domingo, 6 de mayo de 2012

La Pedriza y dos veces.

Hoy hemos hecho el penúltimo entrenamiento antes del Soplao 2012 y el último juntos, el fin de semana saldremos por separado por no coincidir en fechas y horas.

Como estoy haciendo últimamente he querido experimentar con más cosas para el día de la prueba, por empezar por el final a la vuelta para Alcázar hemos parado en un Decathlon y me he comprado un guardabarros de plástico como el que tiene David en su bici para días de lluvia y mucho barro, este guardabarros no pesa nada y aunque que no le hace nada bonito a la bici si el 19 de mayo llueve durante el recorrido, cosa muy probable,  lo voy a agradecer y mucho cuando lo ponga sujeto con 4 bridas al cuadro, también lo agradecerá la mochila, espalda, culo, sillín, riñones, todo mucho más seco que sin este plástico que colocaré con dos bridas solo para este día.

El día empezó madrugando mucho como siempre últimamente, la ruta de "las zetas de la pedriza" está a más de 200 kilómetros de casa y para hacer dos vueltas como queríamos teníamos que llegar pronto, además luego teníamos otros 200 kilómetros de regreso. Por muy pronto que quedamos hasta pasadas las 9:00h. no habíamos bajado las bicis y terminado de prepararnos para comenzar.

Cuando bajamos las bicis me di cuenta que, aun marcando el termómetro 8 grados de temperatura, en un grupo cercano a donde nosotros estábamos en el que se estaban preparando 6 o 7 ciclistas iba uno con ropa corta y fue entonces cuando me acordé de unos comentarios que vi con lógica de si el frío no es extremo y para por ejemplo esta ruta se podría utilizar otra estrategia con el vestuario.

La ruta realizada en sentido anti horario desde la barrera de acceso al parque natural de La Pedriza empieza subiendo una rampa asfaltada de un par de kilómetros, luego antes de las zetas viene su bajada correspondiente y otros dos kilómetros con uno de subida y uno de bajada, aquí empiezan las zetas que tendrán unos 8 kilómetros de subida constante, se descansa unos metros en el llamado comedero de los buitres y otros 8 kilómetros de subida hasta la Nava Grande, pasando durante este recorrido de los 950 metros a los 1950 metros en 20 kilómetros. Dando un resultado final para estos 20 kilómetros de 1.200 metros para arriba y 200 para abajo.

Pensando en este duro comienzo de etapa pensé que en vez de llevar mucha ropa para protegerme del frío lo que tenía que hacer es quitarme ropa para no sudar y llegar arriba lo más seco posible, además se me había olvidado el bidón de agua en casa y dejé aposta la bolsa de agua de la Camelback en el coche pensando que con el tiempo que hacía no iba a pasar mucha sed, y en un caso muy complicado tenía desde geles, papilla de plátano, ríos en los que beber, la botella de David y charcos en un momento de desesperación.

David me pedía que dejara de hacer experimentos y saliera como siempre, él tenía frío y le estaba dando más frío verme desnudarme para quitarme ropa, me quité las dos camisetas térmicas que llevaba y me quité los leggins que llevaba debajo de los pantalones, me quedé con estrictamente el traje de ciclista, unos simples pantalones y un simple maillot, con ningún complemento, unos calcetines, unos guantes de invierno y unas zapatillas de verano, pañuelo en el cuello y casco.

No llevaba ni 20 metros recorridos cuando ya tenía calor, pero era una sensación agradable, era ir caliente el cuerpo por el movimiento y ejercicio de la bici pero sin sudar ni una gota, era calor pero seco. Respecto a la temperatura iba muy cómodo, según avanzábamos en la subida me estaba dando cuenta de que era un acierto y le recomendaba a David que hiciera lo mismo aunque no se animó.

David no conocía la zona y aunque la mañana era fría y no se veían las cimas de las montañas por la niebla primero y las nubes después el paisaje nos pareció precioso, hasta el comedero de los buitres habíamos ascendido unos 850 metros y no habíamos parado para nada, ni para comer, ni para beber, ni para estirar y la parada que hicimos aquí fue corta, una foto una barrita y vuelta a seguir subiendo otros 400 metros hasta llegar a la cumbre de La Nava Grande.

La vez anterior que yo había estado aquí con la bici fue con Belén y había mucha nieve, subimos un buen trozo de este último tramo y pensé que estaríamos cerca de hacer cumbre pero el cansancio y la nieve nos lo impidió, hoy me di cuenta que todavía quedaba bastante y es que se hace pesada una subida tan larga.

Cuando llegamos arriba había otros 3 ciclistas, nos habíamos cruzado y adelantado a algún otro, y después de hablar y de que se fueran llegó otro, creo que debe ser una de las rutas más repetidas de la sierra madrileña, el paisaje lo merece. Estando allí comentamos que era nuestra primera vuelta y nos preguntaron que si nos estábamos preparando para El Soplao, ellos habían participado ya en dos ediciones anteriormente y nos confirmaron que por el tipo de ruta es un muy buen entrenamiento para lo que nos encontraremos allí por la pendiente de las pistas, la anchura, las distancias subidas y bajadas, etc.

No nos pudimos hacer muchas fotos por el mal tiempo y nos dispusimos a bajar. Al llegar arriba yo me había puesto una chaquetilla muy fina que llevaba en un bolsillo de la mochila pero iba tan seco que al ponérmela me cortó el aire lo justo para entrar en calor después del parón y estar muy cómodo, apenas tenía ropa encima, estaba seco y con sensación de calor, increíble. Durante la bajada vi dos problemas, una que los pies se me quedaban helados y otra que los guantes eran de invierno, los guantes los llevaba mojados del sudor de las manos durante la subida y ahora al bajar los dedos se me estaban quedando muy fríos, no llegaba a sentir congelación como en Navacerrada hacia mes y medio pero casi, habíamos pasado de los 8 grados abajo en el coche a solo 3 grados y nieve por los lados del camino arriba en la cumbre.

Cuando llegamos a la zona conocida por Collado de los Pastores le quise enseñar a David que desde aquí se veía el pico de La Bola del Mundo pero estaba detrás de las nubes y no se veía nada por lo que nos lanzamos por la pista para seguir bajando hasta el coche. Cuando llegamos al coche miramos el reloj y habíamos tardado 4 horas y media en dar la vuelta pero habíamos estado una hora parados, parece que no pasa el tiempo pero te comes una barrita, te pones o quitas la chaqueta y haces 4 fotos y pasa una hora.

Una de las cosas que no hicimos bien fue que dejé de estirar en esta ruta y al llegar al coche me dolía la rodilla, ya no se si por los no estiramientos, por no desayunar un montón de galletas de avena con leche, por la dichosa subida de 20 kilómetros o por otra cosa me dolía la rodilla.

En el coche paramos poco tiempo, cogí los cubrebotas pensando en la siguiente bajada, bebí agua que no había bebido en toda la ruta y aunque no tenía sed quería hidratarme un poco, cogí más comida para reponer la gastada y avanzamos hasta el restaurante de Canto Cochino para comernos allí un bocata y reponer fuerzas.

En Canto Cochino se nos fueron otros 40 minutos en un bocata de tortilla y una coca-cola que nos cobraron como si estuviera hecha con los huevos de la última gallina de España y después de tomarme un ibuprofeno que me dio David empezamos el segundo ascenso de las zetas y luego de la Nava.

Esta segunda vuelta ya iba más cansado, la primera fueron 1.400 metros y 50 kilómetros y nos quedaba lo mismo para completar la segunda, si la primera vuelta subía entre 10 y 11 km/hora ahora lo hacía entre 9 y 10 km/hora. o algún tramo más despacio hasta que volvía a reaccionar y volvía a apretar. Aunque sin embargo tardamos lo mismo y se me hizo más corta en el mismo recorrido para dar la vuelta y eso que tuvimos la parada larga de la comida, debimos recortar tiempo en las bajadas o en paradas más cortas.

Al poco de la segunda subida iba con la cabeza baja, mirando al suelo, por el centro de la pista, pensando en lo que me esperaba en 15 días cuando me pasó por la derecha un ciclista que bajaba a toda velocidad, me di un susto que casi me caigo de la bici e intenté girar a la izquierda pero al ir a hacerlo me pasó otro por el lado izquierdo que me hizo volver a levantar la cabeza esperando al que bajara el siguiente por el centro contra mi, no hubo más ciclistas, les escuché gritar desde la distancia quejándose de que iba por el medio, seguro que algún "improperio" pero no había pensado en lo peligroso de ir subiendo a 10 km/hora en bici mientras otro va bajando a 50 o 60 km/hora por la misma pista en sentido contrario. En el Soplao hay una tramo que es así, mientras los primeros irán bajando haciendo sus 20 o 30 últimos kilómetros a mi me quedarán... no he querido ni calcularlo para no asustarme. Espero que la organización, que he leído que es perfecta, tenga esto controlado para evitar accidentes con despistados como yo.

En el comedero de los buitres volvimos a parar un rato para hacer unas fotos porque ahora si se veía bien, las nubes se habían ido y tenía una bonita panorámica de Madrid y de toda La Pedriza, pero teníamos que seguir para completar nuestro reto. Al llegar arriba David me había sacado por lo menos 500 metros y eso que se paró a hacerse una foto y nada más llegar me contó que había visto un montón de cabras montesas pero que al ir tras ellas para hacerlas unas fotos se metieron por piedras y matorrales y desaparecieron, pero que al volver a donde había dejado la bici había otro grupo junto a la bicicleta y que al volver a sacar la cámara se volvieron a ir.

Pero eso no era nada porque estando allí arriba escuchamos ruidos que parecían disparos y resulta que eran los cuernos de las cabras chocando entre ellas, un espectáculo digno de documental de animales. Me volví a abrigar después de la subida y parada y nada más arrancar otro grupo de cabras en nuestro camino, que entre que enciendes la cámara apuntas y disparas y lo lejos que se ven con la gopro parce que estaban a 100 metros pero estaban a unos 20 metros cuando se empezaron a ir, luego seguimos bajando y nos volvimos a encontrar con otro grupo en medio del camino que si no se apartan las atropello o me cabecean ellas a mi, creo que este grupo era el mismo que el anterior que en vez de bajar por el camino lo hicieron saltando por las piedras bajando casi en vertical, y para retirarse de mi camino saltaron por encima de una valla de alambres y se posaron sobre una piedra de granito que había al otro lado quedándose parada y frenada como si la piedra fuera de hierro y ella llevara unos imanes en la patas.

Con escasas fotografías de este espectáculo y ninguna de ellas buena seguimos bajando para después de las cuatro subidas y bajadas llegamos de nuevo al Collado de los Pastores, aquí coincidimos con otro ciclista que nos contó que también se estaba preparando la misma prueba, venía del centro de Madrid en bici para dar una vuelta y volver a su casa, una ruta de 170 km, y es que por estas fechas estamos ya todos un poco locos o como dicen por aquí un poco Soplaos.

Este chaval tenía pinta de ser bueno, llevando una camiseta normal, nada de ciclismo, sin bolsillos, normal, no daba la impresión de dominguero, iba de manga corta y con abrigo en una pequeña mochila, se sacó una ampolla de "glucosa" parecía algo farmacéutico y mientras descansaba nosotros nos fuimos. Durante todo el día no nos adelantó nadie, o bien nosotros adelantábamos a la gente o si tenían pintas de ser más fuertes iban en sentido contrario por lo que no pudimos compararnos con nadie fuerte.

Llevábamos algo más de ocho horas desde que empezamos en la entrada al parque natural y todavía nos quedaban unos 20 kilómetros de bajada, estábamos cansados después del último apretón para subir aquí y empezamos a verlo un poco complicado terminar la prueba en dos semanas, el día había cambiado habíamos llegado a estar a 22 grados, el Sol había roto las nubes y teníamos ante nosotros un paisaje espectacular, se veía perfectamente la Bola del Mundo cubierta de nieve y en la dirección al coche se veía Manzanares del Real, su castillo, su pantano y todo Madrid con sus altas torres de la ciudad deportiva. Le dije a David, en realidad no vamos tan mal, estamos mirando los datos después de una subida y no después de un ciclo como debemos hacer, tenemos que bajar deprisa y si en menos de una hora estamos en el coche es que hemos cumplido con nuestros objetivos.

Para David esta estaba siendo la ruta más bonita de las tres que hemos hecho por la Sierra de Guadarrama en cuanto al paisaje visto y dice que quizá también de todas las hechas hasta ahora contando con las últimas en Alcaraz y Despeñaperros.

Nos lanzamos a todo lo que podíamos, en mi caso muy conservador ya que la velocidad máxima del día se quedo en unos justos 50 km/hora pero en el caso de David por culpa de que se le caía el mp3 y tuvo que parar varias veces bajó más despacio aún, sacandole yo un buen trozo de distancia. Y a las 9 horas y cuarto de haber salido por primera vez del coche llegábamos por segunda vez al mismo. Habíamos completado dos vueltas de 98 kilómetros y 2.780 metros estando  casi 3 horas parado, con una velocidad media en movimiento de 16 km/hora y 11 km/hora durante todo el recorrido. Ya lo vimos de otra forma y dentro de nuestras posibilidades no estaba tan mal.

Para completar El Soplao tendríamos que dar una tercera vuelta para hacer los otros 50 kilómetros y otros 1.500 metros de altura y para eso dispondríamos de más de 6 horas, que aunque en este punto hubieramos empleado una hora en descansar, estirar y comer bien comidos creo que nos daría tiempo a terminarla, cansados pero terminarla. No era cuestión de hacerla ahora y terminar de noche con luces y recogimos para volver a casa.

De esta ruta hemos tomado buenos apuntes como por ejemplo la ropa que vamos a llevar a Cabezón de la Sal, llueva o no llueva la ropa será la misma, iré de corto con manguitos y perneras, llevaré un par de guantes de verano para subir y otros de invierno para bajar, llevaré algo de comida pero no mucha pensando en los avituallamientos, llevaré agua pero si no hace mucho calor, cosa que es posible que no ocurra no llevaré 3 kilos de agua en la espalda, procuraré llevar música, ya tengo pensadas las cubiertas que voy a poner en cada rueda que serán nuevas, ya tengo decidido que no cambiaré la cadena antes de ir, todavía no tengo claro si cambiaré las pastillas y purgaré los frenos, hemos cogido datos sobre el ritmo a mantener y datos sobre el tiempo a parar, hemos valorado el tiempo perdido en comida, estiramientos, fotos y otros descansos y pensado en donde podemos recortar y en donde no.

El próximo fin de semana último test / entrenamiento de resistencia y fuerza mental sobre la bicicleta, me estoy planteando hacer alguna locura yo solo y batir mi record de distancia en bicicleta de montaña, cosa que ya empieza a ser complicado, aun sabiendo que hacer esto no es aconsejado por muchos y si por solo algunos pocos.

2 comentarios:

El Silent dijo...

Parece que fue ayer cuando empezasteis a prepararos, y esta ya aquí, esta semana igual no os conviene hacer una ruta muy larga,no? alguna de fuerza haría yo pero no rodadora, que igual en el soplao se acuerdan los músculos de los últimos 100 km de antes del soplao, pero bueno, es mi opinión, de parte de mi grupo os deseamos toda la suerte, y seguro que lo termináis, un saludo!

50KM dijo...

Lo bueno del camino ha sido disfrutar del trayecto, suerte amigos.