miércoles, 17 de agosto de 2011

Paseo de Isabel la Católica.

Al día siguiente de los pinchazos y después de poner las cámaras con líquido autosellante tipo Slime, pero de la marca que tenían en la tienda, salimos Belén y yo juntos a hacer una ruta similar, era el tercer día consecutivo y ella también tenía ganas de usar la bici que para algo la había llevado al pueblo.

Intenté que fuera una ruta llana como la mayoría de la zona y al mismo tiempo que tuviera un aliciente por los sitios por los que pasáramos.

Cuando salimos de Fuente el Sauz dirección a Madrigal de las Altas Torres todavía era de noche y aunque nos hubieran venido bien unos focos solo llevábamos unas pequeñas luces de posición para iluminar en rojo nuestra trasera y un poco de brillo delantero, pero eran solo 10 minutos de oscuridad ya que sobre las 7:10h. ya se podía ver bien todas las piedras del camino.

Atravesamos los dos pueblos intermedios antes de llegar a Madrigal y nos hicimos unas fotos en la casa natal de Isabel la Católica.

Así el objetivo era unir dos pueblos relacionados con la Reina, Madrigal con Arévalo, ciudad en la que nació con una de las ciudades en las que vivió cuando murió su padre y se trasladó a un nuevo palacio. Cosa que no había comentado con Belén para decírselo en algún momento de debilidad y así reforzar sus ganas de conseguirlo en algún momento de cansancio y aguantara todo el recorrido.

El trayecto comenzó bien, tranquilos, a oscuras por el camino hasta llegar a Bercial de Zapardiel e ilusionados por volver a pedalear juntos.

En algo menos de una hora estábamos en Madrigal para comenzar la ruta a Arévalo. Visitamos por fuera el que ahora es monasterio y en el siglo XV era el palacio en el que nació Isabel I.

Antes de llegar a Arévalo, llevaríamos unos 40 kilómetros, tuvimos que hacer una parada larga para comer unas barritas y beber más agua, estirar las piernas y descansar, llevábamos solo una parada para las fotos y estaba algo cansada, entre Dosvidas y Tornadizos de Arévalo tuvimos que subir un repechillo de arena que para ella fue una buena cuesta. Aquí utilicé la historia de que no estábamos montando en bici por cualquier sitio, y que estábamos imitando a la Reina en su desplazamiento por la zona, ella entonces en sus carruajes y nosotros ahora en nuestras bicicletas, y funcionó, quisimos los dos repetir el trayecto que hacía más de 5 siglos había marcado la historia de España. .

A Areválo pasamos por el antiguo puente romano, que además está más cerca del palacio y residencia de Isabel I, y allí nos hicimos las fotos de rigor. Llegar hasta aquí creo que era más que suficiente para una persona que monta en bici una vez cada dos meses pero teníamos que volver, y como no era demasiado tarde decidimos tomarnos un buen desayuno, teníamos tiempo, después del ejercicio nos podíamos permitir un incremento de calorías y además descansábamos.
La vuelta fue lo peor, quedarían unos 20 kilómetros y algunos de ellos por algún camino de esos horribles llenos de huellas de tractores, rectos, sin curvas, muy anchos, sin vegetación, nada divertidos, solo una larga recta de varios kilómetros que terminaron por hacer mella en Belén que llegó a casa justita de fuerzas, durante el camino me iba diciendo que si cuando salíamos la llevaba a rutas de 67 kilómetros dejaría de salir pero al final cuando llegamos a casa llegó orgullosa por contar a los de allí el largo recorrido que había hecho, y si no fuera por el dolor de espalda que la produjo el último camino de Palacios Rubio a Langa por los pequeños baches habría sido una perfecta aun dura ruta para ella.

Para las personas que sufran dolores de espalda no hay nada como una bici de doble suspensión, la metes un poco de peso o si es buena la metes un poco de dinero, pero para la espalda es lo mejor.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Con lo referente a esta entrada ¿Me deberiande cambiar de bici?¡Una de doble suspensión!

Unknown dijo...

Depende de lo que la utilices, para lo que la usas ahora vas con una super bici, muy ligera, buenos componentes, buena horquilla, bonita, rápida, una buena bici, pero para ti si haces una ruta de más de 40 o 50 km empezarás a notar molestias en la espalda. Si te animas y sacas tiempo para montar más cambiaría la bici por una de doble suspensión, quizá una como la mía.