domingo, 27 de noviembre de 2011

MTB en Sierra de Guadarrama. El Escorial y el Valle de los Caídos.

El domingo, después de dudar si volver a la sierra de Alcaraz o ir a cualquier otro sitio, decidimos de una forma casi casual ir a Madrid, a la Sierra de Guadarrama para hacer una ruta de muchos metros de ascenso.

La ruta de Alcaraz propuesta era de 110 kilómetros y con nuestro nivel, especialmente el mio, y lo pronto que oscurece ahora se nos iba a hacer un poco tarde para ir y volver de Alcaraz a Riopar.

Entonces en un ataque de locura propuse que una vez en el coche da igual empezar a 130 km de casa que a 200 km si la ruta realmente merece la pena.

Vimos en internet una ruta que precisamente la habían subido el día anterior de 50 kilómetros y 1600 metros de desnivel, un rutón para escaladores.

Tenía desde hace tiempo ganas de hacer dos rutas por la sierra de Madrid una era esta por la Sierra de Guadarrama visitando San Lorenzo del Escorial y el Valle de los Caídos, y la otra queda pendiente para la próxima vez que nos de por hacer una locura de estas.

Llegamos a las 9:15 a San Lorenzo y después de descargar las bicis y prepararnos para comenzar salimos dirección subida, siempre subida, por un sendero hasta llegar a una carreterilla que bordeaba un valle. En un cruce por el que pasamos por una valla para el ganado un señor nos dijo que eso no llevaba a ningún sitio y que debíamos seguir por la carretera, pero como el track de la ruta indicaba claramente que siguiéramos atravesando por el campo nos fiamos del GPS. Aquí empezó el calvario de la ruta.

Estuvimos durante 100 metros andando entre pinos empujando la bici buscando algún camino o sendero por donde indicaba el GPS hasta que pasados estos 100 metros los claros fueron desapareciendo, nos habíamos metido en mitad de la maleza, entre los matorrales y las piedras de la zona, con las bicis en los hombros, por encima de las cabezas, hubo un momento en el que no podíamos ni andar, podríamos tirar las bicicletas, y ni con esas, tampoco podíamos avanzar solos, teníamos que ir andando por encima de los arbustos, necesitábamos el típico machete de las películas de exploradores para continuar, mirando los mapas del GPS parecía indicar que a unos 50 metros había un camino, pero esos 50 metros parecían imposible de recorrerlos. Al final sopesando las opciones de aguantarse y sufrir o llamar a los bomberos para que nos rescataran levantamos las bicis por encima de las cabezas, y andando como podíamos llegamos a un sendero de una anchura de un palmo y con las típicas piedras de granito de la zona que nos pareció una autopista.

Seguimos subiendo y subiendo rodeando y serpenteando por varias montañas hasta que tuvimos que saltar un muro de piedra, era el muro que rodea todo el perímetro de la zona de la Cruz del Valle de los Caídos, también llamada la zona Cuelgamuros. Seguimos subiendo sin la seguridad de si llegaríamos a ver el templo desde una distancia prudente hasta que cuando pensábamos que ya lo habíamos pasado nos encontramos con la cruz y el resto de edificios.

Es impresionante verlo en la realidad, la cruz es mucho más grande de lo que parece desde lejos. Los edificios de abajo tienen tres plantas altas, y parecen diminutos con la altura de la cruz que tiene 108 metros. El edificio genera controversia por su construcción y utilización como mausoleo personal de Francisco Franco y su construcción principalmente por presos políticos pero como monumento merece la pena, verlo, visitarlo y conocerlo.

Hay documentos donde se indican que murieron 27.000 presos y otros 14 por accidentes laborales, hay quien argumenta que eran los más castigados quien iban aquí, otros que incluso siendo presos tenían un sueldo tenían rebajas en la pena siendo la mayoría civiles especializados y no presos ya que estos eran utilizados solo como peones para la construcción, la verdad la sabrá cada uno de los que estuvieron allí en los años 50-60 y no los que lo quiere utilizar para recordar las barbaries de un bando o del otro, o el horror de una guerra civil y otros que lo quieren utilizar como la basílica religiosa que es y honrar los fallecidos durante la contienda fueran del bando que fueran. En cualquier caso es un edificio tan polémico y discutido como bonito y admirable por su grandeza.

Como Patrimonio Nacional es el museo más rentable económicamente y mi consejo es visitarlo, puedes no creer en la iglesia católica y admirar la preciosa Catedral de Toledo, no ir a misa los domingos y disfrutar de un Camino de Santiago, o aborrecer ciertas practicas de la cultura musulmana y no hace falta ir destruyendo mezquitas, por esto creo que es un monumento admirable sin tener que hablar de política, la abadía está abierta y con la escusa de asistir a una misa puedes llevarte la visita a uno de los "edificios" más espectaculares de Madrid.

Después de estas fotos de la Cruz por fin empezamos a descender, una pista rápida asfaltada y muy recta en la que dejé de mirar el velocímetro cuando pasé de los 60 para centrarme en la carretera, al llegar a una curva dude ya que me había parecido ver a David recto pero como no había camino giré despacio hasta que oí a David llamarme desde el suelo, la curva la había tomado recta y voló a 74 kilómetros hora por encima de plantas, piedras y arena. No se todavía como a 69 que llegué a bajar yo o los 74 km/hora de David y con el guantazo que se tuvo que dar no le pasara nada, ni un triste arañazo, ni una torcedura, ni que se doblara el manillar, frenos, horquilla, o cambio, cualquier elemento de la bici, nada de nada, se levantó hicimos unas fotos de la curva para el recuerdo y seguimos bajando.... algo más despacio pero siempre por encima de lo que marcaban las señales de tráfico y de lo que pudieran hacerlo los coches.

Llegamos al embalse de la Jarosa y desde aquí empezamos otro largo ascenso de 10 kilómetros, desde que me marcaba el cuenta kilómetros, 20 a los 30 no hicimos otra cosa nada más que ascender, subir rampas algunas con una pendiente considerable.

Nos cruzamos con muchos coches, todoterrenos, con parejas o familias principalmente haciendo senderismo, buscando setas, o sentados en las pocas terrazas que había en la ladera mirando al horizonte y tomándose un café en su termo. Había mucha gente que no sabía como había llegado hasta allí, andando era una paliza y coches no había tantos. Nos cruzamos también con rebaños de vacas y de caballos sueltos en unos paisajes muy bonitos.

En la mayoría de las fotos o bien sale David parado o yo montando y es que ahora sale él más que yo y se nota que ha pasado de estar un poco más fuerte que yo a estar bastante más fuerte que yo. Ya ha quedado lejos cuando por sus molestias o lesiones le tenía que esperar yo en las subidas, ahora o empiezo a entrenar más o esperaré a que se haga daño de verdad en una de sus caídas.

Llevaba tres semanas sin montar, en todo el mes he hecho la salida el día 6 a Alcaraz y hoy día 27 a Guadarrama, además de un paseo a Criptana para lavar la bici en un día de tanto aire que casi ni llego. En kilómetros recorridos no llego ni a los 100 pero también es cierto que en metros ascendidos con poco más hubiera batido el record del año. Hoy hicimos el record en un solo día pasando el record anterior en Alcaraz de 1.000 metros a hoy 1.600 metros.

Respecto a los calambres, principalmente por falta de entrenamiento, la verdad es que he mejorado, creo que me viene bien comer en cada parada que hacemos, cuando no es una barrita son unos frutos secos, unos dátiles con almendras, una papilla de fruta o un plátano, o la propia bebida con polvos isotónicos, pero además a mitad de la subida de 10 kilómetros me tuve que bajar de la bici por los calambres en los gemelos y me tomé un gel que me compré especial para esto. Creo que funcionó, tras parar 3 minutos para tomar el gel y beber agua seguimos subiendo hasta coronar la montaña sin que me volvieran a molestar los tirones musculares. Cuando hicimos esta foto estábamos comiendo en un cruce de comunidades pasando de Madrid a Segovia y de Segovia a Ávila para volver a Madrid en menos de 400 metros.

Los últimos 10 kilómetros de la ruta eran bajada, ya era hora que bajáramos, y menos mal que estaba al final porque ya lo empezaba a notar más de la cuenta y si hubiéramos terminado con más subidas no se como habría llegado. Desde arriba me hice unas fotos con el Monasterio de San Lorenzo del Escorial de fondo, esa obra que duró lo suficiente como para convertirse en referencia para todas las obras lentas.

Después de la dura jornada nos quedaba un largo viaje de regreso a casa pero siempre pensando que había merecido la pena el viaje después del "record deportivo" conseguido y de lo bonita e interesante que nos había resultado la ruta.

Un compañero del trabajo me decía que para ver sitios no hace falta ir en bici y que para hacer deporte no hace falta irse lejos, pero combinar las dos cosas, e ir a sitios bonitos con la escusa de la bici y utilizar el deporte como una escusa para aprender y conocer no es nada malo.


En diciembre sospecho que tampoco haré muchas salidas y de seguir así no se en que condiciones de fuerzas llegaré a mayo pero con rutas como la de hoy.... que me quiten lo bailao.

3 comentarios:

50KM dijo...

Me ha gustado esta ruta y esta crónica, lo malo es que cuando descargues algo de wikiloc, y más aún si esta "tierno", debes preguntarle por activa y por pasiva a su autor respecto a todas las vicisitudes del recorrido pues "de éstas" tengo un par de experiencias. Un saludo.

Juan Sin Rumbo dijo...

Bonita zona y preciosos paisajes. Es una zona que merece la pena muchisimo, tiene gran variedad de posibles rutas y cada una con un encanto especial. Te dejo enlace de la que hicimos nosotros.
http://comando-sinrumbo.blogspot.com/2011/09/el-escorial-abantos-11-09-11.html

Unknown dijo...

Alex, precisamente pensé lo contrario, que al estar recién subida el tiempo sería el mismo sin afectarle lluvias, obras, desvíos, o lo que fuera, y que si tuviera algún problema lo hubiera apuntando el que la subió. Me equivoqué.

Jafdc, he visto el blog y leeré la crónica, esta tuya es más cortita pero también intensa.