viernes, 15 de junio de 2012

"Nocturna" a Manzanares.

Hace ya mucho tiempo estuve buscando alguna ruta para ir a Manzanares pero no encontré ninguna en wikiloc que es en donde subo los track que hago con el gps.

Siendo una ruta clásica para los ciclistas de carretera parece que los de montaña, en este caso caminos porque la ruta es totalmente llana y lo que son montañas se suben pocas (ninguna), no nos acercamos mucho por allí.

Me dibujé dos rutas hace un tiempo para cuando tuviera tiempo y dejara de intentar meter metros a las rutas por El Soplao hacer esta sin pendiente y hoy me decidí a hacer una de ellas.

Las dos tienen los mismos kilómetros aunque con recorridos muy distintos. Esta primera ruta que quería hacer pasaba por sitios nuevos para mi.

Nunca había estado en Llanos del Caudillo, nunca había estado en bici en Manzanares y nunca había estado en Herrera de la Mancha.

La tarde empezó como siempre que salgo solo con prisas y con olvidos, quería empezar a las 16:00h. y hasta las 17:00h. no salía con la bici, nada más salir quise hacerme la primera foto y tenía la cámara sin tarjeta de memoria por dejármela en el ordenador la vez anterior y menos mal que siempre llevo una de reserva en la bici, miré la temperatura y marcaba el cuenta 39ºC que pronto subieron hasta los 40ºC y al echar el primer trago de agua me di cuenta que me había dejado el bidón en casa, menos mal que por lo menos llevaba la mochila con litro y medio de agua, a todas luces insuficiente para 120 kilómetros a 40 grados en mitad de los caminos.

El nombre de Llanos del Caudillo hace referencia a Francisco Franco y es que es un pueblo de colonos relativamente reciente creado para el cultivo de regadío en esta zona de la Mancha, especialmente melón, pimientos y algunos cereales.

Cuando dibujé la ruta la hice que pasara aposta por las tres zonas de regadío creadas a mediados del siglo pasado. Llanos del Caudillo, Cinco Casas y Herrera de la Mancha, este último punto no se convirtió en población pero si en una prisión ubicada en este tiempo en dos sitios distintos.

En Llanos nunca había estado, y antes de llegar ya llevaba sed, todavía me quedaba agua en la mochila y además fresca con los hielos que había echado en casa antes de salir pero no mucha y ya iba pensando en como solucionarlo.

La primera opción era llegar a Manzanares y reponer agua comprando alguna botella pero la más divertida era que iba pensando en encontrar algún huerto de sandías o melones y sacar la navajilla de la bici y comerme una pieza de fruta entera.

Las sandías estaban todas cogidas y las plantas de melón estaban muy pequeñas aún, fui mirando todo el camino con la ilusión de comerme una sandía entera como había leído que hacía Diego Ballesteros en su libro de 12.000 kilómetros de Zaragoza a China cuando atravesaba el centro de Europa y Asia y nada.

Antes de llegar a Llanos me encontré con un asentamiento de marroquies que llegaban subidos de cualquier manera en coches viejos desde todos los caminos de alrededor hasta las tiendas de campaña montadas a la sombra de una casa de labor vieja. Y justo a unos pocos metros antes de llegar al pueblo vi el único huerto de sandías, pero estaba ya recogido y las 4 únicas sandías que quedaban no servían de para la rebusca de la rebusca, poco más grandes que una pelota de tenis y con más arrugas que mi abuela de 86 años.

Cuando crucé Llanos me recordó a Cinco Casas, se nota que son dos pueblos iguales, artificiales con 4 calles paralelas y perpendiculares con casas similares.

Lo que no sabía era cuanto me faltaba para llegar a Manzanares, un pueblo que yo consideraba grande, con hospital, teatro, en mitad de la carretera Andalucía, con un parador nacional con 20.000 habitantes, un pueblo grande.

Me defraudo y mucho. Por Manzanares he pasado muchas veces para ir a La Solana, o desde la A4 pero nunca había pasado a su interior y me pareció un pueblo con más calles.

Me pareció que tenía pocos edificios altos, las calles estrechas,... lo que podría ser un pueblo como Herencia, Criptana o Villafranca pero con más habitantes, le faltaba estructura de ciudad, cuando paseas por Alcázar ves algo distinto, Alcázar es una ciudad pequeña Manzanares un pueblo grande.

Me defraudó tanto como para no encontrar ningún quiosco de helados, ningún sitio donde comprar agua que no fuera parar en la terraza de un bar de la plaza por la que crucé, me fui de allí sin parar, sin comprar nada por no dar la vuelta por que en la salida dirección Alcázar no encontré ni un quiosco de de chucherías para los niños.

Al poco de salir de Manzanares me quedé sin el poco agua que iba reservando pero pensaba que Herrera de la Mancha además de ser una cárcel también era un pueblo como Llanos o Cinco Casas. Me confundí y además aquí dibujé el camino por medio del campo pensando que el plano no tenía que estar bien y que existía un camino no dibujado, pero la verdad es que entre la vía del tren y la autovía que va desde Manzanares a Villarrobledo paralela a la vía no hay ningún camino, iba por encima de las piedras sobre las que se asientan las vías del tren y entre los pinchos y cardos que crecían. Fueron unos dos kilómetros muy complicados en los que los últimos metros los tuve que hacer andando por encima de las piedra. Cuando pude crucé la vía y volví a un camino.

La cárcel de Herrera de la Mancha está formada por varios edificios y también por una zona dentro del "complejo" arbolada, es un recinto grande, o por lo menos a mi me lo parece.

Seguí dirección norte pensando otra vez en encontrar un huerto de melones cuando me llamó David y le conté la situación, le anticipé que iba a llegar de noche, tal y como iba y lo que me faltaba iba a llegar de noche, se ofreció a venir a buscarme a traerme agua o a llevarme la bicicleta a casa pero todavía no he hecho eso nunca, estaba dispuesto a llegar a cualquier hora pero pedaleando hasta el final.

Al poco de pasar Herrera de la Mancha pasé por otra zona de edificios abandonados, la primera sensación que tuve es de que eran barracones de algo, me dió por pensar en un campo de concentración de película de nazis pero como no tenía sentido pensé en alguna cooperativa, luego en algún otro pueblo abandonado, y luego recordé que había leído algo de que entre Alcázar y Manzanares además de Cinco Casas y Marañón había otra estación que nunca había encontrado y quizá fuera esta.

Cuando llegué a casa me enteré que había estado en la original cárcel de Herrera de la Mancha, que la actual que ya tiene un montón de años es la nueva y que había estado en la vieja y abandonada Herrera de la Mancha, esta cárcel tenía parada de tren y una estación, si lo hubiera sabido quizá hubiera investigado más por allí pero para ir solo, las horas que eran y que iba a oscurecer en poco tiempo casi mejor irse como hice.

Unos días después de escribir este entrada me informó David por medio de un conocido suyo que hay dos Herrera de la Mancha, dos cárceles que han existido al mismo tiempo, una cerrada que es la que existe en la actualidad y otra abierta que es la que yo encontré y ahora está abandonada.

Esta cárcel abierta y ahora abandonada era una prisión modelo en España a la que llevaban a presos sin riesgos de fuga, eran presos con una especie de lo que creo que se llama libertad condicional o algo similar. Son presos que están en la cárcel por no poder salir de una zona pero no tenían unas vallas físicas o rejas, trabajaban en el campo y entraban y salían cuando los guardias les decían. Tenían sus salidas y llegaban hasta aquí en tren a la estación que tenía.

Personalmente creo que es complicado llegar a esto con todos los presos pero si es muy positivo para algunos de ellos en los que se puede confiar y depositar cierta responsabilidad, esto es lo que realmente sería reinserción.

Al llegar a Cinco Casas todavía había luz, estaba cansado pero sabía donde estaba la fuente para llenar la mochila y un parque para sentarme unos minutos.

A la fuente la habían quitado el grifo pero al lado había un quiosco me compré un helado y una botella grande de agua, para rellenar la mochila con la mitad de la botella y beberme la otra mitad.

Llamé a casa para avisar de que iba a llegar algo más tarde y rechacé la ayuda del rescate.

Desde Manzanares hasta Alcázar de San Juan solo tenía que seguir la vía del tren, ir paralelo a la vía que dio origen a muchos de estos pueblos de colonos.

Al poco de salir de Cinco Casas ya podía encender las luces pero intenté reservar lo más posible por si se me agotaban las pilas, pero en breve tuve que encender el foco del casco. Y es que antes de salir de casa y viendo que salía más tarde de lo pensado y que los 120 kilómetros más el tiempo de descanso me iban a pasar factura me metí en el bolsillo del maillot un pequeño foco que me salvó la ruta. Si no hubiera sido por el foco en Herrera no hubiera rechazado la ayuda de David pero contando con el foco, quería llegar por mis medios solo.

En unos pocos minutos la noche se quedó oscura, pero oscura de verdad, con luna nueva, con una oscuridad tan absoluta y con la ayuda del pequeño foco del casco no me atrevía a correr mucho, los baches, las piedras del camino, las zarzas, las ramas, todo lo veía cuando ya lo tenía encima.

También vi varios coches en mitad de la noche y en mitad de los caminos que no me parecieron normales, quizá ellos pensaron lo mismo de un ciclista a las 23:00h. en mitad de un camino pero hubo uno que incluso apagó las luces para que no lo viera, sospechoso de verdad.

Después la ruta tampoco fue tan mala como me pareció en un principio, 6:48 horas para 115 kilómetros con más de una hora parado, pasando por muchos sitios nuevos, haciendo parte de la ruta a 40 grados sin comida y con poca agua y parte de la ruta de noche con un foco pequeño... la próxima mejor planteada.

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