martes, 14 de diciembre de 2010

La diversión también está en la comida.

Una vez terminado el camino y conseguido la Compostela todos nuestros pensamientos se concentraban en donde comer, beber y pasar el rato, visitando y conociendo.

Para empezar nada más llegar dejamos las bicis en la oficina del peregrino que cerraban de 14:00h a 16:00h. y nos fuimos a tomar unas raciones, pero tras la 4 ración y 4 copa de Riveiro nos pedimos una paella para 2 que nos repartimos entre los 4, luego ya iríamos a por la Compostela, hotel y lo que fuera.

Pero es que así fue un continuo. Después del hotel volvimos al centro a cenar más raciones que fue cuando conocimos al famoso peregrino de la TV, aquí tampoco lo hicimos mal y a la vuelta al hotel tuvimos un problema con una tapa de alcantarilla y el coche pero con muchísima suerte no tuvo las consecuencias que podría a ver tenido como tener que dar siniestro al coche.

Dejan las tapas de las alcantarillas en el centro de la calle abiertas y levantadas para que pase bien el agua y las hojas de los árboles y no atasque la tubería y una tapa se quedó clavada debajo del picasso, pero clavada literalmente, ni tirando, ni levantando el coche con el gato, ni golpeandolo con un martillazo que llevo escondido y me excusé con la policía diciendo que soy campista, de ninguna forma, salgo con un cable de una grúa que tiró, y mientras la policía amenazando diciendo que si denunciábamos al ayuntamiento y llamábamos a atestado nos podrían multar por otras cosas, como no pasó nada no hubo ocasión de ver quien tenía razón.

Al día siguiente tocaba salir de Santiago y "peregrinar" por la ría baja de Santiago a Pontevedra pasando por todos los pueblos conocidos, en muchos sin parar y en otros lo justo para hacer una rápida foto. Paramos en Vilagarcía, Vilanova, Cambados y finalmente en Ogrove, que tiene el mejor cartel turístico de entrada a la península: "Llega usted a Ogrove el paraiso del marisco", luego creo que es más la fama y según me han contado en otros pueblos de alrededor podrías comer igual o mejor, pero pensamos que era un buen sitio para conocer también la isla de La Toja y ver el famoso balneario aunque fuera por afuera.

Nos pedimos una mariscada para dos, que nos repartimos entre los 4 y luego de segundo un arroz con bogavante para dos para repartirnos también entre los 4, con sus dos botellas de vino, el postre, café, y lo que surgiera pero David y yo nos quedábamos con las ganas de montar en el barco turístico que te enseña la ría y además te dan una degustación de mejillones. Según nos estábamos comiendo la mariscada nosotros comentábamos en la pena que nos daba perdernos lo otro y al final las chicas nos dijeron que nos fuéramos y no nos quedáramos con las ganas y siendo las 15:50 y el barco salía a las 16:00h. salimos corriendo del restaurante y las dejamos a Belén y Carolina esperando todo el arroz que nos íbamos a comer entre los 4 para ellas solas.

Llegamos al barco y después de más de 1/2 hora de paseo en el que nos explicaron todo sobre la cría de mejillones, ostras y vieiras nos sacaron una botella de Albariño y una bandeja de mejillones como la de la foto pero más llena de degustación.

Nosotros ya sabíamos a lo que íbamos y con muy poca vergüenza empezamos a beber y comer mejillones a mínimo doble velocidad que el resto de los pasajeros del barco, que normalmente es para una 200 personas y ese día lloviendo seríamos unas 15. Nada más terminar la bandeja nos preguntaron que si queríamos repetir y lógicamente nos trajeron una segunda bandeja. Al terminar esta bandeja llamé al cocinero y le dije entre risas que mi amigo se había quedado con hambre y nos trajeron una tercera bandeja, que es la de la foto, y después de esta tercera en la que la gente ya nos miraba y comentaba de nosotros no se si por la cantidad de mejillones que nos comíamos o por el efecto de las risas que nos estaba produciendo la botella ya vacía de albariño, David pidió una cuarta bandeja y si no llega a ser por que estábamos atracando en el puerto creo que nos comemos esa y todas las que nos hubieran puesto.

Claro que Belén no tiene fotos pero la paella que se metieron entre las dos, después de la mariscada, el postre de nueces con nata, el café, y luego un té, tampoco estuvo mal, tuvimos que andar un buen rato por la isla de La Toja para bajar un poco la comida antes de seguir dirección a Pontevedra pasando por Saxenxo donde me han dicho después que podíamos haber comido mejor marisco.

Pero llegamos a Pontevedra dejamos el coche en el hotel y pronto nos fuimos a buscar más y nuevos sitios de tapeo, ya no se si la bici da hambre, si será el sitio, las dos cosas o que necesitábamos compensar toda la lluvia que nos había caído los dos días anteriores.

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