domingo, 26 de agosto de 2012

II Titán de la Mancha año 2010.

Siguiendo con nuestro reto de llegar a disfrutar de la IV edición de La Titán de la Mancha, la de este año 2012, con garantías de terminar y disfrutar de la carrera y para ello entrenar realizando las ediciones anteriores hoy hemos realizado el recorrido que se debería haber hecho en el año 2010.

La Titán de la Mancha 2010 ha sido para mi gusto más bonita que la del 2009, tiene algo más de desnivel y hemos pasado por sitios más entretenidos para la bicicleta de montaña que en la edición del año anterior, para nosotros el domingo anterior, la del 2009.

Esta semana estuvieron apunto de unirse a nosotros más personas, una que no pudo por el trabajo, otra que llegaba de sus vacaciones muy justito de tiempo, pero al final hemos salido tres, un 50% más que otras veces.

David, Ángel Luis y yo nos aventuramos a las 00:00h. de la noche para recorrer los 230 kilómetros de caminos y sus 1.300 metros de desnivel positivo en 16 horas con paradas incluidas.

En el año 2010 tardaron 18 horas, dos más que nosotros, y comparando con la que hicimos la semana pasada esta ruta tiene 5 kilómetros más, 400 metros más de desnivel positivo y hemos tardado casi una hora menos en hacerla. Para evaluar bien estos datos hay que tener en cuenta los pinchazos de la semana pasada, el atracón a melón y sandía que nos dejó rotos en mitad de la llanura manchega, y que en el 2010 tuvieron lluvias por segundo año consecutivo y los caminos estaban impracticables para la bicicleta, nos contó Fran Lorente de www.rutasporalcazar.com que ese año tuvieron que modificar el recorrido planteado y salir a la carretera con las bicis en hombros para ir a un lavadero de otro pueblo para quitar el barro y poder continuar.

A favor de los que la hicieron en el 2010 decir que no es lo mismo organizar una parada para 3 ciclistas que para 60, los tiempos de reacción se multiplican y en nuestro perjuicio pensar que llevábamos todo el peso encima, la mochila con 3 litros de agua, toda la comida, todas las herramientas, hasta un candado para atar la bici cuando pasamos a tomar un café.

Nosotros hemos hecho el trazo original, digamos el bueno, no el que se hizo en el año 2010 que fue alterado por la lluvia y no el realmente planteado.

Si seguimos con nuestro planteamiento nos vamos a hacer 4 Titán de la Mancha en un mes, casi 1.000 kilómetros dentro de la misma prueba, 750 kilómetros de entrenamiento y 250 de disfrute, además de lo que llevamos encima.

Más o menos cada mes hago entre 400 y 500 kilómetros, 600 máximo, el record hasta ahora fue el mes anterior a El Soplao que sumado a la Semana Santa salieron 893 y me pareció muchísimo, este mes de agosto voy a recorrer justo 1.400 kilómetros... para mi sin palabras. Así me pasa que tengo más gastos en repuestos de la bici que en un coche ya algo viejo, gasto más en ruedas en la bici que en el coche.

No se como estarán entrenando otros, pero para garantizar disfrutar yo y también dejar disfrutar a otros sin que estén pendientes de mi creo que es necesario, al menos en mi caso, llegar fuerte y con garantías de terminar.

La ruta del próximo 22 de septiembre, ya que no me gusta llamarla carrera al no ser competitiva, será de la misma distancia pero con más del doble de desnivel que esta del 2010, hay que estar realmente preparados para conseguirlo.

David y yo quedamos en la farmacia de la Avd. de la Constitución y de ahí nos fuimos a la Plaza de España en donde habíamos quedado con Ángel Luis, allí estaban las mujeres e hijos de ellos que nos hicieron unas fotos y nos despidieron. Para mi ahí empieza la parte más dura de la ruta, la noche.

El día anterior había dado un repaso grande a mi bicleta, había cambiado las dos roldanas, la de arriba estaba regular solamente pero la de abajo... la de abajo como dice David parecía una estrella ninja, con todos los dientes de punta, también cambié la cadena, la tercera cadena sin cambiar los piñones que aunque no haya apurado las cadenas no dejan de ser entre 1.500 y 1.800 kilómetros por cadena y esta era la tercera que ponía limando los dientes de los piñones más pequeños. Cambié el eje de pedalier porque la vez anterior que hice el mantenimiento observamos David y yo que tenía una cazoleta mal y no sellaba bien dejando pasar agua y barro al interior, cambié el disco de freno trasero que en el viaje de Gandía de esta Semana Santa se llevó un buen roce con el carro perdiendo el esmalte y ahora lo llevaba todo oxidado pero como cambié el delantero de un disco de 185 a uno de 165 tenía uno en buen estado y sin utilizar... coloqué las manetas de los frenos para que los cables del cambio no se enganchen en los tornillos de la potencia y en manillar, y por último desmonté el casete que llevaba flojo, engrase eje y trinquetes para quitar ruidos y holguras de la rueda.

Hubo un momento en el que tenía toda la bici desmontada, y no sabía por donde meter mano a la bici, para una cosa me faltaba herramienta, para otra conocimiento, otra cosa no recordaba como se hacía, llamé por teléfono a David para contarle la situación y era tan cómica que se pensó que estaba haciendo un monólogo del club del chiste y tuvimos que colgar para dejar de reirse y volver a llamar pasado un rato.

Y eso por no contar que aunque todo terminó bien la cadena la monté mal y empezó a limar la patilla del cambio, y que la rueda trasera se quedó totalmente frenada y hasta que no desmontamos y volvimos a montar en casa de David este mismo sábado por la tarde no tenía asegurada mi salida a la Titán de la Mancha 2010.

Si no hubiera sido por David creo que hubiera tenido que abandonar la ruta antes de empezar y/o que hubiera terminado por comprarme unas ruedas nuevas túbules que tengo ganas y no hago ya por no invertir más dinero en la bici.

De camino a la plaza para recoger a Ángel Luis la cadena iba saltando constantemente, no iba a poder hacer ni los primeros 20 kilómetros. Llegamos a la plaza y después de la foto y la salida iba todo el rato metiendo ruidos con la cadena, pero eran solo los piñones más pequeños, el uno, el dos y un poco el tres, los que más se desgastan y uso yo.

Después de los primeros 30 kilómetros el pión 3 dejó de hacerme ruido, y algo menos los demás, después de los primeros 100 kilómetros el piñón 2 dejó de hacerme ruido y el 1 un poco menos, después de 200 kilómetros tenía la bicicleta en mejor estado que cuando empecé, voy a poder apurar la tercera cadena perfectamente sin cambiar el casete, solo necesitaba un periodo de adaptación de la cadena nueva con los piñones viejos de 200 kilómetros.

La noche sigue sin gustarme, no le he cogido el gusto a esto de las rutas nocturnas y menos haciendo más de 7 horas de noche con focos. Desde Alcázar hasta que Malagón que llegamos ya amaneciendo hicimos un montón de kilómetros sin disfrutar del paisaje y de una parte importante y bonita de la ruta.

Quizá cuando salgamos en la edición de este año cerca de 100 participantes la noche sea más divertida, pero con dos o tres participantes por mucho que nos contenemos cosas, por mucho que digamos cuatro tonterías para reírnos esto es aburrido a más no poder.

Empezamos al llamado ritmo Titán o Soplao, conteniendo los 20 km/hora o máximo 25 km/hora en previsión de los muchos kilómetros que había que hacer. Y con paradas pensadas cada 30 o 35 kilómetros para comer algo. Así pasado Quero hicimos la primera para comernos una barrita, plátano o sandwich y la segunda la aguantamos hasta Consuegra, pasamos Madridejos casi a oscuras y casi sin cruzarnos con nadie por sus calles.

En Consuegra si había algo de gente, al empezar a subir los molinos se escucha música de algún corral que podría ser incluso alguna discoteca de verano y al llegar arriba cada uno a su ritmo nos reagrupamos para tirar otro bocado.

La bajada de los molinos se hacía por la parte de atrás, siguiendo el track creíamos que era por encima de unas piedras grandes y cortantes y tuvimos que hacer casi toda la bajada con las bicis en los hombros, a la izquierda veíamos un sendero pequeño pero nuestra intención era intentar respetar el track al 100%. Luego en Alcázar nos enteramos que si teníamos que haber bajado por el sendero montados y no por encima de las piedras, que por cierto es un camino según reza allí perteneciente al camino de Don Quijote y acto para sillas de ruedas.

Después de Consuegra nos quedaba cruzar Sierra Luenga, pasamos por un sendero muy divertido que no conocía o no recordaba y estuvo bien, luego paramos en Fuente Umbrión porque Ángel Luis llevaba poca agua y necesitaba repostar, desde Consuegra hasta Fuente el Fresno no llegábamos a ninguna otra población con agua y casi seguro que lo haríamos de noche con todo cerrado.

Como paramos en Fuente Umbrión en Cuatro Caminos que está cerca, no hay agua y ya nos habíamos comido otro par de plátanos tiramos cuesta abajo dirección al siguiente pueblo. A mi me estaba dando rabia que para ser la primera vez que pasaba por esta parte de la sierra fuera de noche y sin apreciar nada, no puedo decir ni que fuera bonito ni feo, simplemente era oscuro.

Unos metros antes de llegar al cruce con la N401, la carretera de Toledo a Ciudad Real, se nos cruzaron a unos 20 metros tres ciervos, la verdad es que yo solo vi a uno, al último, que fue cuando levanté la cabeza para ver el ruido que tenía delante mía, incluso la verdad es que lo escuché antes pero ni miré pensando en que era cualquier otro animal y no di importancia pero cuando escuché a David decir que eran ciervos vi al último cruzar.

Nos acordamos del famoso vídeo que salió en la TV el verano pasado que se veía a dos ciclistas en una llanura en África y que un antílope o otro animal similar se cruzó y arrollo a uno de ellos y lo embistió tirándolo al suelo.

Llegamos a Fuente el Fresno de noche y cruzamos sin más, sin hacer fotos ya que no salen bien por la noche y sin nada, para continuar al siguiente con la esperanza de que ya por la hora que sería fuera de día en Malagón.

En Malagón efectivamente ya había salido el sol, o por lo menos la luz y necesitábamos parar y descansar para tomar como mínimo un café. En el bar que encontramos abierto no había nada, café y copas, nada para comer, ni bocadillos, ni bollos, ni ningún otro alimento, con el café y mojando una barrita de cereales de las mías continuamos la ruta.

Desde las 2:00 am que estaríamos llegando a Consuegra hasta las 7:30 am que estaríamos en Malagón pasamos algo de frío, la temperatura más baja que alcanzamos fue de 10 grados, y a 10 grados con calor en la subidas y con aire en la bajadas se tiene sensación de frío. Ángel Luis se puso un chaleco cortavientos y los tres nos pusimos los manguitos, David además se llevó las perneras que no se puso.

Desde Malagón seguimos descendiendo dirección Sur y antes de llegar a Ciudad Real y pasadas ya las tablas de Daimiel dábamos un giro siguiendo la ruta hacía el noeste para regresar a Alcázar pasando todavía por bonitos sitios, y además de día para poder valorarlos.

El primero era conocido para David y para mi de cuando hicimos la primera ruta provincial junto con Carolina y Belén, es la ermita de junto al Castillo que los tres quisimos fotografiar provocando las risas.

Desde aquí pasamos por las tablas de Daimiel pero por el lado norte que yo no conocía ni apreciamos bien.

Desde aquí seguimos ascendiendo hasta la carretera de Villarrubia de los Ojos, un repecho que le hizo mella a Ángel Luis, llevábamos muchas horas con pocas paradas y todas cortas y necesitaba comer urgentemente. Desde la carretera venía otra subida a la ermita de Nta. Sña. Virgen de la Sierra que no conocíamos pero Ángel Luis si de otras rutas por esa zona, aquí es cuando ya terminó de agotarse y necesitar urgentemente comer, era las dos cosas, no solo descansar, era descansar y comer para recuperar, llevaríamos más de 150 kilómetros y todavía nos quedaban unos cuantos como para no reponer lo suficiente.

Nos hicimos unas fotos mientras recuperaba para unos sube bajas que él sabía que venían después de esto y tiramos para Villarrubia. Yo durante las subidas no esperaba, iba bien a mi ritmo de 12-15 km/hora y sabía que si me quedaba despacio atrás después no iba a recuperar, prefería subir a mi ritmo y esperar lo que fuera necesario arriba como nos han esperado a todos en cualquier momento en el que nos hemos visto mal.

Desde uno de los altos vimos a lo lejos las Tablas de Daimiel y se veía un paisaje precioso, no quise hacer ninguna foto con la gopro sabiendo que no se iba a apreciar, salen muy bien las fotos de cerca pero no para captar cosas pequeñas y lejanas sin zoom.

Tardamos mucho en ver Villarrubia, llevábamos mucho tiempo y kilómetros cerca, pero cuando no era una montaña la que tapaba el pueblo era otra y hasta que no llegamos a Villarrubia no vimos donde estaba.

Tanto David como Ángel Luis conocían un bar que según contaban se come mucho y barato, decían que con tres raciones comíamos perfectamente y que un bocadillo era mucho, que lo mismo nos teníamos que pedir un montado de lo grandes que eran los bocadillos, me hicieron salivar más que al perro de Paulov y yo que no tenía hambre terminé con ganas de encontrar el dichoso bar.

Ellos se comieron los dos un bocata de salchillas igual que la semana anterior David y yo, pero con la diferencia de ser algo más grande y cambiar las 4 salchillas que tenía el de David por almenos 10 salchichas de este bocadillo, con un refresco y un café se me hizo que habíamos estado en el bar una hora descansando, en realidad fueron solo 25 minutos tiempo suficiente para cuando vas bien pero insuficiente para cuando vas algo tocado.

Durante este tiempo por los móviles nos iban animando y preguntando por la hora de llegada, quise calcular por lo alto para no hacernos esperar y dije que sobre las 16:00h estaríamos entrando a la Plaza de España de Alcázar de San Juan.

A las 12:00h. saldríamos para Alcázar de Villarrubia con menos de 60 kilómetros de distancia para terminar, aun eso y que nos quedaba dos subidas apunté a 4 horas para terminar.

Subimos Campanarejos, David más fuerte se quedó con Ángel Luis para ayudarle a subir a rueda, yo preferí esperar todo el tiempo que fuera necesario arriba pero no ir dando tirones que me pasaran factura al final de ruta. Por esto subí el primero y allí los esperé mientras me quitaba los manguitos, habíamos pasado de 10 grados por la noche a 42 grados a las 2:00 pm de la tarde.

Al llegar a la cruce de la carretera de Andalucía para continuar hasta Camuñas Ángel Luis se encontraba mal del estómago y tuvimos que parar un rato, ni las salchichas ni los geles le habían sentado bien, necesitaba hidratarse y se acordó de una tónica para que le ayudara al estómago, me dio una envidia enorme y ya fui hasta Camuñas pensando en tomar yo otra tónica.

Repusimos fuerza con unos refrescos y ya saboreamos la gloria de la ruta conseguida, Ángel Luis participó con éxito en la Titán de la Mancha del 2011 y con esta serían dos Titanes las que tenía realizadas y David y yo la de la semana anterior 2009 y esta 2010 también pasaríamos a tener doble corona de titanes.

En Villafranca hicimos una breve parada para rellenar los botes y mochilas de agua y ya sin más descanso y quizá forzando un poco el ritmo pues Ángel Luis ya se había recuperado del estómago llegamos a la plaza donde nos estaban esperando Luis (El Cuco) y Fran Lorente. Genial compartir una cerveza no solo nosotros  tres sino además con dos de los artífices de esta ruta y con Miguel Ángel que también pasó por la plaza para saludarnos.

Creo que ahora mismo estoy más fuerte en la bicicleta que nunca, más que cuando El Soplao, y no es que esté más fuerte que nadie, casi en cualquier comparación saldría perdiendo, es que estoy más fuerte que yo hace un tiempo, me comparo solo conmigo mismo. Hoy tendría más garantías de terminar una prueba como El Soplao que hace cuatro meses pero eso no quita que el día de una prueba se tenga un mal momento, una avería, una mala digestión, o lo que sea y te cueste más de lo normal. No hace mucho he hecho rutas de 50 kilómetros y me han tenido que esperar o ayudar por avería o por lo que sea. Y otra cosa que he notado en mejoría es que desde hace ya también varios meses que haciendo rutas más largas y más duras no tengo pinchazos ni calambres en los gemelos, en realidad empiezo ahora a disfrutar de la bici, es ahora cuando hago 100 o 200 kilómetros y termino satisfecho, sonriendo y pensando en la siguiente ruta.

La semana que viene David no puede hacer la Titán de la Mancha 2011 y como es lógico las tenemos que hacer juntos o con más gente, pero me tengo que preparar una ruta que considere dura para seguir mejorando y dentro de dos semanas hacer la ruta con más kilómetros hecha hasta ahora con más de 250 kilómetros de caminos.

domingo, 19 de agosto de 2012

I Titán de la Mancha año 2009.

Dentro de los 5 retos deportivos marcados sobre la bicicleta antes de echar el freno está la participación en una Titán de la Mancha y el año elegido por preparación es este año 2012.

Muchos de los organizadores de la prueba son lectores de este diario personal, conocido por blog, así que intentaré explicar para los que no conocen la Titán de la Mancha que es esto sin cometer muchos errores.

La Titán de la Mancha es una ultramaratón, una prueba de ultrafondo en bicicleta pero con una característica importante que es su carácter no competitivo.

Es una prueba joven que empezó en el año 2009 por lo que este año será la cuarta edición y aunque se celebra a finales de septiembre parece que la lluvia ha marcado en varias ocasiones los acontecimientos de la prueba. Cada año cambia el recorrido dando a conocer las tierras manchegas entre sus participantes y saliendo desde Alcázar de San Juan y terminando en el mismo sitio se recorren más de 200 kilómetros.

El sábado por la noche, en realidad ya domingo, David y yo dentro de nuestro plan de entrenamiento para la participación de este año quisimos probar a realizar el recorrido que se hizo en el año 2009. Nos salieron 225 kilómetros por caminos que realizamos en 16 horas y 40 minutos. Algo que nos dejó satisfechos por los acontecimientos que contaré después. Las dudas que teníamos de si seríamos capaces o no se fueron esfumando,... por lo menos hasta que llegue el día 22 de septiembre de este año y empecemos la edición más dura de todas las planteadas hasta hoy.

Personalmente pienso que La Titan de la Mancha 2012 es más dura que el Soplao. Si cuando escribía sobre la prueba del 19 de mayo en Cabezón de la Sal ya contaba que era de extrema dureza, ahora creo que El Soplao 2012 me va a servir de entrenamiento para la realmente dura prueba de La Titán de la Mancha 2012.

Es comparar los 163 kilómetros y sus 4.300 metros positivos ascendiendo de El Soplao con los 230 kilómetros y sus 3.000 metros positivos de la Titán de la Mancha 2012. Los metros ascendidos son algo menos pero después de los 163 kilómetros por caminos, que se dicen pronto pero hay que hacerlos, tiene algo menos desnivel pero 3.000 metros hay que hacerlos y cuando llevas 163 kilómetros en el culo, las piernas y la espalda que te digan que te quedan otros 60 no es fácil.

Ya contaré más de esta prueba que por otras características que no he dicho aún me encanta y me centro en nuestra experiencia.

Normalmente salgo o con David o solo, esto hace que te acostumbras a un ritmo, a unas distancias, a unas locuras que compartes con alguien pero no con mucha gente, por esto tenía dudas de si sería capaz de hacer una ruta de estas características con más gente y antes de embarcarnos en el asunto y con tiempo de anunciar nuestro, o mi, abandono quisimos probar que era esto de una Titán de la Mancha y la mejor manera que se nos ocurrió es repetir la primera edición y así medir nuestras fuerzas y nivel.

No sabiendo muy bien el ritmo que llevaríamos y el tiempo de paradas que tendríamos, en nuestro caso normalmente alto, quedamos a las 12 de la noche del sábado, no había leído la crónica de los originales Titanes de ese año que si he leído después de terminar y ellos empezaron a las 4:40 am, una diferencia importante para lo que nos encontraríamos más adelante.

Empecé a ver por la tarde una película con la familia y duró la película más de lo previsto, terminó a las 23:00h. no había cenado ni preparado la mochila así que tocó correr, meter barritas, llenar la mochila del agua, comprobar que no tenía el track en el GPS,... el desastre de siempre y encima pensando que David ya tendría todo preparado. Bajé a por la bici ya a las 00:05h. pero me llama David diciendo que no tiene cargada la batería de la gopro y como yo tengo tres le bajo una mía, total que entre unas cosas y otras empezamos veinte minutos más tarde. Nos vemos, nos miramos, comentamos que hacía unas horas estuvimos apunto de abandonar la idea y nos vamos para comenzar a ser unos Titanes de la Mancha cuando me dice David que Carolina y sus hijos nos están esperando en la plaza, no me lo creía pero efectivamente David quería empezar el track en la plaza. Pasamos por allí donde nos miró con cara extraña la gente que nos cruzábamos también la gente de las terrazas o que salían de paseo, los que empezaban con las primeras copas y que al final de la noche en otros pueblos vimos a otros similares tomando las últimas copas, nosotros con nuestros cascos, luces, etc...

Mientras íbamos a Criptana le decía a David que tenía sueño y estábamos empezando, subimos a los Molinos de Criptana y había un concierto y mucha gente arreglada, de paseo y cenando, nos volvieron a mirar imagino que pensando que adónde van estos dos de la bici. Desde aquí sin parar más de dos minutos para unas fotos que con la gopro no salen bien nos fuimos dirección Socuéllamos.

El track no lo tenía muy analizado, no sabía por donde íbamos a pasar, incluso pensaba que Socuéllamos no lo atravesábamos, tenía todo el rato sensación de sueño, le dije a David que fijo que no terminaba yo la ruta y que me iba a tocar llamar para que fueran a por nosotros, eso de una nocturna no me gusta nada.

No iba disfrutando del paisaje, no veía más de 10 o 20 metros por delante mía, a los laterales ni eso, más de 4 metros no se veía nada, no había nada de luna, ni estrellas y sin embargo un importante viento en contra, íbamos frenados por el viento sufriendo por la noche sin ver nada. Volveré a montar por la noche, pero me he dado cuenta que la noche, la bicicleta y yo no somos un buen equipo.

Hubo un momento en el que me pareció reconocer un camino y le dije a David que si no estaba confundido íbamos a llegar un poco más adelante a la ermita de la Virgen del Buen Parto y así fué, David nunca había estado y conoció esta ermita por la noche, pero en vez de ir y venir de Alcázar a la ermita como es la ruta clásica nos quedaba un montón de casi cientos de kilómetros más. Para ser por la noche y sin calor aquí ya me había bebido la botella de agua y empezado la mochila. David había llevado unos sandwich de nocilla en su mochilón como hacía yo en las interprovinciales y que nos venían bien.

Después llegamos a Socuéllamos, ya muy tarde eran sobre las 3:15h. y pasando solo por las afueras no vimos a nadie... bueno a una pareja en un parque que posiblemente rompimos su rato de intimidad, y empezamos un tramo duro, hasta aquí íbamos viendo luces de pueblos, las luces de Alcázar, de Criptana, de Pedro Muñoz, de Tomelloso al fondo, pero hubo un momento en el que todo era oscuro, no se veía nada de nada, solo nosotros, cruzamos un par de carreteras y no sabíamos con exactitud en donde estábamos, incluso como dice David un tramo de uno o dos kilómetros de carretera que hicimos nos dio alegría por saber que estábamos en un sitio civilizado y conocido por la raza humana.

Antes de llegar a Ruidera pasamos por una zona de subida con mucha piedra, comentamos que los Titanes del 2009 aquí llegaron ya de día y sería más sencillo pero por la noche era complicado, llevaba el foco a media potencia pero cuando empezamos a bajar botando de piedra en piedra bajando por una trialera que quiza por el día fuera sencilla pero por la noche me estaba preocupando pusimos el foco a máxima potencia aun a riesgo de quedarme a oscuras por agotamiento de la batería.

Pero aún faltaba la sorpresa gorda, la llegada a Ruidera por la parte de entrada al pueblo por la carretera desde Argamasilla pero descendiendo por un barranco y al fondo una plaza en fiestas, con luces, con los últimos "borrachos" dando los últimos coletazos mirando para arriba y viendo dos focos en lo alto de la montaña en dirección a ellos, estoy seguro que después de aquella visión alguno ha dejado la bebida. Eran las 6 en punto cuando entramos en Ruidera, totalmente de noche y cerrando los últimos puestos de las fiestas.

Pedazo descenso que nos marcamos derrapando con las bicis y los focos sin saber a donde tirar, mirando al gps y al final ya bajándonos de la bici para hacer los últimos 10 metros andando para saltar el último bordillo de la calle en fiestas.

Aquí íbamos ha hacer un descanso y comer pero rodeados de gente de fiesta que nos decía que habíamos madrugado mucho para montar en bicicleta preferimos seguir por las lagunas y descansar después, yo había ido cansado y con sueño hasta la llegada a la trialera, aquí me había despejado y después de un trago de agua en la fuente de la plaza y llenar la mochila seguimos una conocida cuesta arriba hasta una casa en lo alto de una cañada que en nuestro caso empezaba en la primera laguna.

Esta cañada por el día se me hace cómoda pero por la noche no sabía por donde atacar cada piedra, rama o trozo de arena, además se nos hizo larga de narices, este trozo del track si lo había mirado y sabía que pasaba por la casa pero no llegaba, veíamos tan poco que hasta que no nos chocamos con la misma no sabíamos en donde estábamos. Paramos de nuevo para comer una barrita y un gel y al arrancar se quiso vislumbrar el primer rayo del Sol aunque todavía teníamos que ir con los focos.

Durante toda la noche nos estuvo amenazando la lluvía, llevábamos toda la semana con la ola de calor más importante de no se cuantos años según la telévisión y esta noche la íbamos a pasar con viento en contra, fresco y 4 gotas contadas que no se puede llegar a considerar chispeo pero si llego a caer algo de agua que nos llegó a preocupar.

Pero fue llegando a Carrizosa cuando empezó a salir el Sol, entre nubes porque no se veía mucho, y apagar las luces y renovar las energías. Habíamos pasado una noche horrible, cansados y aburridos sin disfrutar del recorrido y ahora empezamos a apretar, aun eso habíamos llevado una buena medía de 20 km/hora en movimiento pero ahora empezamos a coger grandes velocidades. Al llegar a Carrizosa ya de día preguntamos por una cafetería y nos dijeron que la única a estas horas sería en la gasolinera donde fuimos a comprar un bocadillo y esperar a Roberto Riquelme que le había dicho a David que nos acompañaría durante un tramo junto a su hijo, algo que nos hacía ilusión.

Estando en la cafetería resulta que no tenían nada de comer, un café y una simple magdalena tuvo que llenar nuestros estómagos, no tenía hambre y no me importó pensando que La Solana no estaba lejos y como pueblo grande tendría bares abiertos donde comernos un buen bocata. Como Roberto mandó un mensaje a David diciendo que no podía venir por asuntos de trabajo salimos dirección Alhambra por carretera siguiendo el track hecho en el 2009.

Subimos una cuesta por carretera y desde ahí empezamos a correr y mucho dirección al nuevo pueblo, habíamos pasado de ir a oscuras, frenados, a sin embargo ahora amanecer el día e ir con el viento a favor, con velocidades de 30 y hasta 35 llaneando llegamos a la subida de Alhambra, una cuesta de plato pequeño y luego una bajada rápida de más de 60km/hora para volver a llanear como locos dirección La Solana en unos minutos.

Allí nos comimos un bocata, regular en condimentos, media barra de pan con 4 salchichas, y una vez repuestos de fuerzas retomamos el camino que yo había previsto el más duro aunque sin saber el motivo. Pensé que desde La Solana hasta Villarta de San Juan eran muchos kilómetros sin pasar por ningún sitio, además de ser las horas de más calor. Empezamos muy bien, realmente bien hasta que nos fuimos quedando sin agua. Menos mal que por estas tierras y fechas los melones y las sandías no faltan.

Pasamos por un melonar e íbamos secos de agua y pensamos que si veíamos al dueño le comprábamos un melón, cogimos uno grande y pensamos que ya que lo empezábamos no era cuestión de destrozar nada, la opción era comerlo entero. Lo partimos contra el suelo porque la navaja que llevo normalmente no la cambié de bolsa de asiento que he renovado. Bocado a bocado, arrimando los dientes para hacer palanca nos comimos todo el melón entre los dos.

Con la tripa más gorda de lo normal pero aún con fuerzas para dar pedales continuamos ya bien hidratados, entonces le comenté a David que yo prefería la sandía, mucha más agua y más sabrosa, pero que si veíamos un huerto de sandías no me dijera nada que iba a reventar ya con el melón. Fue comentar esto cuando vimos una plantación de sandías grande. Al fondo se veían trabajadores recogiendo las sandías pero en nuestra punta no había nadie para pedirle una, levantamos la vista, y siendo imposible para nosotros con las bicis cruzar toda la plantación cogimos una bastante grande pero como no había sombra la llevamos unos cientos de metros debajo de una caseta, allí la dimos un golpe contra el suelo y nos comimos la mejor sandía del verano.

Cuando íbamos por más de la mitad de la sandía le decía a David que me recordaba a mi padre con la tripa que se me había puesto, las abdominales se habían unido en una y pronunciada, no me podía ni mover, le pedía a David que escondiera la sandía, no podíamos parar de comer y reírnos de las tonterías que decíamos, estábamos borrachos de fruta. Pensamos en llamar a alguien para que viniera a recogernos. La sandía nos iba a costar el reto de superar una Titán de la Mancha.

Subimos a la bici y la velocidad por encima de los 30km/hora que llevábamos por esta zona se redujo menos de 10 km/hora, teníamos un dolor de estómago de sandía y de tripa de melón que no podíamos ni dar pedales. Poco a poco la cosa se fue normalizando y cogiendo fuerzas, hasta que pinché.

El hombre que nunca pincha pinchó. Di aire pensando que el líquido funcionaría y nada, a los 100 metros otra vez aplastado, entonces al cambiar la cámara con la de repuesto vi que no era de líquido y que tenía un abrojo en un lateral que me hizo un buen piquete, un ratito cambiando y David riéndose y a continuar hasta Villarta de San Juan.

En Villarta volvimos a beber mucha más agua y a reponer las mochilas y bidones, he calculado que entre agua y fruta y contando con que no hizo mucho calor bebimos unos 10 litros de líquido cada uno ese día. Varios botellines, dos mochilas, coca-colas, café, medio melón cada uno, más de un cuarto de sandía cada uno... 10 litros de líquido, si nos hubiera hecho más calor y sin ayuda que íbamos no se si hubiéramos llegado sin bebernos el agua del riego de las plantas.

Antes de llegar a Puerto Lápice volví a pinchar pero dando aire parece que aguantó y el líquido de esta cámara que había puesto si selló, de todas formas le dije a David que cuando llegáramos a Puerto Lápice nos iríamos a la gasolinera a dar presión máxima y así el líquido sellante se expandiría más. Pues a aguantó hasta 200 metros de la gasolinera que se desinfló del todo, por no utilizar la bomba preferí hacerlos andando pero al llegar estaba cerrada. Nos tocó poner la cámara de repuesto de David y perder mucho más tiempo, además de desear que no me volviera a pasar pues entonces pasaríamos a tener que reparar con parches que es bastante más lento y engorroso.

Nos tomamos una coca-cola pensando en un pincho que no nos pusieron y sustituimos por unas barritas y geles nuestros. Nos quedaba el último tramo, subir la sierra de la Sevillana, llegar a Herencia y después a Alcázar que aunque en el 2009 se hizo por carretera por las lluvias de los días anteriores nosotros haríamos por caminos que conocemos.

No sabemos si por la alegría de llegar o por las barritas fue otro tramo muy rápido que hicimos a toda velocidad, cruzamos Herencia y llegamos a Alcázar en unos minutos. David quería terminar también en la plaza del ayuntamiento y así lo hicimos aunque no había nadie ni esperándonos ni sin esperarnos, solos en la plaza pero con el orgullo muy alto de estar ahí después de 225 kilómetros con los que acabé la ruta de casa a casa, tardamos una hora y 20 minutos más que los originales pero en nuestro favor podemos decir que hicimos muchas más horas nocturnas sin ver por donde pasábamos, bajando trialeras con focos, sin apoyos, sin avituallamientos, solo dos ciclistas, con dos pinchazos que en realidad supusieron el tiempo de 4 por ir andando a una gasolinera cerrada y en otro intentar solucionarlo con aire, con un reventón de tripa por comer entre 4 y 5 kilos de fruta cada uno en menos de media hora.... y ser nuestro record absoluto en distancia.

La vez que más habíamos hecho era el día de Alcázar de San Juan - Bonete que hicimos 203 kilómetros y terminamos, especialmente yo, literalmente fundidos, daba una pedalada, solo una y no daba la segunda hasta que no se fuera a caer la bici a un lado por pararse. El cuenta kilómetros dejó de marcar de lo despacio que íbamos, y en esta ocasión con 225 kilómetros llegamos sprintando y picados por ver quien subía primero una cuesta. En los últimos 5 meses hemos mejorado una barbaridad.

Después de esto y ya cada uno en su casa y después de ducharme pensé en ir a la piscina con los niños a nadar pero me entretuve con el ordenador, fotos, etc, y no salí a hacer más deporte después de las casi 17 horas seguidas en la bicicleta.

Tenía muchas dudas de ser capaz de hacer una Titan, y la del 2012 no tiene mucho que ver con esta del 2009, pero ahora después de esto creo que si puedo hacerlo y voy con garantías de terminar sin perjudicar a otros compañeros más fuertes.

La próxima semana como preparación haremos la Titan 2010, algo más dura que la del 2009 aunque no llega a los niveles exagerados del 2012.

martes, 14 de agosto de 2012

Paseos por la Moraña abulense III. Ávila.

El tercer y último día de salida en bicicleta por la zona de Ávila si quise acercarme a la capital.

Tampoco quise complicarme mucho dedicando tiempo a estudiar caminos y utilicé el mismo que el año anterior tanto para ir como para volver, y eso sabiendo que el último trozo, unos 7 o 8 kilómetros eran por carretera.


Salí como todas las mañanas después de desayunar unas galletas con la idea de empezar a las 7:00h. que luego fueron casi las 7:30h. e intentando sin conseguirlo que la gata no se pasara a las habitaciones de los dormilones.

Me había comprometido a estar a medio día en casa para ir después con la familia a la piscina y si el año anterior no lo hubieran creído este año me lo dijeron como algo normal.

Empecé por caminos ya conocidos y entre la otra vez y esta ya podría hacer todo el recorrido sin gps.

Dudé en algún cruce que consulté pero no me hacía falta ir muy pendiente.

Antes de llegar a Cardeñosa hay una subida fácil y desde arriba se ve los distintos paisajes de llanura a al Norte o mi espalda según iba a Ávila y de montaña hacía el Sur o el destino.



En este punto hay una bajada por una trialera y al fondo se veía una manada de toros dirigidos por un pastor a caballo hacía el camino que yo llevaba.

Pensé en esperar arriba a que pasaran y luego cruzar pero entendí que no habría peligro si iban sueltos por campos y caminos públicos y el pastor además no me echaba el alto.

Con algo de miedo crucé entre los toros y además haciendo equilibrios con la cámara de fotos para inmortalizar el momento, que aunque parezca que están retirados casi que podía tocarlos. Teniendo que frenar en algunas ocasiones para que pasar uno delante mía o de acelerar para que no se cruzara otro por detrás.

Después de este mini aventura y llegando a Cardeñosa hay unos 15 kilómetros de carretera hasta los 4 postes en la entrada a Ávila desde Salamanca que tuve que hacer igual de vuelta.

La carretera es la AV-804 que va de Arevalo a Ávila, una carretera casi sin tráfico ni peligro de coches. Y también crucé unos metros de la N-501 que es la Ctra. Avila-Salamanca pero que desde que construyeron la autovía se ha quedado con el mismo tráfico que un camino rural.

En la zona de los Cuatro Postes, donde ya conté el año pasado la historia de Sta. Teresa de Jesús en este sitio, había un par de autobuses de turistas y para hacer una foto solo tuve que esperar, pero cuando según se iban yendo unos iban llegando otros, incluso uno que me vio sentado hablando por whatapps aprovechó para pedirme que les hiciera con su cámara una foto de grupo.

Entre unas cosas y otras estuve 40 minutos parado, que no serían más 10 en toda la ruta y mínimo media hora esperando a hacerme la foto.

La vuelta sin incidencias, solo que para ser 88 kilómetros totales me notaba más cansado de lo normal y me volvió a preocupar la Titán, en los Países Bajos no había progresado nada, fueron sobre 650 kilómetros en 8 días pero no tiene nada que ver los caminos y correr a las pistas holandesas admirando paisajes.

Me prometí que a la vuelta a la realidad en Alcázar tenía que hacer un test serio para antes de que fuera más tarde decidir si me consideraba preparado para la ruta de todas las rutas de esta temporada, para mi por encima de El Soplao.

Había una zona de varias rampas y luego en general picaba para abajo pero me imagino que sería el poco viento en contra lo que me hacía ir mal. De todas formas la bicicleta necesita una puesta a punto grande que tengo que hacer cuanto antes.

Antes de llegar a casa paré en el pueblo anterior al cruzarme con una fuente para rellenar el bote. Los tres días había salido con nada. Sin cámara de repuesto, sin mochila, con un gel en un bolsillo y nada más. Además cuando estoy en el pueblo suelo comer menos y la falta de agua durante la ruta y la mala alimentación durante el día posiblemente también resta fuerzas. En cuatro días en el pueblo perdí los dos kilos cogidos en Holanda y no más porque me esforzaba en comer mucho cuando se podía.

Al principio no me quería llevar la bicicleta al pueblo por el follón que se monta en el coche, para transportarla, para llevar más ropa, zapatillas, casco, herramientas, etc... y encima Belén se quería llevar la de paseo y los niños las suyas, pero luego en vez de traernos las 4 nos teníamos que traer 5, nuestras 4 más una vieja y pequeña para dejársela a David.

Me pareció un follón del que luego me alegré por no parar de pedalear toda una semana y que me sirvió para coger ritmo para el siguiente reto que íbamos hablando por teléfono David y yo.

Queremos presentarnos a la Titan de la Mancha del 2012 con todas las ediciones anteriores realizadas, nos falta tiempo pero intentaremos sacrificar lo que sea por llegar con las máximas garantías de disfrute para todos.

lunes, 13 de agosto de 2012

Paseos por la Moraña abulense II. A Medina del Campo.

La segunda salida por tierras de Ávila fue el segundo día de estar en el pueblo. El año anterior cuando dije que iba a ir en bicicleta hasta la capital me dijeron que era una locura y que no iba a llegar en todo el día, y cuando les dije que iba a estar para la hora de la comida se debieron de pensar que me había dado un golpe en la cabeza sin casco, este año me preguntaron que cuando iba a ir a Ávila con la bici.

El primer día no quise por hacer algo menos y para este segundo día me apetecía conocer algo nuevo.

Miré el mapa, y apunté a Medina del Campo. Este es un pueblo situado al sur de la provincia de Valladolid y Fuente el Sauz al norte de la provincia de Ávila por lo que la distancia eran de unos 50 kilómetros más los 50 de vuelta sería una etapa similar a la de Ávila pero en una nueva dirección.

Me desperté como todas las mañanas con intención de empezar a las 7:00h. y como todas las mañanas salía de casa sobre las 7:30h. menos mal que no me esperaba nadie y aprendí la lección de dejarme todo preparado para que no se me olvidara nada dentro de casa. El tema de la gata seguí sin resolverlo y cada mañana se iba a las habitaciones a despertar a los que no había despertado yo.

Como a cada uno le duele lo suyo... a mi no me importaba madrugar y a otros que la gata se les subiera a la cama, todos contentos.

Por las mañanas hacía algo de fresco, acostumbrados a los más de 40 grados en Alcázar o Madrid aquí por la noche había que arroparse y por las mañanas todavía hacía fresco aunque por no traerme ropa salía con los brazos y piernas descubiertas, los manguitos me hubieran venido bien.

Cada menos de 10 kilómetros pasas por un pueblo, algunos están a menos de 5 kilómetros, esto es una cosa que en bicicleta se agradece, te da la sensación de ir más rápido y si miras para atrás ves el pueblo que has abandonado pero si miras hacía delante ves al que vas a llegar. Incluso pensando en averías o problemas te da algo más de tranquilidad.

La ruta la había diseñado en contra de lo que me gusta de ir y volver por el mismo camino, el motivo era para no perder mucho tiempo la tarde anterior dibujando en el ordenador el track por los caminos.

Cuando llego a un pueblo aunque no sea necesario cruzarlo suelo hacerlo y pasar por la plaza e iglesia o ayuntamiento para conocer algo ese sitio. Tampoco es mucho y al ser de la misma zona todas las iglesias son iguales, las casas parecidas, y un pueblo se parece a otro pero por lo menos puedo decir que he visto o conocido ese sitio.

Llegando a Medina del Campo pasé por una especie de carril bici sin asfaltar, un camino para hacer footing, lleno de gente, ese camino lo cruzaba una Cañada Real la "Burgalesa".

Y al entrar y cruzar Medina del Campo se notaba que no tenía que ver nada con los pequeños pueblos de Ávila. Además de pertenecer a la provincia de Valladolid tiene más de 21.000 habitantes y con la cantidad de pueblos que hay por la zona que no llegan a los 500 y que consideran grande a un pueblo de 1.000 como Fontiveros o muy importante a Arévalo con 8.000, pues Medina del Campo es casi una capital para lo que hay por la zona.

Nada más pasar se notaba un ambiente festivo, pasé por la zona en la que está la plaza de Toros y desde aquí hasta la plaza principal estaba toda la calle vallada pensando en unos futuros encierros.

Hice todo el recorrido del encierro hasta una plaza con un escenario y un monumento a la querida por estas tierras Isabel I de Castilla, que nació en un pueblo por el que pasé ayer y hoy quise evitar, Madrigal de las Altas Torres, y murió en Medina del Campo con 53 años.

Cruce todo Medina dirección al castillo de La Mota, declarado Bien de Interés Cultural, y es que está muy bien conservado y rehabilitado.

Se podía visitar el castillo pero no quise dejar la bicicleta sola o atada con un candado pequeño que llevo solo para los 5 minutos que paso al bar a tomar un café o una coca-cola cuando me fío del sitio y solo por evitar el impulso de coger la bici y salir corriendo, que si no me fío del sitio tampoco me fío de este candado.

Me quedé con las ganas de conocer el castillo por dentro, cosa que todos me llaman mucho la atención y volví por el mismo camino por el que había venido.

Para ser una ruta de solo 92 kilómetros se me hizo muy pesada, me acordé de la Titán de la Mancha 2012 llena de cuestas y esta ruta de solo 92 kilómetros y sin desnivel me había desanimado mucho, volví con ganas de parar a tomar un café, con el viento en contra y los escasos 250 metros de subida que tenía la ruta estaban en la dirección de vuelta.

Me gustó llegar a Medina pero me hubiera gustado más en otras condiciones, creo que no estaba suficientemente motivado y me preocupó pensar en el futuro próximo. Menos mal que no todos los días son iguales.