domingo, 23 de diciembre de 2012

II Geocaching en Rivas-Vaciamadrid. Entre el río Manzanares y el río Jarama.


Hoy domingo iniciábamos por primera vez dos días consecutivos andando y haciendo Geocaching y además en Madrid, supeditamos el deporte al ocio..

También en la zona de Rivas-Vaciamadrid queríamos hacer una ruta mucho más pequeña para volver pronto a casa y en tan solo 8 kilómetros recorrer los 20 tesoros escondidos en la Junta de los Ríos Manzanares y Jarama.

Esto es un paseo sencillo en el que nos encontramos con gente paseando, corriendo o montando en bicicleta de paseo, totalmente llano y por caminos arreglados.

También vimos a gente con prismáticos y cámaras de fotos observando los pájaros y sobre todo patos que hay en los ríos.

Anunciaban un día de sol y calor, para estar a finales de diciembre, y pensamos en invitar a venirse con nosotros a Samuel y Jaime pero nos pusieron al escusa de que tenían que ir a misa por hacer este año la comunión y se quedaron sin venir.

Después invitamos al abuelo y le dijimos que se lo dijera a las tías y si se vino él pero se le olvidó comentárselo a mis hermanas.

Llevaba una hoja con un mapa con los 20 caches del recorrido y los códigos de los mismos pero uno estaba mal apuntado y para buscarlo teníamos que retroceder así que nos limitamos a 19 para no gastar más tiempo.

Respecto al Geocaching no tenía nada que ver con lo del sábado donde nos encontramos casi verdaderos tesoros, anillos, libros, juguetes,... solo nos faltó algún rasteable o moneda, hoy casi todos eran micros sin objetos de intercambio que es lo que les gusta a los niños.

Aquí vimos el fin del Manzanares, mítico río para los madrileños, y con esta etapa ya lo he visto en todos sus momentos, el nacimiento por La Pedriza, el curso medio cruzando Madrid, y su desembocadura sobre el Jarama.

Al empezar la ruta Paula iba pensando en que iba a ser su última ruta, había decidido y así acordado que iba a ser la última ruta que iba a hacer con nosotros, después del cansancio de ayer sábado no volvería a andar jamás. En un momento en el que Belén habló sobre la siguiente ruta ella dejó claro que no contáramos con ella.

A lo largo del recorrido, más corto, más sencillo, con menos peligroso, me llegó a decir y sin preguntarla ni presionarla para nada sacando ella el tema de conversación que para una ruta de 8 kilómetros como esta, o quizá 9 y llegó a subir hasta 12, podría hacer una excepción y seguir en el equipo Más de 8 paseos.

A Belén no le gustó que hacía un rato se había enfadado Paula con Belén por solo mencionar la posibilidad de andar algún día y ahora fuera ella misma quien se volviera a apuntar. Y es que nos escuchaba hacer planes para ir a sitios y conocer cosas y parece que no se quería quedar al margen de nosotros.

Estuvo proponiendo ideas para hacernos unas camisetas con nuestro nombre y finalmente ella misma dijo que menos para rutas duras de las de 20 kilómetros, para todas las demás, pensando en que iban a ser más fáciles definitivamente volvía con nosotros.

Marcos que sigue alucinado con Indiana Jones decía que necesitaba un látigo para luchar con los animales que le podían salir por el campo, y tiene claro que será su regalo estrella para pedir a los Reyes Magos, que yo sepa los Reyes Magos solo puedes ir a un sitio a comprar un látigo de cuero aunque no los vendan las funciones de explorador el objeto es el mismo.

Terminamos la ruta con 18 caches encontrados, además del mal apuntado uno estaba espoliado, con un sencillo paseo acompañados por el abuelo, habíamos introducido a un nuevo miembro en el equipo, habíamos recuperado a Paula para el equipo, habíamos conocido otra zona y visto desde aquí La Marañosa que será un próximo recorrido. Por muchas cosas finalmente fue una buena mañana.

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