sábado, 16 de febrero de 2013

Ruta y Geocaching en Sierra Luenga 3.



Como el domingo no podíamos salir y el resto del equipo se tenía que reservar para las competiciones de natación el sábado tenía que salir solo y era la mejor escusa para hacer una ruta un poquito más dura a las que hacemos otras veces.

Hoy he hecho la que hasta ahora es el rutón de senderismo y la ruta más dura de las que he visto por la zona, solo 24 kilómetros andando pero con 1.300 metros de desnivel positivo. He eliminado muchos tramos de campo a través, o "tuercebotas" pero añadiendo muchas subidas y bajadas por cortafuegos de vértigo saliendo este recorrido.

Quería encontrar todos los caches escondidos en esta zona y me quedaban los dos más alejados, para ir a cualquiera de los dos largos había que pasar por otros recientemente encontrados pero no me importaba, al contrario he dado muchos rodeos para llegar a estos.

Además aunque no llevaba ningún track me he ido orientando para llegar a los sitios y cuando veía otro camino más largo me iba desviando para ir añadiendo kilómetros y metros.

Según iba viendo el GPS que aumentaban los metros me puse de objetivo final llegar a los 2.000 y lo conseguí aunque ahora al subir la ruta se ha quedado en 1.300 metros positivos, aun esto es casi el doble a los 700 metros del otro día con Marcos, Sole, Carlos, Pepe, Belén y mi padre.

La ruta empieza como las tres que he hecho en la zona en la ermita de Valdehierro. Desde aquí he subido al Mingoliva pero en vez de por el camino por el que suben las bicis por un cortafuegos con bastante inclinación, he tenido que parar una vez a coger aire y descansar. Luego arriba hay un tramo de unos pocos metros en los que termina en cortafuegos y sale un senderito que llega al vértice geodésico, llegué arriba con menos de 2 kilómetros y poco  y la semana anterior fueron 7 kilómetros, menos duros pero tres veces más distancia.

Iba toda la ruta pensando en la futura prueba de "La ruta a pie de Los 10.000 del Soplao" que va quedando menos tiempo y hay que y metiendo fuerza y resistencia a las piernas. Parece menos que la prueba de MTB del año pasado pero ahora que se empieza a andar se ve que no es fácil hacer un recorrido de 42 kilómetros y con 2.000 metros de desnivel, solo los 42 kilómetros ya es mucho andar, pero por montañas la dificultad aumenta muchísimo.

Evité después de bajar el Mingoliva ir por los matorrales donde vimos el jabalí la semana anterior y subí por un camino que entiendo que debe ser público aunque pone un cartel de "no pasar por riesgo de incendio" hasta la cima de la base de La Manciporra, lo del riesgo de incendio no lo entendí si era por la suela de las botas el pensar que arriba me iba a asar unas chuletas en mitad de unos matorrales secos o otra explicación que se me escape así a primeras sin pensarlo mucho.

Aquí volví a descansar para comer un plátano y tocaba cortafuegos para arriba hasta llegar al último cache del otro día que directamente me salté para ir al último que me faltaba en esta zona. Una bajada una subida y descubrí el último cache en bajo otro paisaje genial de la sierra, la visión del valle desde otro punto y el sitio ideal para comer un primer bocata y recuperar unas pocas de fuerzas.

Desde aquí arriba se veían todos los posibles caminos y cortafuegos de bajada para cambiar de zona e ir a El Vasto, pero como iba muy bien de tiempo y de fuerzas pensé en dar más rodeos y seguir andando en otra dirección.

Apunté con la vista a otra cima que luego mirando el mapa vi que era el Cenicero donde ya había estado con la bici hace un par de años un día de cacería, la primera vez que salía con la bici por esta zona y además solo, me regañaron los cazadores y echaron de allí con amenazas de poder recibir un tiro accidentalmente y con miedo me tiré por mi primer camino complicado tipo trialera para volver a casa. Hoy era distinto, no había cazadores y de verlos tampoco me hubiera ido tan deprisa estando en un monte público. Al menos hasta que toque privatizar este como están haciendo con muchos de Castilla la Mancha.

Según iba avanzando veía que la montaña a la que quería subir estaba cuatro montañas más allá de donde yo estaba pero no había mejor opción para llegar que bajar cortafuegos cortos en distancia pero con pendientes muy fuertes para volver a subir al mismo sitio, avanzaba como mucho 1 kilómetros o menos, y me estaba metiendo una paliza de bajar y subir bastante importante. Desde una de las cimas escuche´un ruido detrás mías de matorrales y me paré asustado por si salía un animal y tras estar un rato parado y no ver nada seguí andando, cuando me alejé unos metros vi como corrían dirección contraria a mi una manada de 7 ciervos que bajaron y luego subieron por una ladera hasta el sitio donde hacía un rato había hecho un descanso.

Llegado a una cima me di cuenta que me había alejado mucho, estaba muy distanciado de El Vasto que había sobrepasado y la dirección me llevaba al cruce de Cuatro Caminos así que bajé por un arroyo casi seco, que solo tenía agua en algún remanso para llegar al camino principal y desde aquí atacar a El Vasto pero cuando bajaba miré al suelo y vi la piel de un animal muy grande.

Era la piel de un ciervo adulto tirada en el suelo, no estaba seca, no se calcular el tiempo pero no creo que tuviera más de unas pocas semanas y el suelo húmedo la hubieran conservado algo mejor. Busqué los cuernos del animal y vi el esqueleto entero, todas las costillas y espinazo de una sola pieza pero ni los huesos de las patas, ni manos ni cabeza estaban allí. Un compañero cazador me ha dicho que es lo que vale para un furtivo.

Que transporte un cazador furtivo un ciervo que puede pasar los 200 kilos es complicado, entonces lo que hacen es quitar la cabeza que es el trofeo y donde lo matan le quitan las piernas y manos y el lomo, y todas las tripas, huesos, piel y lo que mete peso pero no sirve o aporta menos lo dejan abandonado. Hice unas fotos, marqué el lugar en el GPS y seguí dirección ya a El Vasto.

Al empezar a subir pasé por una casa vieja de pastoreo y antes de entrar desde la puerta me puse a mirar los techos por si había algún bicho colgando que me pudiera caer, por las paredes pero desde fuera, mirando el techo por si se podía caer, y los alrededores y no me estaba dando cuenta de que tenía en los pies a dos metros una serpiente negra con puntos blancos intentando esconderse debajo de una piedra. Después del susto y ya más preparado me fue imposible sacarla de donde se metió y me fui.

Desde mucho más atrás, cuando estaba en la cima había visto un camino que llegaba a El Vasto pero desde abajo no encontraba el camino y me puse a andar entre los matorrales, un pequeño susto con un lagarto y luego un par de ciervos a unos cientos de metros, pero iban andando despacio y me dio tiempo a sacar la cámara y hacerles un montón de fotos. Pero seguía campo a través, andando. Luego en el track me di cuenta que estuve andando paralelo al camino y cortafuegos que quería coger pero sin verlo, y que lo que hubiera hecho en un momento me costó el doble de tiempo y esfuerzo, pero son camino que no vienen dibujados en los mapas y a su altura no se ven.

Cuando ya estaba empezando a estar cansado llegué al segundo cache que me faltaba por encontrar y quería llegar hoy, y que sorpresón. Era un recipiente grande, llego de un montón de cosas, desde un despertador, navajas, libretas, juguetes de niños y un montón de monedas de coleccionista. Fue una de las alegrías del día. Me comí el segundo bocadillo allí sentado contando por teléfono a los niños lo que había encontrado y otra vez con fuerzas seguí hasta El Vasto.

Más cortafuegos para arriba y cortafuegos para abajo mirando el GPS para ver si llegaba a los 2.000 metros de desnivel y cuando llegué a Cueva Castrola que ya era todo cuesta abajo llevaba 1.950 metros, aunque sea me ponía a dar saltos hasta llegar a los 2.000. Al subir la ruta se ha reducido a 1.300 pero aun eso fue una ruta muy completa, con ciervos vivos, muertos, serpientes, geocaching, monedas, sitios nuevos, sitios conocidos, no le faltó casi de nada a la ruta.

Los caches de la Ermita no los pude buscar por estar llenos de gente, hizo un día muy bueno de temperatura y Sol y había muchas familias andando por los alrededores, así que tendremos que volver y más viendo que hay barbacoas, zona de acampada y fuegos autorizados, lo más parecido que creo que se puede hacer hoy a lo que hacía yo de adolescente en acampada libre por Patones y la Sierra de Madrid.

Una cosa que aprendí en la ruta y que ya debería de saber por el accidente de Belén en bicicleta durante el Camino de Santiago es que al campo hay que llevar alicates por si a algún rico terrateniente se le ha olvidado dejar abierta la puerta de acceso a las montañas de todos y nos vemos en un peligro poder salvarnos y llegar a buen puerto en nuestra ruta.

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