sábado, 11 de diciembre de 2010

Primera etapa: "dura y lluviosa para empezar".

No soy de hacer fotos a paisajes pero en este viaje era casi obligado, me llevé el trípode pensando en que teníamos que tener fotos de los 4 y que si no me iba a pasar como muchas veces que soy el que menos sale en las fotos.

Al poco tiempo de salir dejó de llover un rato cuando se hizo de día aprovechamos para desayunar en condiciones, llevábamos un muy buen ritmo y empecé a pensar que si eran solo 70 kilómetros y con este tiempo, etc... podíamos hacerlo todo en un solo día.

Preferí no decir nada por no agobiar a los que sabía que iban un poco peor. Además tampoco era necesario ni la idea original así que mejor ir viendo poco a poco como avanzaba el día y que sucedía.

Pronto llegamos a Melide, un pueblo grande en el que dicen que hacen un pulpo muy rico pero era pronto sobre las 9:00h. o 9:30h. y continuamos, pero nos salimos de la carretera nacional N-547 y nos metimos en una comarcal, la verdad es que hicimos unos kilómetros de más pero mereció la pena, los paisajes cambiaron, si en la nacional eran bonitos aquí en la comarcal los paisajes eran de postal, los árboles, la carretera estrecha, lo malo era el tiempo, salía el sol y a los 10 minutos estaba lloviendo, para luego volver a salir el sol, siempre el cielo gris y con la amenaza encima. En una ocasión casi nos perdemos y cuando íbamos por una carretera sin coches y sin nadie al llegar a un cruce tiramos para el lado contrario y precisamente en ese momento apareció un coche nos pitó suponiendo que éramos peregrinos apunto de perderse.

Se notó que yo he estado saliendo todas las noche a montar, aunque sea solo una hora es lo justo para no perder la forma y para que en las subidas llegara el primero, me daba tiempo a sacar el trípode de las alforjas, descansar, hacerme un par de fotos con el autodisparo, esperar a que llegaran ellos y luego recoger mientras seguían para adelantarlos un poco más adelante.

Sobre la hora de la comida ya habíamos cumplido el objetivo de todo el día, en junio nos andábamos la misma distancia pero terminando a las 18:00h. o más tarde, ahora a las 14:00h. solo nos quedaba comer y descansar. Y eso que hubo dos momentos de lluvia muy intensa, era como pedalear debajo de la ducha e hicimos un par de paradas de unos minutos, que luego al ver que no iba a parar seguíamos aunque lloviera.

Cuando fuimos a parar a comer llovía una barbaridad y los albergues privados estaban llenos, solo estaba libre el público, que precisamente es el que buscábamos nosotros, la hospitalera nos decía que si nos obligaran a hacerlo no lo haríamos, que dos días antes estaba toda la calle nevada y seguía llegando gente.

Sin cambiarnos ni ducharnos fuimos a comer y en el restaurante la señora muy amable nos dio periódicos viejos para secarnos, notábamos todos charcos dentro de las botas o zapatos y nos hicimos unos "calcetines" de periódicos que nos dejó bastante más secos y cómodos, fue todo un invento para comer secos y ya por la tarde pensamos en que al no tener otra cosa que hacer nos podíamos ir en un autobús otra vez a Palas del Rei y acercar el coche hasta O Pedrouzo y así lo tendríamos más cerca al día siguiente. Como siempre me tiene que pasar algo perdimos el autobús por no llevar las llaves del coche encima, pero tuvimos la suerte de que todavía quedaba otro autobús, además en este albergue no apagaban la luz a las 22:00h. en punto como en el anterior, llegamos a las 22:30h. y todavía había alguno despierto y con las luces dadas, colocando la ropa mojada encima de los radiadores.

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