domingo, 5 de mayo de 2013

Paseo entre mosquitos.

Hoy ha sido solo un paseo corto con intención de estrenar las zapatillas nuevas de Belén y bajar un poco la comida copiosa del día de "La Madre", después de café, copa y siesta, fuimos a bajar un poco la pesadez.

La ruta no llegó a los 12 kilómetros y unos 4 fueron en coche de rescate pero ha sido una de las más duras que hemos hecho hasta ahora. Y no por la distancia ni el desnivel, por los mosquitos que nos comieron vivos.

Hasta que llegamos a la altura del río Gigüela por el camino Herencia fuimos bien, pero al llegar se posó una nube de mosquitos encima nuestra que los 5 minutos que estuvimos viendo el caudal del río nos acribillaron, cuando aplastábamos uno en nuestros brazos se llenaba todo de sangre, y seguimos andando por el camino paralelo al río para hacer una circular.

Algunas partes del camino estaban inundadas de agua y había que apartarse por los lados andando sobre la hierba para no pisar tanta agua. De todas formas terminamos medio embarrados y corriendo para salir cuanto antes de allí. Antes se nos había cruzado por el camino una culebra y ya nos daba miedo andar entre los matorrales por si veíamos otra.

Al final, después de cruzar un sembrado para enganchar un camino más alejado del río, nos encontró un señor con un pickup que nos insistió en llevarnos hasta el pueblo y aunque al principio no queríamos por andar un poco más cuando mencionó que no íbamos a salir vivos de allí por ser comido por los mosquinos aceptamos la invitación.

El señor iba a toda velocidad por el camino y en 5 minutos estábamos en el coche con picores por todo el cuerpo, brazos, piernas y partes tapadas por la ropa, debajo de la gorra, debajo de la camiseta, debajo de los pantalones, que asco de mosquitos. Los miles de renacuajos que vimos en los charcos eran mucho más pacíficos.

Respecto a las zapatillas comprobamos que efectivamente con mis "chanclas de campo" puedo hacer perfectamente la prueba de El Soplao. Si son pistas como la bicicleta no necesito botas de montaña, más cómodo, menos pesadas y no me hacen daño. Además sin peso no me hice daño en la espalda que aunque todavía voy con dolores se van quitando, y espero estar bien para dentro de dos semanas aunque intentaré hacer una ruta grande este fin de semana próximo.

Respecto a Belén hemos comprobado que también ha mejorado mucho con estas zapatillas nuevas, tienen suela vibram para el agarre, base de goma eva más cómoda, y además estrenó dentro de las zapatillas una plantilla de gel para el talón que ya le recomendó el fisio para el espolón. Lo suyo es más complicado mi mal estaba en la zapatilla y lo puedo arreglar cambiando, pero su mal está en la pierna y cambiar de zapatilla ayuda pero el daño lo sigue teniendo.

A falta de dos semanas estamos, Belén capacitada por su pie a hacer una ruta de 10 kilómetros antes de empezar a cojear, Marcos una ruta de 20 o 25 kilómetros antes de aburrirse, yo una ruta de 35 o 40 kilómetros antes de empezar a arrastrar los pies, el abuelo es una incertidumbre, puede estar cansado a los 20 o a los 40 decir que si repetimos la ruta y Jaime, mi cuñado participa en medias maratones corriendo y no preveo problemas. La ruta a pie de El Soplao son 44 kilómetros, algunos vamos a llegar justos de todo.

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