domingo, 2 de septiembre de 2012

Subiendo por Sierra Luenga.

Después de hacer la Titán de la Mancha del 2009 y la Titán de la Mancha del 2010 nos tocaba "descansar" un fin de semana de nuestra nueva aventura o reto, hacer todas las Titanes anteriores a la que vamos a participar este año 2012.

Este fin de semana era el comienzo de las Ferias y Fiestas de Alcázar de San Juan y bastantes sacrificio hace la familia por nosotros, por David y por mi.

Estuvimos dando un paseo por la feria, luego viendo los fuegos artificiales y luego dando un paseo de vuelta a casa.

Pero entre unas cosas y otras siempre te acuestas tarde y luego ir a Puerto Lápice para hacer una ruta llena de subidas no es fácil.

La ruta que había dibujado incluía primero la subida a los molinos de Puerto Lápice, luego la subida al Mingoliva, volver a bajar por el mismo sitio e ir hasta la subida a Cuatro Caminos, desde aquí íbamos a entrenar en dos subidas que estarán presentes en la edición de este año 2012 de La Titán de la Mancha, subir al Reventón y subir a los molinos de Consuegra por el sendero de la parte de atrás.

Mientras subíamos las bicis al coche no parábamos de bostezar del sueño que teníamos, habíamos dormido 3 o 4 horas y lo que menos nos apetecía en ese momento era pedalear. Y eso que David tenía ganas de conocer la subida del Reventón y los dos el sendero de los molinos de Consuegra que era el principal atractivo de la ruta.

Llegamos a Puerto Lápice y antes de bajar las bicis ya me estaba diciendo que nos volviéramos a casa, David tenía además una comida familiar y no quería volver tarde. Pero además insistía en que hacía frío, y es cierto 8 grados para comenzar no son muchos.

Bajamos las bicis y resulta que no llevaba el track, había formateado el GPS unos días antes y no había metido esta ruta... otra escusa para dar la vuelta e irnos a casa.

Como la ruta no era muy complica empezamos dirección a los Molinos que ya habíamos subido en otra ocasión. Hace mucho tiempo... no puede ser mucho por el poco tiempo que llevo montando en bici, había estado aquí arriba y la subida se me hizo casi imposible, este día subí el primer tramo de tierra deprisa hasta el descanso en donde hay unas antenas, di un rodeo esperando a David y descansando del apretón y empecé el último tramo asfaltado con ventaja, pero a falta de unos pocos metros David venía de pié intentando adelantarme y por mucho que bajé un par de piñones para impedirlo me consiguió superar a falta de unos muy pocos metros.

Lo importante era que había llegado arriba esprintando y disputando la subida a David, los dos encima de la bici como si fuéramos buenos. Al llegar estábamos sofocados por el esfuerzo pero contento por la forma de subir. Descansamos unos minutos y empezamos a bajar para ir al Mongoliva.

Al empezar a bajar empecé a sentir un mal estar en el estómago, en el coche nos habíamos comido un par de plátanos cada uno y el esfuerzo me había producido un corte de digestión. Estaba apunto de vomitar y tuve que llamar a David para que no tirara y me esperase. Otra vez con escusa para volvernos a casa. Pero no, le dije a David que costara lo que costara teníamos que intentar hacer la ruta o por lo menos media ruta pero no darnos la vuelta tan pronto. Le pedí ir dirección al Mongoliva pero muy despacito para ver si durante el trayecto se me pasaban las angustias y llegaba con fuerzas para la subida.

Efectivamente poco a poco se fue pasando y al comenzar la subida estaba olvidado el dolor de estómago producido por el esfuerzo inmediatamente después de engullir dos plátanos duros.

David iba todo el rato unos metros por delante mía, intentaba ir a su ritmo pero no conseguía recortar los 10 o 15 metros que llevaba todo el rato delante mía. A media subida bajé un piñón y adelanté un poco, luego bajé un segundo piñón y me di cuenta que además de tener fuerzas para hacerlo iba comiendo terreno a David, llegué a ponerme detrás de el y luego en paralelo, para no dar pistas de mi intento de adelantamiento pasé por un lado sin decir nada, y poco a poco me fui separando, a los pocos minutos miré para atrás y ya estaba alejado y ya iba faltando poco para coronar el Mingoliva, pero al mirar para atrás me miró y se dio cuenta David del reto y se puso de pié en la bici para adelantarme, también yo apreté todo lo que pude e intenté que no me recortara ni un metro, finalmente llegué a la cima unos segundos por delante de él.

La primera vez que subimos aquí hace menos de un año me tuve que parar para descansar, llegó David 50 metros por delante mía y hoy nos disputamos la subida con otro sprint.

Volvimos a descansar a comentar en las diferencias y lo ganado en los últimos 12 meses y comenzamos una bajada tranquila para dirigirnos al cruce de Cuatro Caminos. Antes de llegar arriba vimos en Fuente Umbrión una imagen para mi desagradable, había un coche todoterreno con un remolque enganchado y aproximadamente 50 o 60 garrafas de agua de 5 litros tiradas por el suelo esperando a ser llenadas. No se si esto es legal o si está permitido o no lo está, pero no me pareció lógico ni normal. Pero es que me han comentado de gente que se lleva incluso una manguera para no tener que bajar las garrafas del coche y enchufarla directamente al grifo de la fuente.

No creo que la misión de una fuente en medio de un monte sea abastecer de agua corriente a ninguna familia, y alguien con ese coche no coge el agua por necesidad o pobreza extrema.

Llegamos arriba a la hora estimada y desde aquí teníamos la opción de volver al coche y ir a las dos subidas más duras y nuevas pero ya se nos hacía tarde. Descansamos un poco y por no volver por el mismo camino de ida bajamos dirección Norte o Consuegra para llegar luego a Puerto Lápice dando un rodeo.

El Reventón se nos quedó a un lado pero si nos descuidamos llegamos a Consuegra. Mientras arrancábamos nos adelantaron dos ciclistas con pintas de principiantes, las nuestras hace unos meses, y al arrancar pronto les adelantamos nosotros. Luego pasamos por una finca con toros y vacas y paramos para hacernos unas fotos y ver unos terneros muy jóvenes que estaban allí pastando, en ese momento nos adelantaron los dos ciclistas noveles, entonces le dije a David que me apetecía intentar adelantarlos y aunque ya estaban separados y teníamos que cruzar la cuneta y arrancar pensaba que me podía dar tiempo. Con mucho viento en contra, el mismo que ellos, puse el plato grande y apreté hasta quedar a su espalda pero antes de adelantar miré para atrás y David estaba mirando desde medio kilómetro sin intentar acercarse, no se picó. Entonces me dio vergüenza adelantar para luego frenar para esperar a David y paré para irnos juntos a Puerto Lápice.

Llevaba unas semanas sintiéndome muy bien en la bici y hoy seguía siendo un buen día.

Al final pasamos por un camino que no existía, nos tocó hacer 300 metros de "empujabike" y mientras el GPS nos decía que estábamos sobre un camino nosotros pisábamos terrenos en un sembrado.

Volvimos pronto a casa, nos dio tiempo a hacer una ruta divertida, salir a una hora decente y regresar a otra hora más decente aún. Descansamos de las dos semanas anteriores con dos Titanes de la Mancha que aunque no nos supusieron algo exagerado si nos cansaron por la falta de sueño y el acumulado de kilómetros. Lo mejor las nuevas sensaciones sobre la bici, la sensación de poder acelerar en cualquier momento para recuperar unos metros, la sensación de poder ir un poco más allá o un poco más deprisa si es necesario, y también la fuerza de voluntad de salir los dos solos después de dormir solo unas horas para hacer una ruta con un corte de digestión y terminar sonriendo, siempre sonriendo.


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