces dije: "yo vengo de Alcázar a Mota del Cuervo en bicicleta y luego me vuelvo tranquilamente", sonó a algo bestial. Yo sabía que todavía no lo había hecho esa ruta pero lo veía como una exageración temporal, es decir, entonces no era cierto que lo había hecho pero sabía que no era algo tan lejano y que cualquier día lo podría hacer. Efectivamente en poco tiempo llegué a hacer rutas de más kilómetros que esos aunque tenía en la memoria que había dicho que había llegado a Mota del Cuervo cuando en realidad no lo había hecho.

Aunque las mentiras no me gustan nada esto no era exactamente mentira, ya que esa distancia si la había recorrido pero en otras direcciones, así que hoy que no podía hacer una de las rutas interesantes que tengo en mente por estar solo y querer hacerlas acompañado me decidí a hacer este reto personal. Como quería llegar pronto a casa en vez de diseñarme yo la ruta como suelo hacer me bajé una de wikiloc, había varias pasando por El Toboso o por Pedro Muñoz pero quería hacer una que aunque fuera más fea cumpliera con el objetivo de llegar a Mota del Cuervo de la forma más rápida posible, una ruta muy optimizada en kilómetros para llegar a Mota y volver. Me bajé la típica ruta fea que va por el mismo sitio que vuelve y me lancé a hacerla.

Arranqué a las 8:00h. que todavía no estaba el sol, hacía un frío importante, una niebla que no dejaba ver más de 300 metros, un aire en contra que no me dejaba pasar de 15km/hora y eso que cuando empiezo es cuando a más velocidad media voy, un desastre, antes de llegar a Criptana tenía la punta de las zapatillas mojadas y era del rocío de la mañana, en la bicicleta se mezclaba el polvo del camino con el rocío y parecía que iba por un barrizal, llegar a los molinos me costó más de 1/2 hora, un desastre y encima muerto de frío, el rocío se me pegaba en los brazos y con el aire se me ponía la carne gallina, paré en los molinos de Criptana que apenas se veían con la niebla a ponerme los manguitos de la mochila y me acordé que los había sacado y los tenía en casa.... que ganas de darme la vuelta y regresar y acostarme otra vez.

Pero al final tengo más fuerza de voluntad que fuerza en las piernas y aunque despacio seguí dirección a Mota, tenía que llegar y cumplir mi autopromesa.

Después de mucho sufrimiento con el aire, y una parada corta para comerme una barrita y que descansara la rodilla derecha que me dolía seguí hasta Mota, había pensado en que si no tenía fuerzas llamaba por teléfono y que me fueran a recoger pero a Mota llegaba si o si.

Aunque a Mota he ido muchas veces nunca había subido a los molinos, hay 7 restaurados en muy bien estado, uno visitable. Al llegar miré los datos y... 37 km y dos horas de tiempo, fenomenal, había luchado contra el viento y el frío y casi que había cumplido con el mínimo de 20km/h. después de 10 minutos haciendo 4 fotos y mirando el paisaje me dirigí otra vez a casa. En las fotos sale un Don Quijote y Sancho Panza hechos con vertederas de hierro de los araos del campo, y me acordé de que vi este verano en Benidorm otro hecho con latas y tuercas gigantes, y pensé en la de Don Quijotes distintos que tiene que haber por toda la geografía española e incluso por todo el mundo, sería una colección divertida la de coleccionar fotos de distintos Quijotes. Al mirar al horizonte vi que quedaba a mi derecha El Toboso, sobre El Toboso estaba el sol, parecía que hacía un buen día, pero a la izquierda no se veía ni Pedro Muñoz ni nada, era todo una capa de niebla espesa que no dejaba ver el horizonte.

Al cruzar Mota di un frenazo de 2 euros de ruedas al pasar por la puerta de una bollería, quería un poco de energía inmediata, un bollo de chocolate, me quedaba un paquete de "puré de plátano" y no lo quería gastar por si me veía mal, que todavía me quedaban casi 40 km y no sabía si iba a cambiar el aire o como iba a responder la rodilla.

El camino de regreso fue muy bien, el aire a favor yo no lo noto, yo creo que voy igual pero el cuenta kilómetros si lo debía notar por que iba todo el rato rozando los 30 km/hora. Al final salió un buen promedio de tres horas y media para los 75 km y media de paradas, en casa a las 12:15 con la bici lavada y engrasada, medía de 22 km/hora, y unos aceptables 430 metros subiendo.

Otro objetivo conseguido. La semana que viene paseo en Madrid, y después empezaremos con las rutas planificadas que tenemos, todo por llegar al 19 de mayo con capacidad de recorrer 165 km en "solo" 16 horas.

sábado, 24 de septiembre de 2011

Ruta hasta Ntra. Sña. del Buen Parto de Pedro Muñoz

En febrero hice una ruta parecida en recorrido y distancia a la ruta de hoy, en aquella ocasión llegué a Arenales pero no a la ermita de San Miguel y cuando en el trabajo le expliqué a un compañero el pedazo de ruta grande que había hecho, entonces la más larga, me contó que podría haber hecho un poco más y visitar una ermita muy conocida de la zona que visitan las mujeres embarazadas para tener un buen parto.

Me quedé con la anécdota y aun pareciéndome una leyenda tonta si quería ir otro día para conocer el sitio, en el poco más de un año que ando por los caminos he conocido muchos sitios de la zona que no había conocido en muchos años anteriores. Hoy que tenía la oportunidad de montar y los planes que tengo con David para hacer unas rutas juntos las tenemos que posponer unas semanas así que me acordé de este sitio para conocerlo hoy.

En la primera hora llegué al puente que la otra vez no podía cruzar por estar el río con agua y lo hice subiendo por la vía del tren esperando a que no pasara ninguno. Y llevaba 24 km en una hora, luego en la ermita paré para hacer la primera foto, pero de Pedro Muñoz a Criptana me tocó ir con todo el aire en contra y perdí algo de tiempo, de todas formas me salió una gratificante media de 22,5 km/hora en la ruta que para mi está muy bien.

Pasé por el cultivo de cebollas más grande que yo haya visto y me acordé de que debería llevar alforjas o una camelback más grande para hacer la compra con la bici, las parras ya hay pocas con uvas y los pocos melones que hay están tirados y en mal estado, pero encontré también unos nogales llenos de nueces, al principio no los conocí por tener la cáscara exterior verde como las almendras pero no relacioné que era un fruto seco igual y que dentro estaría la cáscara dura que conocemos cuando las compramos en la tienda.

Llegué pronto a casa pero no había nadie, Belén y Marcos habían salido juntos y cuando los llamé habían llegado hasta los Molinos de Alcázar.

Me di la vuelta y salí a su encuentro, me los encontré en el cruce de Cuatro Caminos y volvimos juntos a casa.

A Marcos le encanta la bici, iba con su gorra, su bolso con su merienda y con un euro para comprar unas chuches a la vuelta, le faltaba el casco que cambió por una gorra para el sol.

Como cuando salía Marcos me vio con el maillot nuevo de la carrera de la semana anterior en Villanueva de los Infantes me dijo que si le regalaba el rojo de btwin y por eso pensé que lo iba a llevar puesto pues le dije que se lo podía poner cuando quisiera, pero según me dijo se le olvidó ponérselo.

A Marcos no le asustan las cuestas como me pasa a mi y me pidió que le dejara subir por la constitución hasta el hospital aunque luego me confesó que lo hacía solo para después poder bajar la cuesta abajo rápido.

Mañana domingo por la mañana vuelvo a tener la oportunidad de salir aunque sea solo y quizá la semana que viene todavía no podamos empezar nuestras etapas provinciales, pero a la siguiente empezaremos con rutas largas, algunas muy largas e interesantes a las que se podrá apuntar más gente según las vayamos anunciando.

domingo, 18 de septiembre de 2011

VII Cicloturista de Villanueva de los Infantes

El domingo por la mañana participamos David y yo en la VII Cicloturista de Villanueva de los Infantes, organizado por el Club local de Santo Domingo, una ruta perteneciente al circuito de BTT de Ciudad Real. Seríamos como máximo unos 130 participantes aunque no lo se con exactitud ya que los que se apuntaron el mismo día en el momento de la salida no figuran en el listado de participantes.

La prueba fue dura, muy dura, "solo" 65 kilómetros pero todos libres, en otras pruebas la parte libre son los últimos 20 kilómetros y no el circuito entero, aunque esto tampoco creo que influyera mucho en el cansancio ya que al poco de empezar dejé de ver a los que iban los primeros y por detrás solo quedaban 10 o 15 que tampoco los veía de lo atrás que iban. Fue prácticamente una carrera en solitario, en la que íbamos solos David y yo, en este caso él ayudándome y esperándome ya que después de los primeros 25 o 30 km ya iba a remolque de su rueda.

Menos mal que la organización fue de más que 10, todo perfecto, los caminos estaban super bien señalizados con indicaciones en la bajadas peligrosas, en las curvas, con además de los avituallamientos normales con sus plátanos, acuarios, etc... con puntos en donde nos entregaban agua, con mucha gente en el recorrido dando ánimos y apoyando a los corredores, no se cuanta gente trabajó en el recorrido pero había mucha y todos muy bien organizados. Creo que de las pocas ciclos a las que he ido la mejor en cuanto a organización y eso que las otras tampoco estaban mal.

Como curiosidad me hizo gracia en un punto de entrega de agua en donde me iba a parar a beberme una botella y veo que me la dan en carrera y sin bajarme de la bici la cogí, la abrí con los dientes y después de beberla tiré la botella a la cuneta y después pensé en la diferencia que había en terminar a 1 hora o a una hora y dos minutos del primero pero descansando y parando dos minutos.

Vimos un par de accidentes, uno no pasó de un raspón en una pierna de un corredor pero al ver lo rojo en la pierna, al pantalón rajado y algo de sangre ya parecía mucho, pero el otro si que fue grave, antes de llegar al punto vimos a dos corredores en dirección contraria avisando del accidente y al llegar a la altura vimos a un corredor con el codo doblado, no se las consecuencias de si se partió o no el brazo, pero el agujero que tenía a la altura del brazo parecía que le faltara un trozo de carne.

Entre que la prueba era un rompe piernas lleno de subidas y bajadas, y el susto de ver accidentes y uno de ellos grave hice la prueba con mucha prudencia, incluso una de las bajadas por primera vez la quise hacer andando cuando vi el camino lleno de arena y cruzando un surco que te podía tirar.

Cuando fuimos a Madrid la semana anterior subimos 800 metros pero en 175 kilómetros y sin embargo hoy subíamos 900 metros pero en solo 65 kilómetros pero es que además no había ninguna subida pronunciada eran todo pequeñas cuestas muy empinadas, unas subidas explosivas de mucha fuerza y enseguida una bajada igual de pronunciada, y así toda la ruta, algunas veces sin caminos, por sembrados y linderos, los caminos llenos de piedras algunas veces bien clavadas y otras sueltas, una ruta para mi muy dura.

A mitad de la prueba se me empezaron a subir los gemelos, quizá por no estirar o quizá por no cenar bien, cené proteínas y fruta en vez de hidratos que los dejé para desayunar, el desayuno si fue muy copioso con tostadas, espaguetis, zumo, leche y fruta pero no resultó suficiente. Llegó un momento en el que no podía andar más, si bajaba un piñón tenía que hacer más fuerza y se me subía el gemelo y si lo subía iba dando muchos pedales pero no cogía velocidad y hacer una ruta a 15 km/h es como ir parado, al final en una de las última bajadas se me subió del todo la bola y no podía dar pedales teniendo que dejarme caer a un lado hasta que se me pasaron los dolores. Ahí tirado en la cuneta y esperando a poder doblar y estirar la pierna vi como me adelantaba el que hasta entonces era el último participante.

Después de que la semana anterior hice en 4 salidas casi 400 kilómetros pensé que esta ruta iba a resultar más sencilla terminando dentro del grupo medio, y resulta que si no fui el último en entrar por meta poco le faltó. Incluso antes de esto estaba convencido de que si hubiera participado en la Titan con 260 kilómetros hubiera terminado aunque ya no estoy tan seguro, aun siendo pruebas distintas y no siendo igual la resistencia que creo que llevo bien con la fuerza que tengo que mejorar.

Al finalizar la prueba, en un parque de Villanueva había una comida de parrilla con chorizos, morcillas, panceta, lomo, melón, cervezas, refrescos, y cogimos fuerzas mientras nos hicimos unas fotos con Don Quijote y Sancho Panza montando en sus bicicletas y echándonos unas risas después del calvario que había pasado para terminar el recorrido.

Decía David que nos falta una equipación para ir iguales y parecer más profesionales pero nosotros que estamos esperando a que pinche el otro para subir la foto al facebook y reírnos un rato solo nos falta ponernos la zancadilla, ahora tenemos los dos el maillot de esta cicloturista que estrenaremos en la siguiente salida. En esta ruta aunque no pinchamos ninguno de los dos volvimos los dos sin cámara de repuesto porque pincharon otros y al verlos tirados en el camino les "prestamos" la nuestra, pero ni agradecido ni pagado, el que me dijo que durante la comida me la devolvía no volvimos a verle, y a otro que se la dejó David después de arreglarla nos adelantó y no dio ni las gracias así que apuntamos la experiencia para saber que hacer en la próxima y más cuando vamos los últimos y a nosotros no nos va a poder socorrer otro.

sábado, 17 de septiembre de 2011

Próxima Cicloturista, Villanueva de los Infantes.

La próxima cicloturista en la que participaremos posiblemente sea más dura que las anteriores al no tener tramo controlado y ser todo el recorrido libre pero intentaremos llegar sanos y salvos al final.

domingo, 11 de septiembre de 2011

Jornada para las chicas en el Anillo Verde de Madrid por Madrid Río.

Al día siguiente de venir a Madrid desde Alcázar en bici teníamos la jornada de bicis con las mujeres, por problemas logísticos se tuvieron que caer los niños de la concentración y se apuntó mi padre así que éramos un interesante grupito de 7 personas.

Habíamos quedado en empezar a las 8:00h. en punto y fuimos todos puntuales, a esta hora empezamos a recorrer el Anillo Verde dirección Sur-Oeste.

El recorrido lo modificamos un poco, ya que el trozo que va desde la Caja Mágica hasta la Casa de Campo lo sustituimos para conocer Madrid Río.

Esto nos supuso hacer 5 kilòmetros menos y 50 metros menos de desnivel,  y creo que nos salió perfecto, dejando la ruta igual de dura para las chicas (y para nosotros después de la machada del día anterior) pero sustituyendo una zona menos llamativa por otra mucho más bonita.

Las obras de enterrar la M30 han durado mucho, han costado un dineral y han ocasionado multitud de atascos y molestias a vecinos y conductores pero tuvimos que reconocer todos que ha quedado realmente bien, una zona preciosa, sin ruido de tráfico, sin humos, con zonas verdes, perfecto para pasear, para andar, para correr, para montar en bici tranquilamente, para ir con niños, con parques, columpios, en definitiva un sitio muy cómodo.

Desde aquí volvimos a enganchar el Anillo Verde en la zona de la Casa de Campo y para que los que no eran de Madrid conocieran la zona dimos una pequeña vuelta por dentro alrededor del estanque, nos faltó llegar a la puerto del Zoo o del Parque de Atracciones pero tampoco era cuestión de dar muchas vueltas y cansarnos cuando nos quedaba muchísima ruta. Este momento lo aprovechamos para hacer una primera parada y tomar un café antes de continuar.

Hasta aquí llevábamos aproximadamente un 30% de la ruta unos 20 km. pero habían sido casi todos cuesta abajo cosa que no le dije a las chicas por si se desanimaban aunque no daba impresión de ello. Todo lo contrarío eran las 9:00h en el momento de llegar a la Casa de Campo, habíamos recorrido 20 km en una hora y encima habíamos parado para hacer fotos en Madrid Río, es decir una media en movimiento de por lo menos 25 km para compensar el momento foto. Como anécdota contar que cuando fui a desenganchar la cámara del trípode se me cayó al suelo y el golpe se lo llevó en el objetivo, realmente pensé que me había quedado sin cámara y me quedé un poco mucho fastidiado por lo que suponía, menos mal que después en casa con la ayuda de David la hizo volver a funcionar.

Después de llanear otros 5 kilómetros hasta Puerta de Hierro empezamos una primera subida, 100 metros en solo 9 km, y las chicas nos dieron una lección de fuerza y valentía, no se asustaron y siguieron el camino a un ritmo por encima de lo pensado, por lo menos por mi.

Habían estado saliendo tres o cuatro días por semana durante dos semanas, y haciendo un máximo de 30 km, normalmente solo 20, y sin subir más de 50 metros. Hoy se iban a enfrentar al doble en distancia y a 5 veces la altura acumulada. Sin exagerar nada, para ellas era el equivalente nuestro a lo que habíamos hecho el día anterior viniendo de Alcázar a Madrid.

Siempre iba alguna de las chicas las primeras, como animando al resto, incluso mi padre parecía que se picaba y algunas veces se adelantaba e iba unos metros por delante demostrando que él también podía y tenía fuerzas suficientes.

David, a Miguel Ángel y yo mismo íbamos pendientes de la ruta, disfrutando del ciclismo fuera de los caminos pero también cambiando de posición muchas veces, creo que llevábamos el culo regular después de las 11 horas del día anterior, pero también estoy seguro que si no hubiera cambiado de sillín dos semanas antes no lo habría conseguido.

Todos estos kilómetros no eran nada más que la mitad, todavía quedaban casi otros 30 hasta llegar a los 58 que tiene la ruta que hicimos, y de desnivel llevábamos 100 metros pero la ruta era de 330 así que lo que quedaban eran 30 kilómetros mucho más duros con 3 picos en sube y baja que aguantamos todos con nota.

Espero que la afición de las chicas por la bici no decaiga y aunque ya con menos tiempo sigan saliendo de vez en cuando para no perder ritmo y si se puede ir haciendo rutas más largas, duras y bonitas.

Cuando llegamos dedicamos un rato a las felicitaciones, foto de finalización y rápido nos tuvimos que ir cada uno a recoger al resto de su familia, los niños.
El Anillo Verde no es una pista para correr, hay alguno que lleva una bici de un montón de euros para correr como un loco por una pista de carril bici, que además de que le van estorbando el resto de ciclista él mismo supone un peligro, pero para días de lluvia, barro, etc... está muy bien, comentábamos David y yo que podríamos hacérnoslo nosotros perfectamente dos veces seguidas en 3 horas cada una, o incluso dedicándole más tiempo y para coger fondo se podría hacer tres veces y así de este modo sin salir de la ciudad hacer una larga ruta de 180 km y "1.200 metros" de desnivel.

Las felicitaciones para Carolina, Natalia y Belén que eran las protagonistas del día, al veterano del grupo que con su edad nos demostró que se puede hacer el deporte que se quiera, y ya que estamos y para no dejar a nadie... a los tres que después de hacer 175 kilómetros al día siguiente duermen 4 horas y se levantan para acompañar a sus mujeres para hacer otros 60 kilómetros.

sábado, 10 de septiembre de 2011

MTB de Alcázar de San Juan (Estación del Tren) a Madrid (Atocha).

El sábado por fin llegó y empezó el reto de hacer la ruta más grande en distancia hasta ahora intentada por ninguno de los tres.

La idea surgió hace un par de meses, quizá a principios del verano, como una locura, hacer algo que para nosotros estuviera fuera de los límites posibles, hacer algo grande, muy grande, el típico comentario entre amigos de "¿te imaginas que nos vamos a Madrid en bici en un solo día?" sonaba como algo imposible, lejano, necesitaríamos muchísimo entrenamiento, y nuestro record entonces estaría en 80 km. y llegando destrozados a casa, pero la idea quedó marcada en nuestra memoria como un objetivo que alguna vez en nuestra vida teníamos que hacer. Al poco de esto vimos en otra página que un chico de Alcázar lo había hecho, ya no tenía que andar uniendo trozos de rutas, o dibujar una ruta por caminos desconocidos que podrían existir o no. Ya teníamos una ruta real y realizada recientemente.

Nos volvió a despertar el gusanillo y guardé el track de la ruta como un recorrido para antes de lo pensado, y enseguida nos pusimos a poner fecha a la locura. Llegaba el verano y estaríamos de vacaciones y sin tiempo para entrenar, incluso sin tiempo para coincidir y poder hacer la ruta. Lo más pronto posible antes de que llegarán las lluvias, barros y los días más cortos era el fin de semana después de la Feria de Alcázar.

Quisimos debido a que era una ruta de todo un día y terminando a mucha distancia implicar a las mujeres y para esto organizamos una salida también en bici con ellas el domingo, al día siguiente, sería una ruta más corta pero igual de entretenida para todos y para rematar llevar a los niños y así montar también con los pequeños.

Luego coincidió que al ser la semana previa a otra maratón de bicicleta Titan de la Mancha, una ultramaratón de 254 kilómetros un participante y amigo nos pidió acompañarnos a David y a mi a Madrid ya que le serviría de entrenamiento y por la amistad entraba en los planos de bicis con mujeres al día siguiente y con niños (amigos del cole) también el domingo. Todo empezaba perfecto y cada vez estaba más organizado.

Las mujeres tenían dos semanas para entrenar y todos teníamos una ilusión.

La semana comenzó con nervios y ganas de entrenar y con pensamientos sobre si seríamos capaces de conseguirlo, contaba con que Miguel Ángel no iba a tener excesivos problemas ya que este mismo año había terminado la prueba de los 10.000 del Soplao y participaría a la siguiente semana en la prueba de Titan de la Mancha, pero David tiene altibajos en las salidas dependiendo del día y precisamente a dos días de la salida tuvo una caída grave que le dejó los codos y rodillas con importantes arañazos y lo peor con un fuerte golpe en el pecho, pero es que yo generalmente voy más apurado y justito, especialmente en las subidas que lo paso mal, aunque esta ruta se puede considerar de llanear por no tener fuertes o largas subidas no dejaban de ser 800 metros positivos lo que suponía igualar mi record pero además con más de 160 kilómetros de distancia.

En definitiva, tanto David como yo teníamos dudas de conseguirlo, él por su accidente yo simplemente por que me parecía una pasada lo que íbamos a hacer.

Para darle un poco de importancia a la ruta le quisimos dar un nombre o motivo o significado para tener otro objetivo más y así se nos ocurrió unir la Estación de Renfe de Alcázar de San Juan con la Estación de Renfe de Madrid (Atocha). Alcázar de San Juan ha tenido una relación especial con el ferrocarril y como se puede buscar en documentos fue un nudo ferroviario para todos los trenes que iban al sur de Madrid.

Quedamos en salir a las 7:30h. de Alcázar y para ello y poder hacer las fotos previas había que quedar unos minutos antes, además de despertarnos, desayunar fuerte, preparar bicis, vestirnos, etc. fuimos puntuales y aunque en el momento de las fotos era de noche en los 3 minutos que tardamos de salir de Alcázar por el polígono dirección a Quero ya había luz natural.

Nos habíamos propuesto mantener un ritmo suave, o por lo menos no pasarnos y quemarnos al principio para poder aguantar, y decidimos que entre 20 y 22 km por hora por caminos era una velocidad adecuada para llegar a una buena hora a Madrid.

La realidad es que pocas veces íbamos a esta velocidad, lo normal es que rondara los 25 y en momentos de llanear fuéramos más cerca de los 30 km/hora que de los 25. Para mi ir a esa velocidad por caminos empezaba a ser de record pero además contando con que no iba a ser una ruta de 3 o 4 horas, si no de casi 10 horas me preocupaba terminar desfondado y arrastrando la bici a menos de la mitad del camino.

David de vez en cuando se quejaba principalmente de su pecho, realmente no se quejaba, solo lo comentaba cuando se lo preguntábamos pero llevaba el dolor encima, por que no es lo mismo pedalear por carreteras que por caminos y el rebote de la bici le iba golpeando el pecho. Aun eso llegamos mucho mejor de lo que yo pensaba a Villacañas donde hicimos nuestro primer descanso para tomarnos un café. Era las 9:10 y ya estábamos a 35 km descansando justo 10 minutos.

No sabíamos donde sería nuestro siguiente descanso y salimos sin parar, excepto a la entrada de El Romeral para hacer una foto, hasta La Guardia donde aprovechamos una llamada telefónica para hacer otra foto y continuamos una subidita de 100 metros en 8 kilómetros para llegar a Dos Barrios a las 11:20 y descansar un poquito más, 15 minutos con una coca-cola para reponer algo de fuerzas. Ya llevábamos 73 kilómetros y algo menos de 4 horas, de seguir así íbamos no solo a conseguirlo si no además hacer record.

Continuamos desde Dos Barrios dirección a Ocaña, el que era el punto medio de la ruta, o punto de no retorno, después de Ocaña ya nos costaría menos seguir hasta Madrid aunque fuera arrastrando la bici que darnos la vuelta. Antes de llegar a Ocaña tuvimos que atravesar una pista de aviones de vuelo sin motor que hay en la zona, con la curiosidad de que para evitar pasar por encima de la pista rodeamos 20 o 30 metros un carreterín, lo que era una pista, y mientras miraba a la izquierda como una pequeña avioneta maniobraba en la pista para quitarse de en medio David y Miguel Ángel comentaban sobre un avión pero a escasos 10 metros de quitarme de allí pasó por mi derecha un avión de los de sin motor aterrizando que si realmente me hubiera parado creo que lo podría a ver tocado con la mano.

Al llegar a Ocaña comprobamos que eran las fiestas del pueblo y en mitad de la plaza había un escenario, lugar al que aprovechamos para subirnos y perder otros 5 minutos en hacernos unas fotos y volver dirección a Aranjuez, lugar en el que teníamos previsto parar para comer.

Cuando estábamos llegando a Aranjuez eran las 13:30 y teníamos que desviarnos un poco de la ruta para entrar por el centro de Aranjuez y comer allí algo, pero además David en este punto iba gravemente perjudicado con su pecho, en este momento él tenía dudas de conseguir llegar al final, y cuando llegamos al sitio para comer y le vi la cara también tuve el pensamiento de que nos íbamos a ver obligados a abortar la misión.

Desde que nos separamos de la ruta, llegamos al restaurante, comimos, nos hicimos las fotos y llegamos al mismo punto pasó una hora y media, de 13:30 a 15:00h. pero mereció la pena esta parada, David se había recuperado, nos habíamos hidratado, alimentado y descansado lo suficiente como para olvidar el pensamiento de abandonar.

Quizá en otra situación la parada debía de a ver sido más corta, la mitad, unos 45 minutos pero en esta ocasión solo se podía hacer esto.

Llevábamos 110 kilómetros y 8 horas y media desde que salimos, pero algo más de dos horas eran parados, bien para comer, hacer fotos, descansar o lo que fuera.

Seguimos apretando y sumando kilómetros. Hasta este día mi record en cantidad eran 100 kilómetros y todo lo que pasara de ahí ya era una nueva aventura. El calor empezó a apretar y teníamos que beber mucha más agua de la que llevábamos hasta ahora. Pasamos de refilón y sin parar por Titulcia y casi por Ciempozuelos, todos pueblos del sur de Madrid, hasta hacer una parada en San Martín de la Vega para reponer líquido, llegamos a una fuente y sin pensarlo me metí casi dos litros de agua de un trago, íbamos secos.

Eran las 16:15h. 138 kilómetros de ruta y una parada de 5 minutos imprescindible para beber líquido y rellenar bidones.

En este punto empecé a pesar que llegábamos, en Aranjuez pensé en que ya estábamos en la Comunidad de Madrid pero todavía quedaban bastantes kilómetros y puede pasar cualquier cosa, además veníamos de un mal momento físico por el golpe en el pecho de David, pero ya en San Martín de la Vega.... no podía pasar nada.

De San Martín de la Vega sale un carril bici que llega hasta Madrid, un largo carril bici que va por la antigua carretera de La Marañosa y que hubiera sido super cómodo si no fuera por que era una subida de otros 100 metros en solo 8 kilómetros, es decir, una pendiente suave pero continua que ya nos empezaba a pesar en nuestras castigadas piernas, bueno piernas, culo, brazos y cabeza.

Después de esto ya estábamos en Madrid, solo nos quedaba llegar a Atocha, el último paseo triunfal, quedaban todavía unos 15 kilómetros pero eran ya por ciudad, cruzando primero la M50 luego la M45 y finalmente llegar a la M30 por la larga del Manzanares y así llegar hasta Santa María de la Cabeza, la calle estaba cortada al tráfico pero nosotros pasamos con las bicicletas y justo al final de la calle (principio) a lo alto ya se veía Atocha, se distinguía la plaza por la que había pasado miles de veces, recordé que en esta calle con 16 años iba a una discoteca hoy desaparecida de la que no recuerdo el nombre. Tenía una felicidad por dentro increíble, miraba a la gente esperando a que me reconocieran no como a un ciclista de Madrid si no como a uno de los tres que habían salido esta mañana de Alcázar, un pueblo de Ciudad Real, una provincia que ni si quiera limita con Madrid, pasamos por la puerta del museo del Ferrocarril y no paramos para no perder más tiempo pero fue otro sitio relacionado con nuestra ruta, con nuestra ruta del tren.

A las 17:51 minutos paramos en la fachada de la estación de tren de Atocha y habíamos hecho 165 kilómetros en 10 horas y veinte minutos, con 2 horas y cincuenta minutos parados, 7 horas y media, impresionante, si en ese momento me hubieran preguntado por el nombre de algún héroe mundial eran nuestros nombres. Estuvimos 10 minutos haciéndonos unas fotos y felicitándonos, llamando a casa y a las mujeres de que estábamos en Atocha y todo había ido bien y continuamos hasta Vallecas para dejar las bicis, prepararnos irnos a cenar, y descansar para la siguiente aventura del día siguiente, el Anillo Verde de Madrid con las chicas. ¿serán ellas capaces de conseguirlo?

Además de estos datos la ruta se compone de sumando los desplazamientos de casa a la estación de Alcázar y de Atocha a Vallecas de 175 kilómetros en una jornada de 11 horas y cuarto, 3 horas parados, una velocidad media en movimiento de 21 kilómetros hora, personalmente una cadencia de pedaleo media de 70 y una frecuencia cardiaca media de 141 de pulso con un máximo de 182, la velocidad máxima fue de 48 kilómetros por hora y un ascenso acumulado de 795 metros.

Para otros ciclistas esta puede ser una salida relativamente normal o sencilla pero para mi y hasta ahora es en cuanto a bicicleta de montaña se refiere lo máximo y lo inimaginable hace solo unos meses.

jueves, 8 de septiembre de 2011

Entrenamiento con caída.

El jueves queríamos que fuera nuestro último día de entrenamiento antes de enfrentarnos el sábado a la ruta más larga en un día hasta ahora pensada e imaginada por nosotros. Ahora, aunque con respeto, creemos que podemos hacerla.

Decidimos ir a Tomelloso, una ruta de 75 kilómetros pero que si la hacíamos a un ritmo rápido podría sernos útil para seguir fortaleciendo y cogiendo forma para llegar a Madrid.

Salimos a un ritmo superior al normal, no bajando en ningún momento de los 25 km/hora, mi intención era llegar a Tomelloso y volver en un máximo de 3 horas y en esas estábamos cuando a unos 7 km de Tomelloso se nos puso a rueda otro ciclista, aunque no nos conocíamos fuimos hasta Tomelloso juntos. Paco, que se llamaba también así, pertenece a un grupo que sale todos los días y están muy por encima físicamente de nosotros. No se si no exageraría algo pero nos contó que había salido de Alcázar 15 minutos después que nosotros y en unos 25 nos había adelantado y que iba normal.... un poco exagerado si que fue por que contando con que nosotros íbamos entre 25 y 30 para hacer eso debía de venir a más de 40 y no creo que fuera el caso.

Como se agradece montar con más gente que los dos mismos de siempre pues aprovechamos para ir él hasta Tomelloso, y cuando nos ofreció ir a Argamasilla y luego volver a Alcázar por otro sitio decidimos seguir con él todo el resto de ruta.

Una ventaja es que él iba tirando de los dos, David le seguía bien el ritmo, y en realidad yo también pero más justito, no me podía relajar ni un segundo, yo en otra situación me hubiera quedado a 20, o hubiera parado para beber, o para hacer una foto, con él era pedalear y pedalear, y siempre por encima de los 25, beber pedaleando, las fotos pedaleando, y sufrir mientras seguíamos pedaleando, y por una parte cuando ya estábamos llegando a Alcázar me alegré, gracias a Paco estábamos terminando una ruta sencilla en cuanto a técnica y recorrido pero a un ritmo muy fuerte para nosotros.

La tarde se torció cuando llegando a Alcázar, bajando el puente que pasa por encima de la vía a la altura de los molinos David hizo un giro para esquivar un arbusto que crece en el arcén de la carretera y se mete un poco dentro de la misma, y ya no se si el chocar con el arbusto le hizo desnivelarse, o al esquivarlo se le fue la bici, pero precisamente en esta cuesta abajo que es donde aprietas por última vez y casi que coges más velocidad de toda la ruta vi como David volaba y adelantaba a su propia bici.

Salió por encima del manillar, arrastró unos metros y paró contra el quitamiedos de la carretera, frené detrás de él todo lo rápido que pude y llamé a Paco que iba el primero, paró también un coche que nos vio socorrer a David por si necesitábamos ir al hospital y después otro coche. Por suerte a David no le pasó nada de gravedad, solo unos raspones, en los dos codos, en la dos rodillas, en el muslo izquierdo, un golpe en el pecho, le ayudó el casco para no golpearse la cabeza, en definitiva en todos los sitios. La bicicleta quedó con el manillar torcido los frenos haciendo ruido, pero no rompió nada, ni patilla, ni eje, ni dobló disco, ni partió cambios o manetas de freno, nada, Paco que resultó ser un manitas y mecánico con la bici la arregló en dos minutos.

Uno de los motivos por el que cogimos la bici de caminos en vez de carretera es precisamente por el peligro de la carretera y siempre en la medida de lo posible evitamos pasar por cualquier carretera, hoy en esta ruta hicimos por lo menos 20 kilómetros de 80 por carretera y ya nos parece una barbaridad. En un camino se puedes caer y hacer igual o incluso más daño, pero en la carretera además del daño propio de la caída que será el mismo siempre tienes el riesgo del atropello, del quitamiedos, que además del golpe tienes el quemarte contra el asfalto al arrastrar.

Fue un día bueno en la ruta y malo por la caída, de todas formas el sábado no suspendemos la salida a Madrid, quizá David vaya un poco más fastidiado pero nada que un ibuprofeno y un buen dopaje no pueda solucionar.

martes, 6 de septiembre de 2011

Repetidor de Herencia

Con el objetivo de ganar un poco o al menos no perder el ritmo cogido en agosto salí yo solo dirección al repetidor de Herencia haciendo una ruta de unos 60 km.

Llevaba una semana desmotivado con la bici, con pocas ganas de cogerla y cuando lo hacía muy cansado y así es más difícil pero por como la fecha del viaje a Madrid ya está muy próximo tenía que salir aunque no me apeteciera mucho.

Llegué a casa ya cerca de las 16:00h. y a las 16:30 estaba montando después de comer lo que sería una comida normal pero no para después meterse este recorrido intentar ir rápido y con el calor que hacía, tenía verdura y carne, nada de los hidratos necesarios para aportar energía.

La llegada al repetidor fue bastante más rápida de lo que estoy acostumbrado, incluso empezando con el viento en contra llegué muy bien al inicio del repetidor, y sin parar a reponer fuerzas como iba pensando empecé el ascenso, me encontraba bien y así recuperaba más tiempo del que equivocadamente pensaba que había perdido.

La subida yo la veo como 6 rampas para subir 230 metros de altitud en algo menos de 4 kilómetros de distancia, con unas pendientes de hasta el 12% que no son las más empinadas que he subido pero ya están bien, la ruta completa tenía un desnivel de 270 metros y 230 estaban concentrados en esta subida, la tercera rampa es una recta algo más larga y ya iba cansado pero seguía en el plano mediano y todavía me quedaban 3 piñones por subir por lo que llevaba un desarrollo aceptable para mi, pero al empezar el cuarto tramo noté que perdí mucha fuerza, tenía mucho calor y antes de marearme paré, me tomé una papilla de plátano y descansé por lo menos 10 minutos sentado en el camino. Al levantarme me encontraba muchísimo mejor y aunque desanimado por la parada pensé en terminar y llegar arriba, pero todo fue un espejismo por que antes de terminar la quinta rampa me alegró que me sonara el teléfono y tener que atender una llamada de trabajo lo que me suponía otro descanso, descanso más llamada que supuso otro cuarto de hora parado y descansando, ya desmoralizado por tener que descansar dos veces estuve tentado de bajarme y volver a casa pero la papilla había empezado a hacer efecto y con más energía llegué arriba.

Aquí perdí otro buen rato, haciendo la foto, colocando el trípode, comiendo un poco más de azúcar y bebiendo agua y después de otros 10 minutos mínimo empecé el regreso a casa, volvía confirmando que estaba bajo de forma, miré el reloj y me pareció ver que llevaba más de 3 horas y llevaba media ruta.

Cuando regresaba por la Cañada Real Galiana paré para hacer unas fotos al poste que informa que es uno de los Caminos del Quijote y en la señal hay una marca de sillas de ruedas, se supone que es un camino o paseo por el que puede pasear una persona en silla de ruedas, más que comentar a donde y en que condiciones habría que mandar al que pone ese cartel simplemente observar las fotos, con la bicicleta ya era complicado y con miedo a pinchar.

Luego me encontré a un grupo de 4 ciclistas cruzando el río Ciguela y pensé que me iba a adelantar pronto pero como me fui por un camino paralelo al principal haciendo casi un kilómetro más, al llegar al cruce con la autovía y no verlos pensé que me habían adelantado hacía un rato, aquí me volvieron a llamar por teléfono y viendo el desastroso día aproveché incluso para subir una foto a facebook  comentando lo cansado que iba a estar el sábado durante el viaje a Madrid, después de esto vi que me adelantaban los cuatro ciclistas anteriores, guardé el teléfono y antes de hacer 1 kilómetro ya les había adelantado y sacado otros 300 metros justo para llegar a Alcázar y luego a casa en tres horas y media.

Aquí me di cuenta de que iba mirando mal el reloj, en realidad lo que pasó es que iba mucho más rápido de lo normal, y que no había comido correctamente, me desgasté pronto pero aun eso hice lo que para mi fue una magnifica ruta, los 60 kilómetros en tres horas y media, pero subiendo el repetidor yo solo, sin la música que me anima y haciendo más de tres cuartos de hora en cuatro largas paradas.

Al final fueron exactamente 3 horas 43 minutos de ruta pero 48 minutos fueron paradas, por lo que la ruta se quedó en menos de 3 horas, exactamente 2 horas y 55 minutos.

Utilicé por primera vez el pulsómetro y todavía no entiendo mucho pero me dio una frecuencia cardiaca máxima de 188 pulsaciones por minuto y una media de 152 pulsaciones por minuto, si es como tengo entendido que de 220 ppm hay que restar tu edad significa que llegué a mi máximo teórico, lo que creo también es que la media es un poco alta, no tenía sensación de ir tan sofocado, quizá fue el tramo de la subida lo que disparó la media, y también puede ser que he leído que el pulsómetro que utilizo da muchos fallos, quizá empiece a utilizarlo regularmente y junto a la cadencia de pedaleo que no activé controle mejor el esfuerzo que hago en cada ruta.

Me acordé de que la última vez que había hecho una ruta similar subiendo el repetidor fue el invierno pasado cuando empezamos a montar, salimos por la mañana temprano un domingo y casi no llegamos a comer, además de destrozados como si viniéramos de la guerra, había algo de barro y tuvimos que parar en el lavadero del Carrefour para lavar las bicis, tuve que lavar yo las dos por que David no tenía fuerzas ni para sujetar la manguera del agua, hoy ha sido una simple ruta entretenida, parte de un entrenamiento para otra más compleja y cualquiera de los dos nos la podemos terminar en 3 horas o menos si nos lo proponemos.

Vuelvo a coger ánimos y fuerzas para el viaje a Madrid del sábado que viene. Nos separan 155 kilómetros y casi 1.000 metros subiendo.

viernes, 2 de septiembre de 2011

Salir sin track en el GPS

Aprovechando e intentando agotar las últimas posibilidades que me quedan de salir por las tardes y con luz natural pensé en que tenía que hacer hoy una ruta un poco más dura y que además me sirviera de entrenamiento para el fin de semana que viene. Pero empecé mal.

El GPS lo actualicé hacía unos días sin seguir las instrucciones y no me enseñaba los mapas, eso me supuso estar liado con el ordenador y salir una hora más tarde de lo que tenía pensado y además sin ruta fijada, cosa que no me importó al principio pero luego se volvió en mi contra.

Salí con ganas de llegar hasta el segundo repetidor de la Sierra de Herencia y repetir una ruta que ya había hecho hacía un año, sin GPS y con la CUBE y volver a valorar las diferencias de un año después, pero al llegar a las Tablillas del río Záncara no vi ningún camino que fuera recto hasta el repetidor y me encontraba más cansado de lo normal, llevaba 20 km pero no quería seguir, y según el GPS para llegar al repetidor no podía ir recto, tenía que seguir avanzando mucho más, y unos 10 kilómetros después girar hacía el Oeste. Cuando vi que no iba a poder hacer una buena ruta cambié de planes y fui dirección a Alameda de Cervera para dejarla más suave, y cuando volví a pensar que seguía cansado volví a girar pero esta vez dirección a casa para dejar la bici, hacer un par de paradas más y comerme un racimo de uvas, que es precisamente lo mejor de montar en bici en esta época y por estos caminos manchego, y tentado de comerme un melón pero no recordé que llevaba una navajilla con las herramientas, si lo llego a pensar en ese momento creo que me hago una merendola solo en mitad del campo.


Al final una ruta de unos irrisorios 43 km llaneando y sin aire en contra, barro o alguna escusa que justificara mi regreso, pero luego en casa me di cuenta que el problema no había sido físico, era psíquico, simplemente no me apetecía y no me esforcé suficiente mentalmente para seguir y hacer lo pensado en un principio. Por eso es tan complicado salir solo y terminar haciendo lo que se tenía pensado y sin picarte con nadie, solo contigo mismo.

jueves, 1 de septiembre de 2011

Paseos compartidos en bici.

Se nota que ya queda poco para empezar la jornada partida, además de reducirse las horas de sol, empezar la época de vientos, también de lluvia y por tanto de barro, colegios de los niños, extra escolares, y todo lo que tiene que ver con menos tiempo para montar y por esto ahora aprovechamos cualquier ratito para darnos un paseo juntos.

Hoy tocaba cambiar de ruta y hemos ido juntos a Villafranca, una ruta que ya habíamos hecho en otra ocasión y que hemos repetido yendo por el camino de las lagunas de Alcázar y volviendo por la vía de servicio dela autovía de los viñedos. La ruta de 35 km a una media de 19 km/hora aunque lo ha mejorado que a la vuelta nos iba empujando el aire incluye una parada en Villafranca para tomar una coca-cola y un helado.

Esta ruta la hemos podido hacer por que los ríos ya vienen secos, en otros momentos no se podían cruzar y requería dar una buena vuelta para cruzarlos. En la primera foto se ve a Belén dudando en si bajar montada o empujado la bici, bueno en realidad no lo llegó a dudar nunca como tampoco lo dudé yo y bajé y subí por el otro lado con la bici en los hombros. Y como había pocas fotos pues una última en el garaje antes de subir las bicis a casa.

Mañana posiblemente y en previsión de que el fin de semana no voy a poder montar intentaré hacer yo una ruta un poco más fuerte que la de ayer o hoy.