domingo, 12 de diciembre de 2010

Segunda etapa: "con prisas y más lluviosa".

En teoría para segundo y último día nos quedaba un paseo de 20 kilómetros pero amaneció otra vez lloviendo y después de todo lo que nos había costado secarnos el día anterior, de noche y con frío daba miedo empezar.

Nada más empezar eran 3 kilómetros bajando luego 3 de una dura subida y llegamos al aeropuerto y desde ahí los 15 restantes pensamos en hacerlos por el camino de tierra, salir de todas las carreteras y terminar por donde van los peregrinos andando. En teoría el autobús de regreso para recuperar el coche no salía hasta las 11:00h. y nos debía de dar tiempo de sobra para llegar a Santiago, credenciales, fotos, etc... volver a por el coche y después comer tranquilamente, incluso después de cambiarnos y ducharnos.

Pero todo lo que cambia y gana el camino en bonito, también cambia y gana en dureza, era ir por un bosque lloviendo y las bajantes del agua de la lluvia inundaba todo, con tramos de varios metros por encima de un río formado por la lluvia, las cuestas arriba en la tierra son mucho más duras y lo que debía ser máximo una hora nos iba a costar por lo menos el doble.

Estuvimos un rato parados debajo de un puente esperando a ver si escampaba un poco pero como no cambiaba y el tiempo tampoco paraba tuvimos que seguir lloviera o no. A las 11:00h. en la estación y ya solo nos podíamos permitir la parada en el Monte Do Gozo para las fotos y la última bajada a Santiago.

Sin que nos sobrara nada de tiempo tuvimos que ir directamente a la estación de autobuses y allí se quedaron Belén y Carolina con las 4 bicis mientras nosotros nos volvimos a por el coche en O Pedrouzo, regresábamos para aparcarlo en Santiago y volvíamos a coger la bicis para llegar a la plaza del Obradoiro, entre la lluvia, y la gente tardamos una hora en hacer las fotos, esperando que escampara, así que a las 14:00h. cuando fuimos a por la compostela ya estaban cerrando hasta las 16:00h. menos mal que tuvieron el detalle de guardarnos las bicis mientras nosotros aprovechamos para tomar unos pinchos.

Nos hicimos un montón de fotos y no hicimos más por que era con prisas aprovechando los ratos que paraba de llover. La llegada a la plaza fue especial para nosotros, por la emoción como todo el mundo, pero también por lo pasado para llegar aquí en condiciones normales.

Llevar el trípode además de la cámara fue otro acierto para poder salir los 4 en las fotos.

Luego en Santiago la verdad es que no nos movemos por muchos lados, por la plaza y las dos calles peatonales que van hasta la plaza, las típicas tiendas de turistas, la calle de las tiendas y la calle de los bares, pero estuvimos por la mañana para la llegada, por la noche para dar un paseo e intentar ver la catedral, y como no nos dio tiempo también al día siguiente por la mañana para que David y Carolina pudieran abrazar al apóstol.

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