lunes, 30 de abril de 2012

Cuenta atrás...

Podría decirse que llevamos un año entrenando, pero realmente hemos tenido muchas paradas en verano, en Navidad, o cuando hemos querido, pero desde mediados de enero hasta hoy no he fallado ningún fin de semana, normalmente junto con David y las menos por separado cuando no ha sido el viernes o el sábado o el domingo hemos intentado hacer una ruta larga con el objetivo de que sirviera para mejorar de cara al día 19 de mayo del 2012.

Ya quedan pocos días para que David y yo nos vayamos el viernes 18 de mayo a pasar nuestro día grande con la bicicleta para cumplir uno de los 4 grandes objetivos que nos pusimos para esta temporada.

Este es el tercer reto, los dos anteriores ya los hemos cumplido y superado. Este es el cartel oficial de una de las más grandes pruebas de resistencia de bicicleta de montaña en España.

El objetivo para quien no está metido en este mundo de la bicicleta de montaña puede parecer pequeño, solo es terminar la prueba, pero con nuestra preparación, nuestros medios, nuestros antecedentes, la cantidad de kilómetros, la cantidad de montañas, el tiempo que nos puede hacer, simplemente el desplazamiento, los nervios, no dormir el día anterior, la preparación, la alimentación, un mal día, el clima de ese día, los pensamientos negativos, todo puede hacernos daño para terminar, pero para eso llevamos muchos fines de semana preparándonos y mentalizándonos en llegar a un sitio.

¡¡ La meta nos espera !!

26 valientes saldrán de la provincia de Ciudad Real, casi todos de la zona de Alcázar, Campo de Criptana y Herencia, alguno más de Socuéllamos y Tomelloso, 26 manchegos de nacimiento o de adopción que intentarán superar su meta y vivir con ilusión un gran día.

El plazo de inscripción se cierra hoy batiendo el record de participación de las anteriores ediciones, somos los que estamos y estamos los que somos.

¡¡ Suerte a todos!!

domingo, 29 de abril de 2012

Volvemos a Riópar.

Después de la buena ruta que nos metimos la semana pasada por la Sierra del Segura, Alcaraz-Riópar,  este fin de semana hemos querido repetir y confirmar o no confirmar las buenas sensaciones que tuvimos el domingo anterior.

La idea original era ir a Madrid para hacer la ruta de las zetas de La Pedriza pero dos veces... si se nos daba muy bien podría intentar el record mundial de tres veces.

Pero la información del tiempo era que iba a nevar, y luego nos confirmaron varios amigos que estaban por allí que había nevado e iba a nevar más, si en Cercedilla y Manzanares anunciaban nieve arriba en lo alto de la sierra de Guadarrama la nieve tenía que ser mucha.

Por esto el último día a última hora cambiamos de planes. El sábado por la tarde ninguno de los dos podía mirar rutas y hasta el sábado por la noche no elegimos que hacer al día siguiente.

Vimos dos o tres rutas interesantes, queríamos que pasaran de los 100 km y que se aproximaran a los 3.000 metros. Buscando vimos una con buena pinta pero que para nuestro gusto tenía el mismo defecto que la que hicimos la semana anterior y es que el recorrido de regreso es el mismo que el de ida, y con lo grande que es la sierra, con la cantidad de caminos, montañas, bajadas, subidas, pueblos, arroyos, etc. que tiene la sierra y lo poco que conocemos nos parece un desperdicio ir y volver por el mismo camino.

Por esto una ruta ya existente la modifiqué, añadí más vuelta al principio para acercarnos a Paterna de Madera, conociendo así un nuevo pueblo, además de subir al repetidor del pueblo, una subida larga y dura con unas vistas desde arriba increíbles, quedando en el centro de dos cuerdas y viendo dos valles preciosos desde lo alto, vuelta por otro carreterín hasta otro puerto, bajar a Riópar, volver a Alcaraz por un sitio nuevo para nosotros, incluso pasar por un último pueblo antes de llegar al coche.

El día comenzó como siempre con prisas, esta semana ninguno de los dos había hecho nada, las bicis nos las íbamos a llevar con el mismo barro que nos trajimos el domingo anterior de Alcaraz, bueno... David la tuvo que limpiar para llevarla a arreglar, en realidad más que arreglar a dar un paseo a la tienda porque hacer a la bici la hicieron poco, a David si le cobraron dinero pero la bici se quedó con más ruidos de los que llevaba. Eso de arreglar una cosa rompiendo otra te asegura la vuelta del cliente, o quizá no.

El domingo anterior terminó con una avería en el cambio por que una vez metido el plato pequeño no cambiaba al mediano y en la tienda le dijeron que era un fallo de diseño del cuadro, es decir, más de un año después y habiendo vendido miles de bicicletas iguales una tienda de Alcázar descubre que los alemanes han fabricado un cuadro mal diseñado, que mal repartido está el mundo deberían contratar en la fábrica Canyon ingenieros tan listos como este.

Como cuando soltó que los cascos de gama alta solo los venden en tallas grandes y como David tiene la cabeza pequeña el casco le queda grande, es como decir que para ganar un tour o ser como Contador o Indurain hay que ser cabezón, y no, cabezota si puede ser pero que yo sea cabezón no significa que tenga que ser bueno en la bici, si ese día no te quedan cascos de otra talla puedes decir al cliente que venga otro día, encargarlo o directamente decir la verdad y no inventarse una historia absurda y sin sentido.

O como cuando te dicen que los cambios de gama alta de la marca Shimano del modelo XT en adelante solo venden los pulsadores en parejas y con ventana para ver el piñón que llevas, y luego te metes en páginas de venta por internet y compruebas que puedes elegir con o sin ventanilla, el derecho, el izquierdo o los dos, etc.

Pero el remate en el caso de David es que le cobran 58 pavos por no hacerle nada, le apretaron un tornillo un milímetro por no saber que le pasa, y le cambiaron las pastillas de freno, pero dándose las circunstancia de que las últimas veces las pastillas las ha cambiado David, incluso yo que soy menos manitas las he cambiado a mi bici, pero además David lo hace perfecto aprovechando cada vez que las cambia para cambiar el aceite y purgar los pulsadores cosa que no le hicieron en la tienda, allí solo le quitaron las dos pastillas y puesto las dos nuevas.

En resumen bajamos las bicis del coche intentamos empezar a andar y comprobamos que lleva las dos ruedas pero más la delantera frenada, pero frenada como jamás he visto yo una bici, le dabas fuerte para dar vueltas y no giraba más de 5 veces antes de frenarse en seco, ¿traes la bici de la tienda y vienes así de frenado? ¿que mierda de reparación te han hecho? ¿será gratis? y cuando más le preguntaba más negro se ponía David, 58 euros por 10 minutos de trabajo, creo que hay ingenieros en la NASA que cobran algo menos.

Poco a poco vamos aprendiendo a reparar muchas cosas pero para alguna emergencia o alguna cosa más complicada o que requiera alguna herramienta especial tendremos que buscar alguna tienda de confianza en la que no intenten tomarnos el pelo o llamarnos tontos, que uno intenta disimular y cuando sabes que te están engañando hacer que no te das cuenta para salir del paso y solucionar el problema para que te atiendan bien y resulta que llega un momento en el que ya se quiere abusar y realmente se creen que eres tonto del todo y no te estas dando cuenta del engaño.

Salimos con la rueda frenada y era tal el ruido que yo iba con los cascos de música y me molestaba el ruido que llevaba David en la bici que no me dejaba escuchar música, era bestial. Después de la ruta de hoy estoy más que convencido de que David se hace la ruta de El Soplao, se hizo 125 kilómetros y más de 2.700 metros con una bici que era como si fuera tirando de un carro, por mucho que se describa el sonido es para verlo, a mi me daba pena, si fuera yo me habría bajado de la bici, cabreado mucho más con el "mecánico", era como ir dando pedales y frenando al mismo tiempo.

Centrándonos en la ruta, habíamos quedado a las 6:30h. y a las 6:25h. le mandé un mensaje a David para decirle que me iba a retrasar 5 minutos, pero este fue el sonido que utilizó para despertarse, se había dormido. Salimos tarde y cuando quisimos empezar era más de media hora después del domingo anterior. Montamos las bicis, nos cabreamos con la mierda de reparación que le habían hecho a David y empezamos la dura jornada.

Como sabíamos que iba a llover nos habíamos llevado los chubasqueros e íbamos bien abrigados, nada de pantalones cortos como el domingo anterior.

Yo la verdad es que quería que lloviera, creo que el día 19 de mayo en la prueba de "Los 10.000 del Soplao" nos va a llover casi seguro, y prefiero tener alguna salida bajo el agua y saber que es dar pedales lloviéndonos a que la primera vez que nos ocurra algo similar sea el día de la prueba, quería tener la experiencia.

El invierno pasado, diciembre del 2010, cuando terminamos el accidentado Camino a Santiago Belén y yo acompañados de David y Carolina nos llovió un día y también nos mojamos bastante pero íbamos resguardándonos y no nos importó hacer menos kilómetros o ir más despacio, pero el día de la prueba en el Infierno Cántabro no podemos parar y dejar de dar pedales por algo tan blandito como el agua o el barro.

La primera parte de la ruta ya la conocíamos, hasta el puerto del Barrancazo, una subida con dos o tres descansos y medias bajadas dando como resultado unos 20 kilómetros y unos 500 o 600 metros positivos ascendidos, luego nos esperaba una larga bajada muy rápida por un camino asfaltado hasta Paterna de Madera.

Este pueblo lo habíamos visto anunciado en carteles en muchos cruces y tenía ganas de conocerlo igual que otros pero ninguna ruta pasaba por allí, o las que pasaban se alejaban mucho, por eso al dibujar yo un trozo modifiqué el trazado para llegar aquí. Desde el ordenador y con el mapa en 3D vi una dura subida a una montaña que parecía muy alta y también dibujé el ascenso, una vez en Paterna y mirando la montaña en cuestión nos dimos cuenta que era la más alta, con unas antenas en la cumbre y todo apuntaba a una subida grandiosa con unas vistas desde arriba espectaculares y no defraudó en nada, nos metimos una pedazo de subida y disfrutamos como niños mirando todo el horizonte desde allí. Después de un plátano, unas fotos y unas risas nos dirigimos al Puerto de las Crucetillas.

Lo de David no es normal, teniendo la rueda que costaba girarla con la mano se hizo los alrededor de 15 kilómetros de subida, suave pero sin parar de un tirón, solo paro cuando llevábamos 3/4 de la larga carretera para esperarme en otro bonito paraje. Desde allí hasta el puerto otra vez sin parar lastrado por la "reparación" del profesional.

Añado en otro inciso a la crónica del día que he leído en muchos foros de internet de "profesionales" del sector que se quejan de la competencia desleal que les hace internet vendiendo piezas a mitad de precio y llevando solo las bicis al tendero cuando se complica la cosa, después de ver lo sucedido y de los muchos casos en los que nos hemos tenido que callar por no discutir no comprendo como todavía se puede confiar en alguien que te da una reparación y te dice que la pruebes por si tienes que volver a llevarla, como si mi bici y mi tiempo fueran un "tío vivo" de feria que va y viene a la tienda por gusto.

Cuando llegamos a Crucetillas eran ya las 14:30 y nos quedaban los 10 kilómetros que hay hasta Riópar por la carretera, todo cuesta abajo pero por lo menos otros 20 minutos se nos iban, el domingo anterior a las 13:00h. estábamos ya en Riópar buscando sitio para comer, se notaba que yo iba más lento, David frenado, y habíamos empezado más tarde.

Decidimos comer allí mismo, llevamos los dos un montón de bocatas y nos sentamos a comer, luego ya no sabíamos si bajar a Riópar o no, pero pensando no solo en lo que nos apetecía en ese momento y en las nubes que nos cubrían la cabeza, sino pensando además en lo que es conveniente para nuestro entrenamiento pensamos en bajar en 20 minutos tomarnos un cafe y volver a subir en una hora.

La distancia por carretera son 10 o 11 kilómetros y unos 600 o 650 metros de desnivel positivo, bajamos los 600 metros y los volvimos a subir pero a mitad de la bajada tuvimos que parar para ponernos los trajes de agua, por fin para mi y por desgracia para David nos empezaba a llover.

Después del café no llovía, pero según empezamos a subir de nuevo en Crucetillas volvió a caer agua y ya no paró en toda la ruta, serían sobre las 17:00h., nos quedaban unos 50 kilómetros para llegar al coche y la lluvia nos estaba calando.

Salpicábamos agua y barro por todos los lados, yo iba pensando en que a la botella si la echaba Isostar sería por las sales porque los minerales ya me los estaba comiendo en forma de barro de lo que salpicaba, las gafas de sol se hicieron tan imprescindibles como en verano para evitar los pegotazos en los ojos pero además a David se le empeñaban y le molestaba para ver, en las subidas lo notaba poco pero en las bajadas notaba que no lo hacía tan fuerte como en otras ocasiones.

Solo nos quedó por hacer la subida a La Almenara pero entre la lluvia y que se nos hacía tarde lo dejamos para otra ocasión. Antes de salir David dijo que teníamos ir sin focos, y aunque empezamos más tarde y la ruta era ligeramente más dura, después de lo bien que se nos dio la semana anterior nos aventuramos a quedarnos a oscuras. Por esto sin arriesgar y que bastante mojados estábamos nos fuimos directamente para el coche.

Durante la vuelta todavía nos quedaban tres subidas bajo la lluvia para llegar al coche, en la penúltima llegando a el Barrancazo por segunda vez en la jornada empecé a tirar algo más fuerte, David no se como no se bajaba de la bici y la tiraba, le empecé a meter metros y metros y hubo un momento en el que le sacaba bastante distancia, yo picado con llegar arriba antes que él seguía apretando hasta que me descuidé de la ventaja que llevaba, a falta de 25 metros, no quedaba ni uno más, veo que se pone en paralelo mio y casi adelantándome me dice que vaya ritmo que llevo y que casi no me coge, ¿pero que hace este tío aquí, le intenté empujar y todavía me quedaron fuerzas para coronar 4 metros por delante de él, si me descuido me hace como a los profesionales que después de 100 kilómetros escapados les adelantan a falta de 100 metros, y con rueda 2.25 y las pastillas nuevas presionando los discos, este tío con ruedas nuevas debe volar.

Aquí en lo alto del Barrancazo y bajo la lluvia todavía nos tomamos una última barrita y después de la foto y de las típicas tontería conseguí que literalmente David se meara de la risa. Haciendo unas bromas tomándome un gel no pudo aguantar más y casi nos ahogamos los dos riéndonos.

Desde aquí solo nos faltaba una bajada por la carretera hasta lo más profundo del Barrancazo y luego una suave y larga subida hasta otro pueblo nuevo, Vianos.

Volvimos a parar esta vez para cambiar la batería del GPS y por la carretera salpicando agua mientras nos mojábamos más y se medio limpiaban las bicis, o por lo menos las ruedas que luego teníamos que meter en el coche hicimos una rápida bajada hasta llegar a Alcaraz, por fin terminaba una ruta larga, dura y con los agravantes de lluvia, poco entrenamiento, rueda frenada y empezar tarde.

Volvimos a poner en práctica los estiramientos, y creo que da resultado para el tema de los calambres, además de un super desayuno, como diría un ratón de mi niñez, supervitaminados, y parar de vez en cuando además de para las tonterías típicas para comer un poco en cada parada y tener siempre algo en el estómago de comida y agua.

La foto de saludo y felicitación final sale borrosa por el agua que se acumulaba en la carcasa de la cámara. Terminamos totalmente empapados, tanto en el exterior como la ropa interior, los pies, calcetines, todo chorreando y aun eso creo que hicimos lo que teníamos que hacer y me alegro de que en un momento en el que nos pensamos dar la vuelta no lo hiciéramos, esto es una prueba de lo que probablemente nos pase en tres semanas, aquí la hemos superado, dentro de tres semanas y con más kilómetros y con más desnivel esperemos también superarla.

Terminamos a las 19:05h. y habíamos empezado a las 9:24h. según el GPS habíamos tardado 10 horas, 7h. y 10' min en movimiento y el resto parados. Habíamos recorrido 118 km. y 2.716 metros de desnivel positivo, en una media de 17 km/hora en movimiento pero en ruta de solo 12 km/hora. Para hacernos una idea si tenemos que hacer 164km en un máximo de 16 horas nos sirve la media de 10km/hora, nos sobraría tiempo, incluso si redujéramos los descansos nos sobraría más, pero esto es solo teoría, la realidad me dice que los descansos me son muy necesarios precisamente para descansar, y que los últimos kilómetros y las últimas subidas no las hago al mismo ritmo que los primeros kilómetros y primeras subidas.

Aun esto la estrategia de la carrera en el último mes ha cambiado, llevaba una estrategia "secreta" que me he replanteado por otra más optimista, ya veremos en la próxima salida que tal se nos da.

El martes que es festivo, día 01 de mayo, nos vamos a Sierra del Parque Natural de Despeñaperros allí haremos una ruta corta para lo acostumbrado últimamente pero seguro que igual de bonita.

domingo, 22 de abril de 2012

Alcaraz - Riópar.

Para hoy teníamos previsto hacer la ruta más dura en cuanto a desnivel intentada por ninguno de los dos. La ruta elegida tenía 2.700 metros positivos en solo 110 km cuando nuestro record hasta ahora estaba en 1800 metros en 157 km cuando estuvimos en Cuenca.

Yo desde hace tiempo tenía ganas de llegar a Riópar, hacía 12 años que conocí este pueblo y en aquella ocasión fui en coche para ver el nacimiento del río Mundo.

Alcaraz está bastante lejos de Alcázar y por esto quedamos pronto, la ruta nos podía durar 8 o 18 horas. Me llevé el foco de luz porque no tenía claro si íbamos a terminar de día o por el contrario íbamos a tener que llamar a alguien para que fuera a buscarnos por medio de las montañas, y es que los precedentes a esta ruta eran regulares o directamente malos en mi caso.

Respecto a la zona estuvimos en otra ocasión a principios de noviembre en Alcaraz, en aquella primera ocasión agradecimos infinitamente una avería en la bici de David que nos impidió terminar la ruta elegida y posiblemente terminar perdidos y agotados en mitad de la sierra. Era noviembre y cuando llevábamos entre 15 y 20 kilómetros estábamos agotados de subir montañas y cuando terminamos la ruta de 40 km, abandonando por avería llegamos al coche con 4:30h. pedaleando, había pasado la hora de la comida y de lo que teníamos ganas era de salir corriendo de ese pueblo infernal.

Y respecto a los antecedentes en rutas previas teníamos, sobre todo yo porque David desde que se recuperó el año pasado de la rodilla va mejor, una participación en una cicloturista, la de Herencia, en la que terminaron solo 5 personas por detrás mía, y que había necesitado 3:08h. para hacer una distancia de 48km y 840m. de desnivel,  había tenido que parar dos veces por pinchazos en los muslos y gemelos, especialmente en la pierna derecha y hubo un momento de crisis en el que me tuve que bajar de la bici para coger oxígeno, no era para tener la moral muy alta.

Hoy las sensaciones no han sido iguales, ni parecidas, hoy si hemos disfrutado de la ruta, de la sierra, de sus montañas, de sus subidas y de sus bajadas, hoy hemos recibido una inyección de moral de las que se necesitan para afrontar una prueba como la del día 19 en Cabezón de la Sal.

Aparcamos el coche y antes de bajarnos David me dijo que estaba cansado del trabajo durante toda la semana, yo le dije que me había acostado pasadas las 1:00h. y puesto el despertador a las 5:30h. y tenía un sueño como para quedarme esperando en el coche mientras él se daba un paseo o me pedía un café. Con este comienzo y el miedo que le tenía a la ruta lo primero que hice en la bici es atar con dos bridas la batería de las luces y colocar el foco en el manillar.

Él decía que nada de focos que llegábamos de día... ya sabemos quien es el optimista y el pesimista en esto de los tiempos y las distancias.

Arrancamos por una ruta mucho más cómoda que la anterior en Alcaraz, una ruta con algún tramo de carretera secundaria, con pista ancha, con unos caminos en un estado muy bueno, que como los de Herencia la semana anterior estaban mojados pero sin barro, un terreno húmedo ideal para la bicicleta con muy poquitos charcos al principio que no tapaban todo el camino y se podían esquivar o no, depende de las ganas de mancharse.

En las primeras subidas noté que David iba peor que otras veces pero cuando le estaba esperando echando una foto después de la primera subida me di cuenta de que él iba tan bien como siempre, era yo que en esta ocasión estaba mucho mejor, iba muy cómodo en la bici.

Antes de empezar no podía pensar que iba a hacer una primera parte tan cómodo en la bici, subía siempre por encima de los 10 km/hora y bajaba prudente sin perder demasiado tiempo, cuando llegamos a la subida a la Cuerda Larga vimos que venían dos ciclistas por otro camino pero no llegaron a subir y se quedaron abajo. En lo alto había algún rodal de nieve en la zona sombría, solo a modo testimonial pero indicaba que hacía frío.

Durante la ruta mientras íbamos subiendo tenía calor, o por lo menos no notaba el aire, pero en las bajadas y cuando parábamos a comer me quedaba frío, pero lo peor fue aquí arriba, estaba el cielo nublado, al fondo se veía todo gris y amenazando lluvia y yo con ropa de verano. El maillot me queda tan grande que estuve tentado de ponérmelo de pantalones pero no me iban a caber las piernas por las mangas.

Estando arriba acordamos que a la vuelta no volveríamos a subir aquí, en el caso de subir sería ya tarde, yo calculaba sobre las 19:00h. y con el tiempo que hacía que empezamos con 11 grados y aquí estábamos a 10 un buen rato después y amenazando lluvia iba a pasar mucho frío, ya lo habíamos visto, ya habíamos disfrutado de ese paisaje y para la próxima pasaríamos de largo.

Llegar a Riópar me gustó, lo íbamos viendo desde lejos después de una larga bajada por una carretera y después de rodear una montaña subiendo y bajando por detrás de una cantera llegamos al ansiado pueblo, el anterior era Riópar viejo. Era pronto para comer y estaba descansado aun llevando ya unos 1.300 metros en 55 kilómetros, más que la ruta de Herencia tanto en distancia como ascendiendo, con más paradas, con más tranquilidad y estábamos los dos muy frescos.


Llevábamos mucha comida entre los dos, muchos frutos secos, sandwich de nocilla, plátanos, geles, barritas de cereales y cada 20 ó 30 kilómetros habíamos hecho una parada, dos paradas más la de arriba en la Cuerda Larga y teníamos comida de sobra para volver pero no quería arriesgarme a quedarme en mitad de un monte desconocido a muchos kilómetros de casa tirado por una pájara sin alimento, además me apetecía comer bien y nos sentamos en una terraza.

Nos comimos un plato de migas estupendo, nos comimos un bocata grande de tortilla cada uno, nos comimos media barra de pan que puso el camarero para las migas, esto de comer migas con pan no lo había visto hasta ahora, y nos comimos un plátano y un café, casi una hora parados comiendo básicamente pan. Y luego nos quedaba el regreso, otros 55 kilómetros y otros 1.300 metros subiendo, la prueba de si era un buen día o no empezaba ahora.

Repetimos la ruta igual pero en sentido contrario, subiendo por donde habíamos bajado y bajando por donde habíamos subido a excepción de la subida a Cuerda Larga que no quería que se nos hiciera tarde, hacía frío y no nos apetecía repetir, y después de otras paradas para descansar en lo alto de cada puerto llegamos al coche.

Durante la ida a Riópar había visto un pedrusco grande en mitad de una carretera y en una curva pero era al principio de la bajada de la carretera que nos llevaba a Riópar y no pude parar, solo esquivar la piedra, pero a la subida me quedé con el sitio en el que estaba e iba toda la subida pensando en llegar a la piedra, era la penúltima curva e indicaba que había subido, al llegar quité dos piedras realmente peligrosas para los coches. Luego en la siguiente recta vimos un rebaño de cabras que además fueron casi todos los animales que vimos en ruta.

Si en la primera ocasión que estuvimos en esta sierra David tuvo problemas con la rueda trasera que tenía el núcleo sucio y no podía dar pedales alegrándome mucho de la avería para poder irnos a casa a descansar de este infierno, ayer cuando tuvo la avería del cambio delantero no me dio la misma alegría, quería terminar y no quería que una avería nos obligara a suspender la buena ruta que nos estaba saliendo.

En las dos o tres ocasiones que puso David el plato pequeño no podía cambiar luego al mediano, tenía que ayudar al desviador con la mano para poder cambiar.

Antes de terminar todavía paramos otro rato en el precioso paisaje de Loma de Piqueras en lo alto de los molinos desde donde se ve Alcaraz y unos cortados dignos de hacer salto base con un paracaídas.

Durante el regreso David recupero fuerzas o quizá el siempre fue igual, fue a Riópar subiendo a 10 km/h. y volvió a 10 km/h, yo quizá la ida iba subiendo a 11 y le esperaba arriba y el regreso iba a 9 y me esperaba él. Cuando llegamos al coche no me lo podía creer, podía perfectamente seguir, no tenía ningún dolor, estaba para repetir la ruta, si no la ruta entera por lo menos volver a Riópar seguro, y la ruta hubieran sido otros 50 kilómetros y otros 1.300 metros que no me habría asustado.

Me tiré todo el viaje de regreso en el coche pensando en que era lo que habíamos hecho distinto para que saliera tan bien. ¿Quizá la alimentación que hicimos más paradas y comimos más?, ¿el comer tanto pan que son hidratos buenos?, ¿el desayuno que me metí con infinitas galletas de avena, el mejor de los cereales, y rosquillas caseras y bizcochos caseros que hace Belén exquisitos?, ¿quizá que por primera vez estiramos antes de empezar y en cada parada? (lo de estirar fue más bien hacer un poco el tonto mientras nos reíamos pero algo hicimos) ¿quizá fueron las pistas cómodas con subidas largas pero con pendiente comedida que rondarían el 10% y casi nunca pasaban del 15%? ¿quizá el pensar antes de empezar que iba a ser un fracaso y que íbamos a llegar de noche hizo que me asustara más de lo debido y fuera más concentrado?

El caso es que eran las 17:40h. y después de 6:30h. pedaleando, 2:20h. parado y un total de 8:50 con la bici habíamos superado los 105 kilómetros de la ruta y pasado por primera vez de los 2.000 metros, dejando nuestro record en 2.500 y tan frescos como dos lechugas (bueno lechugas cortadas el día anterior).

Aquí empecé a hacer cálculos de lo que podía pasar el próximo 19 de mayo en Cantabria, cuando estemos en Cabezón de la Sal para tomar la salida en una de las pruebas más duras de BTT de España, esta semana cierran el periodo de inscripción y van más de 6.000 apuntados, la mayoría en BTT que llegaremos a ser unos 4.000, cada año un 40% no termina la prueba y hasta hace una semana siempre he pensado que yo estaría en este 40%, después del test de hoy creo que hay una posibilidad real, difícil y complicado pero hay posibilidades de que antes de las 00:00h. del día 19 de mayo, antes de que sea día 20 de mayo pase por la meta superando los 165 kilómetros y los 4.300 metros de subidas.

Fue un día de muchos test, y muchas pruebas que todas salieron bien, probé el llevar el móvil en 2G para ver si la batería me podía durar un día entero como será El Soplao, llevé todo el día la música encendida para ver si la batería del ipod me iba a aguantar por lo menos para las subidas de la prueba y también funcionó, comprobamos si parando más, comiendo más y estirando eliminaba los calambres y funcionó, probamos la velocidad relajada pero constante para ver hasta que punto podíamos hacer unas subidas de casi 10 kilómetros sin parar y manteniendo el ritmo y todo funcionó.

He necesitado cuatro meses de domingueros, desde enero a hoy, con la bici haciendo y planificando nuestras rutas según nuestro tiempo, capacidad y medios para ver un resultado de los que gustan.

Además como detalle de lo bien que salió el día se dio la circunstancia de que no utilicé el plato pequeño en toda la ruta, con el mediano y jugando más con los piñones arriesgando a cruzar algo más la cadena pero no aumentando tanto la cadencia de pedaleo hice la ruta completa.

El próximo domingo haremos otro test en Madrid para ver que es en lo que hemos acertado y esperemos recibir otra inyección de moral como la de hoy, al siguiente domingo quizá vayamos a Despeñaperros, al último antes de la prueba no está decidido por no poder entrenar juntos y el cuarto fin de semana después de este que hemos pasado será el gran día. Ya queda muy poco.

sábado, 21 de abril de 2012

Subida al Mingoliva y luego subida al Mingoliva.

El tiempo se nos hecha encima el día clave después de varios meses intentando superarnos y progresar llega en menos de un mes, estas 4 semanas que nos restan para la prueba queremos meter metros a nuestras rutas y hacerlas más duras, no solo en distancia como hasta ahora, también con metros ascendidos.

Pero además saliendo solo un día en semana, de domingo a domingo, por mucho que te canses a las piernas se las olvida el ejercicio y la paliza que las has dado la semana anterior así que o bien los viernes o bien los sábados procuraremos o juntos o por separado hacer alguna ruta intermedia en distancia para no ir muy cansado el domingo a la ruta fuerte.

Este viernes hacía muchísimo viento y no cogí la bici por lo que quedó todo aplazado al sábado, y el sábado por la tarde nos fuimos acompañados de mi padre para subir el Mingoliva por tercera vez desde que monto en bici.

El Mingoliva es una montaña de 263 metros de altura dentro de lo que yo llamo la Sierra de Puerto Lápice aunque su nombre en los mapas es Sierra Luenga pero que pertenece a Camuñas, un pueblo bastante más lejano.

La idea era subirlo varias veces, y al llegar acordamos que mientras mi padre lo subía a su ritmo, intentar subirlo una vez sin bajarse de la bici, descansando cuando tuviera que descansar pero haciendo todo el recorrido encima de la bici, David y yo mientras intentaríamos subirlo dos o tres veces seguidas.

Al final nos salieron casi 13 kilómetros y 463 metros, no es mucho pero por lo menos no tuvimos un sábado parados.

La primera vez que subí esta montaña iba con David, era principios de junio del año pasado, ya casi un año. El que no había salido mucho por esta sierra y no conocía muchas de las montañas ciclables que se suelen subir y empezando en Puerto Lápice nos dirigimos primero a los molinos y luego el Mingoliva pero al final en la última curva también hasta las narices de cuestas y de todo me bajé, ni con el plato pequeño que no hacía nada más que dar pedales tontamente conseguí subir, David por aquel entonces ya se había recuperado de su rodilla y pasó de ir algo más lento que yo a algo más rápido que yo. Hoy por segunda vez lo he subido y dos veces seguidas y en el plato mediano y con otras sensaciones, no iba descansado pero si hubiera que subirlo más veces podríamos hacerlo. Entonces era el principio del principio, llevábamos un mes con la bici nueva y estamos empezando a salir con regularidad y constancia, nuestras etapas eran infinitamente más cortas y el desnivel de esta ruta ya nos pareció una barbaridad.

Quisimos guardar fuerzas para el día siguiente, el domingo habíamos quedado en hacer una ruta por la Sierra de Alcaraz y llegar a Riópar, superar nuestro record en altura acumulada en una ruta y no era cuestión de machacarse hoy. David las dos veces subió el primero, poco tiempo de ventaja pero en distancia que que son 100 o 150 metros que se nota y mucho, ya veremos otro día como sale.

En nuestra segunda subida mi padre nos estaba esperando arriba después de su primera subida todo un record el subir allí pedaleando con un pequeño descanso en el último tramo, nos comimos un plátano y bajamos muy despacio los tres juntos, la bajada debido a las muchas piedras sueltas que hay en el camino es peligrosa para hacerla sin control, hay algunos agujeros, alguna piedra grande, alguna curva cerrada, mejor controlar un poco que intentar ganar 30 segundos en una subida que has perdido 5 minutos.

Gracias a que pedí mal la ropa de verano de Bikefriend, dos tallas por encima de la mía, una talla seguro que la pedí mal  y otra puede ser por los kilos que he perdido, mi padre se pudo poner la talla L con su/nuestro apellido y yo la S de Belén que me queda mucho mejor que la mía.

domingo, 15 de abril de 2012

IV Ruta Cicloturista "Villa de Herencia" 2012

Como hacía mucho tiempo que no pasaba hoy hemos jugado en casa. De las 10 últimas rutas contando esta de Herencia solo una ha empezado en casa, ni esta que aunque cerca nos hemos acercado con la furgoneta de David a Herencia para tomar la salida en la IV cicloturista Villa de Herencia, prueba de bicis de montaña perteneciente al II Open de BTT de Ciudad Real.

Nos hemos acercado junto con Emilio y hemos ido a recoger las dorsales con el chip de control de tiempo, allí nos han dado una bolsa regalo por la participación con un bidón para la bici, un adorno con la inscripción de motivo y fecha de la prueba y una bolsa de patatas.

No nos ha sobrado nada de tiempo, entre recoger la dorsal, volver a la furgoneta para sacar las bicis y dirigirnos a la línea de salida casi llegamos tarde, cosa que no hubiera afectado en la clasificación general pero mejor salir juntos y vivir por lo menos la salida con todos. Había mucha gente de Alcázar y aunque soy muy despistado he reconocido a gente, a otros cuando los saludaba David me iba dado cuenta de quienes eran, luego al final de la prueba si se habían vuelto a cambiar y puesto un chandal dejaba otra vez de reconocerlos, un desastre, debo ser el único que no reconocía a Superman cuando se ponía un traje y una gafas como Clark Kent.

He oído que seríamos unos 240 participantes y cuando publiquen los resultados veré los que han terminado y los tiempos pero creo que han terminado 221, el primero en 1:45h. y el último en unas 3:40, solo unos 10 minutos por detrás mía.

Después de publicar las clasificaciones los resultados han sido:
David: Posición: 163, tiempo: 02:38:15 -- año 2011 posición 160 (ruta distinta).
Paco:  Posición: 216, tiempo: 03:06:01 -- año 2011 posición -abandono-

Si no hubiera parado tanto para hacer fotos, quizá podría haber ganado alguna posición, pero quizá eran necesarias para descansar además de que no hubiera llevado mi filosofía de intentar disfrutar llevándome un recuerdo de por donde paso.

Esta de Herencia fue el año pasado a la primera cicloturista en la que participamos juntos David y yo, un mes antes estuve con Belén en la de Villacañas, llevaba solo unos meses montando en bicicleta, solo un mes con la bici nueva y no fui capaz de terminar. La ruta no tenía nada que ver con esta, en aquella del 2011, más larga, había un tramo controlado y un final libre, hoy era toda la carrera libre y aunque pensando en las subidas de entonces me parece más dura esta también lo ha sido y mucho.

A estado toda la semana lloviendo y ayer sábado estuvo lloviendo por la mañana y por la tarde, tenía claro que iban a estar todos los caminos muy embarrados, tanto o más que como estaba el año pasado, pero sin embargo apenas había barro, los caminos estaban perfectos, húmeros, mojados, sin polvo, sin piedras sueltas, pero casi sin charcos y sin esa tierra arcillosa y pegagosa que tapiza las ruedas. Al principio hacía un poco de fresco pero pronto entramos en calor, incluso se veía a alguno con pantalón corto.

La prueba empeza dando unas vueltas por las calles de Herencia y luego nos dirigíamos a la Sierra de la Sevillana. Al coronar la subida a la Sevillana iba en un grupete de unos 20 ciclistas y todavía quedarían otros 30 o 40 por detrás mía.

Lo peor hasta aquí era el fuerte viento en contra que llevábamos, hasta la subida a la Sevillana empezando en Herencia eran solo 11 kilómetros pero sin embargo ya iba perjudicado por el esfuerzo extra que había hecho por el viento. En esta subida todavía adelanté a algún ciclista pero luego la bajada la hice despacio para recuperarme del esfuerzo y alguno me recortó algo. Al girar en Puerto Lápice dirección a La Finca de La Solana en la carretera que sube al repetidor de Herencia salió 1 kilómetro con viento a favor que nos empujó tanto que llaneando cogí una de las velocidades más altas de toda la ruta, incluso más alta que en algunas bajadas en las que iba frenando, pues cuando lo llevábamos en contra era justo al revés, velocidades ridículas.

Una cosa muy importante que noté fue la posición del sillín, una diferencia enorme de como lo tenía hasta esta Semana Santa, creo que si no me lo hubiera regulado David hoy me hubiera bajado antes en muchas rampas, pero es que además el viernes estuve ajustando los frenos que llevaba la rueda trasera muy frenada y volví a acercar y subir un poco más el sillín y ahora es cuando voy realmente cómodo y bien sentado en la bici apoyando en la tarde de atrás.

En la finca La Solana, que es una casa rural, estaba instalado el primer avituallamiento, como siempre plátanos, barritas, agua y acuarios, lo normal en estos casos, de los que iban en mi nivel han parado casi todos, alguno pasó de largo sin parar, pero de los primeros estoy seguro que no han parado ninguno. Desde aquí hemos subido por un camino muy empinado, como mínimo igual que la carretera pero con sus piedras. David me había esperado en este avituallamiento, quizá unos 5 minutos hasta que llegué pero le dije que empezara él a subir mientras yo me comía un segundo plátano tranquilamente.

La subida la empecé muy bien, me puse de reto no bajarme de la bici y fui adelantando a muchos ciclistas, primero a los que iban pedaleando más despacio y al final en las últimas rampas a los que iban andando, pero en la última cuesta iba tan sofocado que me tuve que bajar, me senté en el suelo 5 minutos para recuperar fuelle dejando la bici en el medio estorbando pero sin poder quitarla y cuando quise volver a montar me habían adelantado otra vez todos a los que había pasado.

Coroné en lo alto de la subida del repetidor y después de unas fotos de recuerdo, comenzaba una bajada, allí en un cruce me saludó David que venía en dirección contraria, yo pensé que se había confundido y me paré para esperarle, cuando llevaba un minuto esperando me di cuenta que era un cruce del recorrido y que el iba en un sentido y yo en otro, en realidad me sacaba una ventaja de una bajada y una dura subida por un cortafuegos que no vi a nadie hacerla montado, de los que han terminado del 100 para arriba seguro que no han podido hacer el cortafuegos entero montado.


Yo hice la primera mitad montado lo que creo que ya es mucho más de lo que veía entre los que estaban en mi nivel, luego hasta las narices de estar sufriendo y viendo que todos iban empujando me pudo la moral y me bajé solidariamente a empujar yo también.

Posiblemente en este punto los primeros ya habían llegado a meta, a los demás todavía nos quedaba mucho, cruzar la sierra por la pedriza, un camino duro pero menos que el año pasado que estaba lleno de barro, luego una subida por la parte trasera de la sierra de los molinos y el ascenso a los molinos.

Cuando subía por la parte trasera volví a adelantar a un par de ciclistas, ya a pocos por que los que quedaban detrás de mi o se iban retirando o quedando muy atrás, yo ya no veía a nadie, y luego en la subida a los molinos volví a recuperar otras dos o tres posiciones pero justo al coronar volvieron a darme pinchazos en el gemelo y muslo derecho. Me bajé de la bici y desde lo alto volví a hacer unas fotos del paisaje como había hecho en la subida al repetidor. Cuando me recuperé y dejó de doler la pierna bajé tranquilamente a meta, detrás mía todavía pasó algún ciclista, ya pocos, quedaban pocos por llegar.

David me estaba esperando en meta y Emilio estaba en esperando en la furgoneta, no le había visto en toda la carrera. En el pabellón habían organizado una buena comilona. Quizá debido al fuerte viento en vez de hacerlo en la calle fue dentro de un gimnasio, con muchas mesas, sillas y comida y bebida.

El año pasado leí alguna crítica de gente que decía que había poca comida o se había quedado con hambre, yo no observé esto pero este año ha sobrado de todo.

En mi caso eran las 12:30h. cuando llegué al coche, en el caso de otros ni las 11:00h. y sin embargo habíamos hecho ya todo lo que teníamos que hacer con la bici, este tipo de deporte con la bici no me termina de convencer, prefiero hacer 4 o 5 horas y 80 o 100 kilómetros a darme una paliza empujando una bici cuesta arriba por un cortafuegos o caminos que no aparecen en los mapas.

Además cuando hago 150 kilómetros voy más descansado durante la ruta y luego tardo más tiempo en recuperar, en rutas como la de hoy la voy haciendo hecho polvo, más cansado, pero a la hora de dejar la bici y terminar de comer estoy perfectamente. El objetivo del Los 10.000 del Soplao en 16 horas no lo termino de ver, una mezcla de prueba larga y fácil técnicamente pero con 4.500 metros de acumulado... tengo dudas.

Veo ahora más claro e interesante para mi hacer otra ruta de 200 o 300 kilómetros en un día como ir a Alicante o cualquier otro sitio que hacer cosas como las de hoy.