domingo, 28 de agosto de 2011

Otra ruta MTB por las Lagunas de Ruidera con la Canyon

El domingo habiamos quedado David y yo para ir de Peñarroya a Ruidera y una vez en Ruidera dar una vuelta por las lagunas. Entre otras cosas estrenaba sillín nuevo y la verdad es que genial, de terminar últimamente destroza a terminar como nuevo, me dijo el de la tienda que el sillín era invertir en salud y yo le decía que como cambiara de sillín para nada me iba a fastidiar y tuvo razón, un sillín Specialized próstatico y de gel que es una maravilla.

Por las vacaciones hacía ya bastante tiempo que no coincidíamos para montar juntos y este era un buen día para remediarlo solo que la noche anterior el estuvo en la feria de un pueblo y yo en la de otro y habíamos dormido 3 horas el que más.

Cargamos el coche y nos fuimos a Peñarroya con la ilusión de hacer una bonita, larga y dura ruta. El no había montado por allí a excepción de cuando estuvimos con los niños y no es lo mismo, para los niños fue una paliza pero no dejó de ser más que una forma de pasar el día con ellos y enseñarles la bici y las lagunas.

Al salir de Peñarroya yo uniría la ruta que había hecho hacía un par de meses de Alcázar a Peñarroya con esta de Peñarroya a Ruidera quedando de este modo pendiente para otra ocasión hacer todo junto y recorrer los más de 120 km por caminos de Alcázar de San Juan a Ruidera y vuelta a casa.

Los primeros 20 km son para llegar a Ruidera a la altura de El Hundimiento. Por el camino tuvimos una subida pronunciada y una bajada más pronunciada aún que pensé que a la vuelta iba a ser al revés y cada vez que hacía una bajada pensaba en lo dura de la vuelta y en las subidas me motivaba pensando en lo fácil que iba a bajar luego por allí. Cualquier cosa para automotivarse.

Nada más llegar nos tomamos una fruta, aproveché para hacer una llamada y dos fotos y afrontamos la primera subida, más larga y dura que ya había hecho yo el invierno pasado, un día solo que pasé todo el frío que se puede pasar en la bicicleta. Aquel día fue en enero de este mismo año pero parece que haya pasado una eternidad, se me congelaron las manos, había cazadores disparando por todos los lados, las lagunas estaban desbordadas y los caminos cortados por charcos, no se me dio mal del todo pero se me hizo muy largo el camino, en esta ocasión empezamos la subida y antes de darnos cuenta llegamos a la cima, allí pensaba volver a descansar después del esfuerzo pero estaba tan relajado que sin parar nos tiramos cuesta abajo para descansar mientras bajábamos. La verdad es que llevaba tanta tensión por la pendiente y las piedras y por el cuidado de no caerme que me cansé más en la bajada que en la subida, seguimos sin descansar y afrontamos el siguiente tramo que picaba otra vez para arriba.

Llegamos a un cruce de caminos en el que no sabíamos si tirar para abajo y hacer otro descenso o seguir para arriba para enseñarle a David las tinajas partidas que había encontrado en otro paseo esta primavera con Belén. Al llegar a este sitio la bici de David ya había perdido mucho aire. No es que pinchara hoy, es que ya había salido pinchado, debía de ser cosa de poco por que le aguantó mucho hasta que tuvo que parar pero como siempre estamos con el cachondeo y las bromas de que él pincha mucho más que yo nos pasamos unas risas mientras cambiaba la cámara, subiendo fotos y comentarios a facebook riéndonos de la situación y yo simulando que me podía echar una siesta y dormirme mientras él arreglaba uno de los pinchazos que tiene en cada salida.

Seguimos el camino hasta el cruce de las mulas donde pensábamos parar a tomarnos una coca-cola pero al llegar nos dimos cuenta que era tarde, mucho más tarde de lo que pensábamos y eso que solo habíamos hecho la primera parada al llegar a Ruidera y la del pinchazo, sin pensarlo empezamos a apretar y como volver a Ruidera por la carretera es algo cuesta abajo y por asfalto a pesar de llevar ruedas muy gordas de 2.25 nos pusimos entre 30 y 35 km/hora y corríamos para llegar cuanto antes al coche.

Se notó el desgaste de ir a nuestro tope de velocidad y un poco antes de llegar a Ruidera paramos a comprar una bolsa de patatas, una botella de agua y reponer fuerzas para el último tramo y final de la jornada. Eran las 14:00h. cuando terminamos de montar las bicis del coche y arrancar dirección a casa, como mínimo media hora más tarde de lo planeado y eso que no tuvimos la sensación de hacer muchas paradas, ni de ir despacio, ni nada por el estilo.

Al meter la ruta del GPS al ordenador nos dio el sorprendente dato de que habíamos estado parados por un total de una hora y media. No nos lo podíamos creer. Y es que como nos han explicado hay que procurar parar lo imprescindible para comer y los descansos en la bajadas y más si no son demasiado técnicas o peligrosas por que en cuanto se para los 5 minutos de parada pronto se convierten en 20 o más minutos. De todas formas no estuvo mal la ruta de 75 km. con subidas y bajadas divertidas, algún salto, los repechos más pronunciados eran cortos pero luego había largas cuestas con poca pendiente, justo la combinación que mejor llevo.

Ahora dentro de mi nivel estoy en un buen momento de forma y espero mantenerlo y forzarme un poco más de cara a la salida de dos fines de semana. Alcázar de San Juan - Madrid, 160 km de caminos.

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