domingo, 25 de noviembre de 2012

Senderismo y geocaching en Riópar. Sierra del Gallinero.


Hoy hemos hecho la ruta más dura hasta la fecha con los niños y además mezclando con el divertido juego de Geocaching. Aviso de que en la entrada hay fotos "spoiler"  así que cada uno valore si las quiere ver o no.


* "foto spoiler" son fotos donde se ve el sitio exacto donde está escondido el "tesoro".

Habíamos pensado hacer la ruta que va desde Riópar hasta el nacimiento del río Mundo, un sitio muy bonito que conocimos Belén y yo hace más de 10 años y que ahora en esta época del año y con las lluvias caídas recientemente debe de salir mucha agua por la cascada formando la "cola de caballo" característica de la zona. Pero como además de hacer senderismo queríamos retomar el Geocaching hicimos esta otra ruta para buscar 4 en vez de 1 tesoro escondido.

El geocaching es una actividad que nos gusta y recomendamos hacer en familia o grupo. Normalmente la dificultad es pequeña pero la diversión para niños y mayores está asegurada. Por un momento todos nos sentimos aventureros, Indiana Jones, piratas, cazatesoros, o lo que sea dependiendo de la última película, libro o serie que se haya visto. Ahora Marcos quiere que los Reyes Magos le traigan un látigo -pero de los de verdad- para llevárselo a las aventuras de buscar tesoros.

El geocaching consiste en buscar con la ayuda de un GPS o mapa y brújula un objeto escondido en una ubicación dada por coordenadas, una vez llegado al lugar hay que buscar el cache o tesoro escondido y hacer un intercambio de objetos para posteriormente dejar todo igual para el siguiente buscador.

Los tesoros pueden ser de distintos tamaños, micro, pequeños, medianos, grandes, escondidos en sitios fáciles de llegar, regular, muy difícil, de solo expertos en los que se necesite escalar o similar, y los premios o regalos suelen ser pequeños objetos, dejan un llavero y se llevan un muñeco, un mechero, una baraja de cartas, una pulsera, aunque nosotros nos hemos llegado a encontrar libros, navajas multiusos, etc...

Para mi es una de las mejores actividades que puedo hacer con los niños y que desde aquí vuelvo a recomendar hacerlo, incluso si alguien no tiene GPS o quiere probar puede ponerse en contacto conmigo y salimos un día a ver en que consiste realmente esto.

Además de la aventura de conocer sitios bonitos con la familia intentaré en la medida de lo posible compaginar el deporte del senderismo o el trekking con este juego que además les da a los niños un descanso durante el deporte y un aliciente para querer ir a hacerlo, prepararse sus regalos para intercambiar, organizarse, pensar en donde buscar, etc...

En la actualidad tengo 3 caches escondidos, dos por la zona de Alcázar y uno por Ávila, hace dos años cuando los escondí había muy pocos , posteriormente se escondieron otros pocos y la zona vuelve a estar parada en cuando a escondite nuevos y cantidad de caches, esta zona de la mancha es muy llana y quizá no llama mucho la atención para esconder pero hay cientos de sitios bonitos y curiosos que no conoce mucha gente de la zona y que he descubierto con la bicicleta y que este juego puede ayudar a darlos a conocer a más gente.

El juego tiene más alicientes aún que ya contaré en otra entrada según vayamos ampliando nuestras aventuras en este sentido. El símbolo redondo con una especie de cruz que hay en la foto del título del blog es el símbolo de esta actividad, geocaching.

Para hoy además de la ruta de 20 kilómetros y 725 metros de desnivel tenía 4 caches para buscar, uno a mitad de la ruta, dos relativamente cerca en la cumbre donde tenía pensado comer, y uno cuando empezáramos la bajada de regreso.

El primer tesoro está en un complejo de casas rurales de madera precioso rodeado de árboles, montañas, agua, puentes, y una cascada llamado "La toma del agua". Al estar dentro del complejo cuando hay actividades está cerrado y no se puede buscar pero a nosotros nadie nos dijo nada y aunque veíamos a gente entrar y salir en sus cabañas nadie nos molestó y pudimos pasar ahí un buen rato buscando el tesoro.

Yo cuando he escondido uno he puesto las coordenadas exacta al centímetro, pero por ahora los que he buscado ponen las coordenadas de la zona con un margen de error de unos 10 metros, pero esos 10 metros en mitad de un bosque da como origen a muchos minutos de búsqueda y en algún caso a abandonar por desesperación. Así nos pasó aquí que cuando ya habíamos peinado la zona entre los 4, mirando por debajo de cada piedra, debajo del puente, por el arroyo, por entre la maleza, en la cascada por encima nos íbamos y Belén dijo que aunque no lo viéramos seguro que estaba en la cascada.

Como a mi eso de hacer un poco el "cabramontesa" no me importa escalé y cuando ya estaba completamente empapado, levantando cada piedra y metiendo los brazos en todos los recovecos vi una piedra un tanto sospechosa por su ubicación y efectivamente estaba escondiendo el cache.

Primer cache que buscábamos en la ruta y primera alegría. Un montón de cosas, un buen descanso de andar para encontrarlo, un paraje precioso para hacer unas fotos, y luego vuelta al senderismo, porqué hasta aquí la ruta había sido preciosa pero no excesivamente dura y desde este punto hasta donde comimos fue durísima, igual de interesante pero con unas rampas de más del 20% de desnivel que nos ha dejado a los 4 las piernas más duras que las piedras que movíamos para buscar los tesoros.

La idea era comer en un punto alto al que íbamos a subir y que era algo más de la mitad de la ruta, además en este punto había dos geocaching para buscar, pero antes de llegar tuvimos que descansar un par de veces, las cuestas eran realmente grandes.

Marcos hoy estaba más fuerte, Paula como siempre al principio va cansada y quejándose luego al final va cantando y saltando lo que nos mosquea más que después del sufrimiento inicial termine con esa alegría, Belén tenía molestias aún en su tobillo y yo aunque con más peso pero al ir despacito para mi iba a gusto tirando de Paula.

Al llegar a la cumbre el paisaje cambió de los pinos que había durante la subida a las hayas y acebos que había arriba, pero exactamente la comida era en un sitio en que que estaba el PINO GORDO DEL TORIL. Esto es un pino gigante, en realidad no el más grande que he visto yo porque estoy recordando hace poco uno en La Granja de Segovia después de hacer la siete revueltas en bici con Belén, pero si gigante y que está en un paisaje precioso, está en un hundimiento del terreno rodeado de piedras grandes con musgo formando un circo protegido del frío, viento y de todo y era uno de los rincones más bonitos de la ruta.

Le dije (antes hubiera mal escrito la dije) a Belén que mientras ella hacía los bocadillos Marcos y yo buscábamos uno de los dos caches que había allí cerca, pero estaba tan cansada que hice yo los bocadillos. Para que no nos pasara como la semana anterior en Aldeaquemada con pan de dos días la noche anterior Belén hizo su propio pan, y también carne de membrillo que nos llevamos para cuando necesitáramos energía. Al terminar de comernos los bocatas, postre y descanso nos fuimos olvidando que allí había un cache.

Tuvimos que separarnos del recorrido que llevábamos en el GPS para llegar al tercer tesoro, en realidad el segundo que buscábamos. Llegamos saliéndonos por primera vez del camino que ya no volvimos a coger hasta mucho tiempo después, y campo a través llegamos al desfiladero del Toril. Otro camino idílico con un paisaje y vistas increíbles.

He visto fotografías de este sitio en verano y está seco y amarillo todo, pero hoy estaba todo verde, todas las piedras llenas de musgo, todo el suelo cubierto como de un manto de césped, y unas vistas para no irse de allí.

Nos pusimos a buscar el cache pero después de buscar y buscar nos dimos por rendidos y cuando ya nos íbamos se me ocurrió investigar en el GPS y vi que había una opción de leer pistas. Tenía pistas y no lo sabía, ponía que había que buscar a la izquierda de la vieja haya según se subía por el desfiladero, es decir justo en frente de donde estábamos buscando. En este día aprendí que las coordenadas que pone la gente están variadas en unos 5 o 10 metros lo que parece que no es mucho pero dentro de un paisaje lleno de elementos, piedras, ramas, hojas, arbustos, ríos, etc... 10 metros pueden ser miles de sitios donde esconder algo.

Hicimos un intercambio rápido de regalos, firmamos en la hoja de registro de visita del tesoro o cache o nos fuimos algo más deprisa porque se nos estaba haciendo muy tarde.

A partir de aquí seguimos por campo a través, pero además tuvimos que escalar por piedras en varias ocasiones o vernos encerrados y tener que bajar con cuidado por otras piedras, con caídas de más de 4 o 5 metros, que cuando estás ahí es más de lo que parece escrito. Marcos sube y baja como si nada cosa que me preocupa más por si se cae que Paula que va mucho más despacio.

Llegamos a otro circo o valle dentro de la colina en la montaña más alta de la zona, la zona de toda la ruta es la Sierra del Agua que pertenece a La Sierra del Segura y dentro de esta sierra está el Monte del Gallinero y aquí llegamos al pico del Alto del Gallinero. Pues justo en este pico en lo más alto de toda la ruta había un vértice geodésico. Belén y Paula que iban unos metros atrás estaban preocupadas por que se nos hiciera de noche, de las 7:15 que nos llevó la ruta habíamos gastado ya 5 horas y nos quedaba casi la mitad de la ruta para llegar al coche antes de que se nos hiciera de noche. Nos pidieron a Marcos y a mi que no buscáramos ese cache por falta de tiempo pero entre la ilusión por superar más retos y sitios nuevos les pedimos a ella que siguieran avanzando mientras nosotros gastábamos unos minutos en buscarlo.

Desde ese alto se dominaba toda la sierra, se veía Riópar, pero también el alto de Crucetilla y el Barrancazo que conocía por la bici, vi las antenas del Alto de Bañadero que está junto a Paterna de Madera y que subí a principio de año con David. Por el walkie talkie nos llamaban para que abandonáramos la búsqueda pero nosotros corríamos entre las piedras hasta el pico más alto. Allí miramos todas las piedras, rincones, grietas,.. y cuando ya nos rendíamos y nos íbamos le dije a Marcos que un ultimo vistazo por un lado del precipicio y nos íbamos si no estaba y efectivamente allí vi unas piedras sospechosamente colocadas unas sobre otras.

Que ilusión que nos hizo a los dos encontrar en cache más grande encontrado hasta ahora, una caja verde militar grande con cierre hermético y con un montón de cosas dentro, una baraja de cartas, un montón de muñecos, un parque, una navaja multiusos... hoja de registro, bolígrafo, de todo. Marcos se fijó en la navaja y decía que se la quería llevar, le expliqué que no la necesitaba, que era peligrosa, que eso valía un montón y no habíamos traído nada para intercambiar y que no le dejaba llevar navaja. Tenía muchísima ilusión en quedarse la navaja, me argumentó que la iba a utilizar solo cuando saliéramos al campo para hacer los bocadillos, que era lo mejor que había, que en un bolsillo oculto del forro polar traía 5 muñecos y que estaba dispuesto a dejar los 5 muñecos a cambio de un solo regalo y que si no le dejaba llevársela iba a pedir una igual a los Reyes Magos.

Dejamos todo otra vez en su sitio oculto para el siguiente buscador y nos fuimos corriendo todo lo deprisa que podíamos saltando por las piedras a la caza de Belén y Paula. Pero resulta que como no había camino se habían quedado paradas esperándonos por miedo a perderse o andar y tener que retroceder.

Tuvimos una etapa de un par de kilómetros complicados, volvimos a tener que escalar paredes de piedras y bajar por sitios complicados íbamos bajando lentamente en altitud pero siempre por la cuerda de la Sierra, por lo más alto por el sitio más bonito de toda la ruta pero también por el más lento, peligroso y con prisas.

Cuando pudimos y mirando el GPS para ver donde encontrábamos un camino giramos de una forma un poco brusca hasta llegar a un camino. Desde este camino salía una baja cómoda por ser un sendero sin matorrales pero dura por la inclinación grande que teníamos que soportar, estábamos bajando los 700 metros que tiene la ruta de desnivel en unos pocos kilómetros.

Según nos acercábamos a Riópar se nos hacía más de noche, calculé que llegaríamos sobre las 18:30 y eso significaba que sería de noche. Pero al ir por camino tampoco me preocupaba tanto como si fuera en lo alto del Gallinero y por campo a través.

De todas formas todos eran conscientes de que teníamos prisa y aunque ofrecía agua o descansar nadie quería. Paula se puso sus cascos de música e iba tan contenta como si empezáramos la ruta, Marcos muy animado como todo el día y Belén sin quejarse para nada del dolor de tobillo y rodilla.

Fuimos tan rápido que cuando llegamos a Riópar todavía nos llegaba algún rayo rojo de Sol entre las montañas. Habíamos bajado super rápido pero aun eso me dijeron que para el próximo día o senderismo o geochaching pero que las dos cosas se pierde más tiempo, o en caso de hacer las dos cosas rutas más cortas, al menos hasta la primavera o verano que viene.

Nos sobró algo de agua porqué al final reservamos para una emergencia, pan y latas por llevar de más, y alguna pieza de fruta pero según llegábamos les prometí a los niños que les invitaría a un refresco, batido o zumo por el gran esfuerzo que habían hecho. Si para Belén y para mi había sido una ruta dura para ellos lo sería más aún. La ruta de senderismo más ruta completada hasta ahora.

Lo que si intentaremos a partir de ahora es en la medida de lo posible hacer más geocaching aunque tengamos que recortar algunos kilómetros el recorrido.

Incluso cuando haga alguna ruta en bicicleta también procuraré pasar y parar un rato en algún geocaching. No solo es cuestión de hacer deporte, también es de pasármelo bien haciendo algo distinto que me atrae.

Otro reto conseguido y seguimos con el objetivo de conocer sitios bonitos en familia, hacer deporte juntos y utilizar esto para explicar a Marcos su lección de esta semana de Ciencias Naturales o Conocimiento del Medio sobre las colinas, valles, curso alto del río, ladera, etc... conceptos que ahora ha visto en vivo y no solo en las fotos del libro.

No hay comentarios: