sábado, 20 de agosto de 2011

Ruta de los místicos 2. Peñaranda, Duruelo, Fontiveros.

Al día siguiente de la salida a Ávila descansé para pasar la mañana en el pueblo pero fue solo un día de descanso, el sábado ya quería volver a hacer otra ruta.

Mirando en los mapas y pensando por que zona ir pensé en Peñaranda de Bracamonte que es un pueblo grande de la zona aunque ya pertenece a la provincia de Salamanca y además estaban de fiestas y también había visto que había señalado un convento en medio del campo y al que no llegaba ninguna carretera, me supuse que era algo antiguo y abandonado, y como la anterior salida había tenido ese pequeño aspecto religioso por los místicos pensé en concluir la ronda con la visita al convento que señalaba el mapa, la vuelta sería parecida al regreso de otros días pero para no repetir caminos pensé en pasar a Rivilla y bordear Fontiveros que ya había ido el día anterior y otros varios días.

Empecé la jornada cuando todavía era de noche pero como cuando fui a Ávila me preparé de un buen foco, de los que sirven para iluminar no solo para ser visto, en menos de 1/2 ya había recorrido los primeros 10 km y llegado al segundo pueblo y al llegar a la plaza para cruzarle pinchazo en la rueda trasera, me acordé de la madre de todo lo que se menea, más de un año sin pinchar, pincho hacía tres días le pongo unas cámara antipinchazos y vuelvo a pinchar, le quité un abrojo y perdió un poco de aire cuando de repente salió un líquido azul, lo que era el líquido autosellante que tapona el pinchazo, así que probé a no desmontar la rueda, la di un poco de aire y seguí andando. Efectivamente y milagrosamente para mis conocimientos el pinchazo se había arreglado solo, no volvió a perder nada de aire, iba tan contento que estuve atravesando varios caminos cruzando campos por linderos sin asustarme por pinchar. Llevaba la rueda algo más floja de lo que me gusta por que con una bomba de "bolsillo" no soy capaz de darla toda la presión que me gusta llevar pero cuando llegué a Peñaranda lo primero que hice fue preguntar por una gasolinera para dejar la rueda bien dura quizá algo sobrehinchada aunque de más botes pero voy más rápido y menos frenado.

Justo cuando salía de Peñaranda y después de ver a mucha gente tambaleándose por las calles por el fin de la noche "dura" de cachondeo empezaron a caer unas gotas de agua, a ellos les vendría bien para despejarles pero yo me pensé en meterme en una cafetería para resguardarme, pero pensé que mejor jugármela, tampoco iba a ser la primera vez que me lloviera mientras voy en bici.

Desde aquí hasta que volví a Narros del Castillo hice unos 25 kilómetros divertidos por los caminos y sin pasar por ningún pueblo ya que iba rodeando varios sin pasar a ninguno, también tuve con algún repecho con cierta pendiente, circulando entre unas dehesas con vacas, vi a algún cazador e incluso adelanté a otro loco de la bici que iba empujando en una cuesta y cuando le ofrecí ayuda me dijo que solo estaba descansando. También tuve que atravesar algún campo por terminarse los caminos y aunque iba con cierta tranquilidad después de ver la efectividad de las nuevas cámaras tampoco me hacía mucha gracia saltar entre cardos y otros pinchos.

Llegué a un punto en el que había un monasterio o iglesia abandonada, era un complejo grande y pegado había dos o tres casas de trabajo también abandonadas, y pensé que había llegado al convento de Duruelo que anunciaba el mapa, me hice una foto y continué, pero no era así, dos o tres kilómetros más adelante si que llegué al Convento de Duruelo. Me di cuenta cuando me sonó en el ipod la canción de los Guns and Roses de Sympathy for the Devil,  efectivamente si alguien existe me motivo la llegada triunfal, paré a tomarme una barrita de cereales y cuando me iba de lo que suponía un pequeño convento de monjas semiabandonado vi a un monje que venía andando por otro camino nos saludamos y se metió por una puerta, yo monté en mi bici giré por un camino y vi que en donde estaba no era un pequeño convento, era un complejo con tres conventos, con una granja, con animales, ganado, cultivos, una iglesia o capilla, y todo en un sitio apartado, semiescondido o difícil de llegar, a no ser que fuera por caminos.

Al llegar a casa me explicaron que había estado en el primer convento fundado por Sta. Teresa y luego me volvieron a corregir y comprobé en internet que en realidad era un convento de hombres de los Carmelitas Descalzos fundado por San Juan de la Cruz al modo de las Carmelitas Descalzas de Sta. Teresa.

Me hubiera hecho ilusión saberlo en el momento de estar allí para prestar más atención a lo que vi y así cerrar la ruta del día anterior. Incluso hubiera hecho un triangulo entre Ávila, Duruelo y Fontiveros uniendo tres en vez de dos puntos emblemáticos en la vida de estas dos importantes personas de la provincia de Ávila y de muchos creyentes.

Esta ruta fue de 82 km. y terminé descansado después de ir cogiendo fuerzas durante toda la semana pero con un fuerte dolor producido por el sillín de la bici, cosa que tendré que consultar y solucionar urgentemente.

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