domingo, 8 de mayo de 2011

III Cicloturista Villa de Herencia 2011.

El domingo participé en mi segunda cicloturista después de la mala experiencia de la de Villacañas en la que me arañaron la bicicleta y dejaron algo tocada la Cube al llevarla los de protección civil en el carrillo echando las señales de tráfico encima mientras votaban encima de mi bicicleta por los baches de los caminos, (de todas las experiencias se aprende y de las malas más rápido). En esta ocasión pertenecía al circuito de BTT de Ciudad Real y era la celebrada en Herencia. Creo que quizá por esto, pertenecer al circuito oficial y por tener un coste estaba mejor organizada, más preparada pero también más dura, para mi los 830 metros de desnivel fueron demoledores.

Empezamos la mañana con mucha ilusión, para David era la primera cicloturista y para mi, aunque realmente era la segunda a la que iba, esta sería la primera que iba a terminar, con opciones de llegar al final y con un poco de suerte no ser el último. El día como anunciaban las predicciones iba a ser muy bueno, con sol pero sin calor aunque tenía la pega de que el viernes por la noche noche y sábado por la mañana estuvo lloviendo y mucho y los caminos tenían en algunas zonas bastante barro y zonas encharcadas, lo suficiente como para no embarrar pero lo suficiente para terminar con bicicleta y ropa totalmente marrones.

Cuando salgo yo solo suelo llevar muchas cosas, de todo, pero esta mañana no me llevé la mochila contando con los dos avituallamientos de la organización y con un bidón en la bici.

A la salida ya noté y le comenté a David que se veía como más nivel, había de todo pero en general las bicis eran mejores, en Villacas llegué a ver BH de los 80 con el cestillo en el manillar y portabicis (que recuerdos) también bicis de muchos euros, pero había de todo, aquí quizá había menos "super" bicis pero tampoco había muchas viejas del todo, esto, el no ver muchas antiguallas,  me hizo pensar que quizá el nivel fuera más alto.

Ya me habían advertido de que la ruta era un poco dura, y la verdad es que ya lo anuncia el cartel oficial de la cicloturista como dificultad media - alta, pero tampoco pensé mucho en ello, creí que como en los puntos de avituallamiento se espera y se neutraliza la carrera y luego en un tramo libre de 20 o 25 km tampoco puede existir mucha diferencia entre el primero y el último. Cosa de la que me equivoqué.

Nada más salir se va formando la culebra de bicicletas a lo largo del pueblo, y aquí, al principio todavía descansados, fuimos un buen tramo hablando comentado esas primeras impresiones, pensando en acabar la carrera y en divertirnos durante el recorrido.

Yo ya tengo varias experiencias en rutas de este número de kilómetros, 70-75 y pensé en que 72 km aunque cerca de mi máximo eran perfectamente asumibles, el terminar estaba asegurado, por parte de David tenía dudas de si lo conseguiría por estar lesionado de la rodilla. No me encontraba mal, voy muy cómodo con la bici, esto estaba hecho casi antes de empezar.

Pronto salimos a caminos y nos tocó cruzar los primeros charcos, cada vez que pasábamos por uno la cabeza de la carrera se detenía para cruzarlo de uno en uno y se iba formando un atasco para atrás. No hacía mucha falta indiciar a los de atrás que había que frenar ya que se empezaban a escuchar a todas las zapatillas desenganchar de los pedales haciendo el característico ruido.

Pronto, a los 20 km., hicimos el primer avituallamiento, la bicicleta ya la llevaba hasta las narices de barro, el disco del freno llegó a estar tapizado, con un freno v-brake no se si hubiera podido volver a frenar el resto de la carrera.

Llevábamos pocos kilómetros pero ya empecé a intuir que la carrera iba a ser algo más durilla, los caminos no llegaban a estar mal pero tampoco estaban para tirar cohetes, había que esquivar muchos charcos y en otros casos pasar por encima de ellos.

El primer avituallamiento me pareció una pasada en cuanto a la cantidad y variedad de cosas que había, agua, plátanos, manzanas, croissant de chocolate, barritas de cereales, acuarius, barritas de chocolate, canutos de chocolate.

Creo que hasta este punto fuimos más o menos por la mitad del grupo y desde que llegamos hasta que nos fuimos no se el tiempo que tardamos pero no me dio la sensación de estar mucho tiempo, el justo para comer y beber bien como hicimos y descansar el culo del sillín.

Desde ahí salimos a dar una vuelta por la sierra pasando por senderos muy divertidos por los que no había pasado nunca, solo había salido en otras dos ocasiones por estas zonas, y al ir descansado, cómodo y bien me llegué a flipar en alguna bajada saltando charcos, ramas o piedras en el camino, he notado que hago las bajadas, dentro de que las hago lentas, más rápidas con esta que con la Cube rígida.

Esto hasta llegar a Puerto Lápice donde hicimos el segundo avituallamiento con la misma variedad de cosas y cantidad que en el primero, es decir, todo muy bien organizado, me pareció que se portaron muy bien hasta este punto. Aquí además coincidimos con una concentración de motos, David que toca todos los palos creo que no sabía si mirar las bicis o las motos, como le dije solo faltó coincidir con otra de coches clásicos y ya convertíamos Puerto Lápice en el centro de las quedadas nacionales del día.

Desde aquí, a la salida de Puerto Lápice, después de cruzar la carretera comenzaba la parte libre, la no controlada o neutralizada, hasta Herencia pero dando unos rodeos y subiendo los molinos y varios repechos más. La parte más dura.

Ya llegando a Puerto Lápice me empezaron a dar pinchazos en los muslos, como un amago de lo que sucedería después pero al parar y reponer fuerzas o tomar azúcar pensé que se pasarían los dolores. Pero no, nos sorprendió que nada más dar la salida y después de decidir que íbamos a intentar terminar los ciclistas que se habían puesto en cabeza salieron disparados a una velocidad como si acabaran de empezar a montar, como si lo de hasta ahora no hubiera llegado a ser ni calentamiento.

Además esta zona creo que era bastante más dura, con muchas subidas y bajadas, por senderos con muchas piedras sueltas, con mucho barro, con más charcos, con más agua, con más subidas y bajadas, más cortas pero era un sube/baja constante que hacía que los pinchazos en los muslos fueran cada vez más fuertes.

Al poco de empezar en una de las subidas y en las que había que cruzar un charco grande David se adelantó un poco y aunque todavía le tuve localizado delante mía otro o otros dos kilómetros rápido le perdí de vista, al llegar a la altura del copón ya dejé de dar pedales en la bajadas para descansar las piernas antes de afrontar la siguiente subida. Pero lo peor es que todavía quedaban por lo menos otros 15 o 20 kilómetros y no precisamente sencillos o llanos.

Los dos siguientes repechos terminé haciéndolos andando la parte de final, no era el único, muchos iban haciendo lo mismo y todavía llevaba a muchos por detrás mía pero cada vez eran menos, nos íbamos adelantando unos a otros, pero cada vez que pasaba a uno me pasaban a mi cuatro, y en el siguiente repecho me volvía a adelantar ese mismo y ya no lo recuperaba yo.

Al cruzar la carretera de Villarta había una subida larga a lo alto del final de los segundo molinos, aquí sufrí un pinchazo tan fuerte que casi no me da tiempo a desengancharme de los pedales, dejar la bici en el suelo y tirarme quedándome con la pierna estirada sin posibilidad de doblarla y con fuertes dolores, pasó el coche de Protección Civil y les dije que no se preocuparan que eran unos pinchazos, y al ofrecerse a ayudarme les dije que los pinchazos eran en la pierna no en las ruedas. Aquí me adelantaron los 5 que quedaban por detrás mía quedándome el último y después de parar dos o tres minutos me volví a atrever a subir y coronar esta subida montado en la bici, todo un triunfo que pagué con creces a continuación.

Luego se iba paralelo por la parte de atrás de los segundos molinos hasta llegar abajo a la altura de una ermita y vuelta a subir los molinos por el principio y bajada por el final. En este tramo adelanté a un ciclista, debía de ir bastante tocado por que yo apenas daba pedales si no era necesario, intentaba aprovechar la inercia de las bajadas para subir luego todo lo despacio que podía. Me crucé con unos niños pequeños que se reían por ir el último y les grité que yo iba el primero que todos los demás se habían confundido de camino e iba a ganar yo todos los premios, la verdad es que no se lo creyeron pero consiguieron que nos riéramos un rato.

Empecé a subir los molinos y no llevaba ni 30 metros cuando me tuve que bajar y de ahí hasta el primer tramo que pueden ser 200 metros o más los hice empujando la bicicleta, al llegar arriba volví a ser el último y preguntando a uno de la organización me dijo que todavía había que subir al último molino, bajar hasta el pueblo, ir hasta la sierra de los primeros molinos, subirlos, bajarlos y llegar a meta.

Estaba dudando de si merecía la pena empujar la bici durante tanto tiempo pero al contarme lo que me faltaba se me aclararon todas las ideas, yo monto en la bicicleta para montar en bicicleta no para empujar una bicicleta y si lo estaba pasando mal dejaba de ser una cosa divertida y dado que nadie me obliga a sufrir y pasarlo mal lo mejor era darme la vuelta. Así lo hice y volví a bajar subido en la bici por donde había llegado empujándola.

Justo al llegar abajo me volvieron a dar unos fuertes pinchazos y me tuve que tirar otra vez al suelo, y quedarme ahí tirado otros 5 minutos hasta que puede doblar otra vez la pierna y ya 100% seguro de no subir los primero molinos de Herencia ir hasta la meta a encontrar a David e ir a por la comida que se me antojaba rica y abundante. Junto con otro ciclista que pasaba por allí y también quería abandonar nos fuimos y pasamos juntos por la línea de meta pero sin que nadie nos dijera nada por venir por otro sitio anotando nuestros dorsales en el orden de llegada, tampoco dijimos nada ya que no afecta para nada a la clasificación, los primero ya habían llegado y al que llegara el 186 que le digan que realmente es el 184 no creo que haya mucha diferencia.

Al llegar David a meta yo ya estaba allí y le pregunté que si me había visto cuando le adelanté, al principio se creyó que le había adelantado y llegado antes que él pero luego confesé mi retirada y le felicité por el enorme esfuerzo que había hecho y además estando lesionado, cosa que pagará el lunes en rehabilitación cuando no pueda hacer los ejercicios que le mande el fisioterapeuta.

En el colegio donde se organizaba la comida volvieron a sorprendernos por lo bien que estaba todo, primero entregamos el dorsal y recibimos un "trofeo" / recuerdo por la participación en la carrera, es una chorrada pero se agradece el detalle, al llegar a casa la dije a Belén que tenía que comprar el tapete de ganchillo para ponerlo encima de la TV, y luego tras conseguir una cerveza empezamos a comer lo que nos pusieron, longaniza, ensalada de pasta, creo que también de arroz (de esto ya se había acabado), patatas alioli (también se habían acabado), y creo que también una ensalada de palitos de cangrejo (pero también se había acabado), luego después de coger una segunda cerveza nos comimos un plato de patatas con carne que estaba realmente bueno pero tampoco encontramos pan ya que también se había acabado. He leído de otras personas que han criticado que la comida era escasa y quizá sea cierto y se pueda solucionar para la siguiente edición pero por otra parte no creo que hayan escatimado en nada en la organización de la que creo que ha sido muy correcta, con avituallamientos enormes, con un detalle o regalo en forma de recuerdo, si alguien se ha quedado sin comer estará mosqueado pero quizá no sea sencillo preparar comida para tantas personas y saber calcular bien la cantidad y otras cosas.

Para terminar la crónica decir que he pensado en que debería cambiar el nombre del blog que hace referencia al deporte en inglés MTB (Montain Bike) por BTT (Bicicleta Todoterreno), creo que después de casi un año montando, empecé a finales de junio del año pasado, me he dado cuenta de que lo que me gusta es hacer kilómetros, viajar, conocer, ir de un sitio a otro pero sin sufrir, disfrutando del desplazamiento, me gustan más los viajes de alforjas que los grandes retos de subidas a grandes puertos, para mi la bicicleta es para disfrutar del medio de transporte y cuando voy subiendo una cuesta llena de piedras sueltas, embarrado, con una pendiente en la que la bici se levanta de la rueda delantera o no tracciona la rueda trasera deja de ser divertido, y para sufrir y pasarlo mal no monto en bicicleta. He avanzado en los descensos, y me gustan o no me importan las subidas largas pero el camino debe tener un mínimo de calidad y máximo de pendiente, por ejemplo una de las visitas obligadas para un ciclista de la zona es subir al Navajo pero como me han dicho que el tramo final hay que hacerlo andando se me han quitado las ganas, no quiero coger la bicicleta para empujarla la quiero para montar sobre ella.

Además de que los pinchazos en los muslos me da con bastante frecuencia me imagino que el que llevara 15 días sin montar también habrá influido, intentaré no volver a fallar más fines de semana y si lo hago intentar hacer algunas cortas salidas entre semana para no perder forma física. De todas formas el reto que me he puesto de llegar de Alcázar a Madrid por caminos en septiembre sigue en pie. Ahora es algo impensable pero para entonces espero poder hacerlo.

El trak de la ruta.

No hay comentarios: